Ya sabemos que Jedet no tiene pelos en la lengua y que le encanta poner colorado a quien la escuche con declaraciones que suben la temperatura. Un día les cuenta a medios como Cosmopolitan que es “el fetiche de los heterosexuales”; otro hace de rabiar a medio internet con ciertas declaraciones incendiarias sobre las mujeres trans, muy comentadas en las redes, con su tendencia permanente a disociarse entre buenos y malos y contribuir a la polarización extrema de la sociedad. Además de pedir disculpas, parece que su libertad de expresión frente a la audiencia le ha salido cara.

Sea como fuere, la actriz y cantante siempre está en boca de todos. Se la odia o se la admira, como es costumbre con las influencers que dicen lo que piensan en sus propios términos. Claro, muchos de sus fans se preguntan en qué anda su corazón. A juzgar por el calentón romántico que vivió con su novio la pasada gala de los Goya, las cosas deben de andar más que bien entre ellos. Está viviendo una relación estable, feliz y duradera con el trapero almeriense Josh Ortiz. Pero ¿y los inicios del amor? ¿Cómo empezó todo entre ellos?

Durante la emisión de Las uñas, el programa de ATRESPlayer conducido por Sindy Takanashi, una de las comunicadoras que más lo petan últimamente en redes como Instagram, Jedet protagonizó dos auténticos momentazos. El primero fue el que levantó más ampollas, ya que se sinceró como nunca sobre la Ley Trans, recientemente aprobada por el gobierno. También aprovechó una pregunta de la presentadora para aportar algo de luz a los pormenores de su historia de amor con Josh Ortiz. 

Según cuenta la actriz, fue Yung Beef el que dispuso las primeras piezas para que esta historia de amor entre la cantante y su novio empezara por todo lo alto. El trapero de los dientes mellados mantenía cierta amistad con Ortiz, padre de dos hijos, y un día le comentó lo bien que le vendría conocer a alguien: “Te voy a presentar a una chica que te va a encantar”. 

El amor entre desconocidos ya no lo hacen florecer los sortilegios, los conjuros o los amarres, sino, en buena medida, Instagram, los shippeos y los emojis triples de fueguitos, y así es como sucedió. Jedet y Ortiz empezaron a stalkearse mutuamente. La actriz no quería que Ortiz pensara que le espiaba las stories, así que se limitó a pequeñas interacciones en el feed de futuro novio para mantener ese aire misterioso y no delatarse demasiado pronto. Cuenta que tomó estas precauciones por si Ortiz le daba una paliza. “Tenía pinta de malote”.

El propio Ortiz confirmó la otra versión de la historia en una entrevista para Shangay y se refirió a la estrategia que usó Yung Beef para que se conocieran: “Me la enseñó en Instagram, y cuando llegué a mi casa empecé a darle me gustas para llamar su atención. Y se ve que ella también llevaba un tiempecillo mirándome el perfil… Esto fue hace dos años".

El resto lo hizo Instagram y los protocolos del cortejo en redes. En palabras de la cantante, Ortiz terminó por mandarle una solicitud oficial de amistad poco después de que los dos se dieran cuenta de que se interesaban mutuamente, y la cantante acabó recibiendo una sorpresita en la bandeja de mensajes privados. Al principio, se asustó mucho. Una vez abrió el mensaje, las aguas se calmaron. Era Josh. Le escribía para felicitarla por una entrevista. En ese momento del encuentro con Takanashi en su programa, Jedet reveló que, cuando el trapero enseñó sus cartas y demostró interés, ella estaba tirándose la caña y hablando con otro chico al mismo tiempo, pero supo enseguida que el elegido iba a ser Ortiz.

Jedet reveló en la entrevista que los siguientes meses fueron confusos para ambos. De hecho, la cantante viajó a Almería para conocer en persona al trapero y afianzar la relación. Los comienzos fueron muy bonitos para ambos, pero algo más accidentados de lo que los dos habían supuesto en un principio. Jedet se sentía insegura a la hora de mantener relaciones. Según cuenta en la entrevista, Ortiz sabía que era una mujer trans y pensaba se había sometido a una vaginoplastia para completar su transición. En ese momento, esa operación no había llegado, así que los dos practicaron distintos ejercicios juntos para ir aceptando el hecho de que ella todavía viviera con pene. 

La primera crisis llegó entonces: cortaron la relación, y según cuenta Jedet, lo pasó realmente mal cuando Ortiz se abrió una cuenta de OnlyFans y, de rebote, ella recibió cientos de comentarios tránsfobos. “Yo tenía que ver a mi expareja follándose a otras tías y era muy desagradable. Llevábamos muy poco separado y yo nuca había hecho público a nadie”.

Por suerte, se querían tanto que volvieron a estar juntos.