David Kosir, el ken humano que se ha gastado 70.000 dólares en operaciones estéticas: "No me reconozco en fotos antiguas"

Tiene 27 años y no le importa que su aspecto se vea artificial, le encanta tener ese aspecto
El joven ha pasado varias veces por el quirófano y tiene todavía varias operaciones pendientes
Ha asegurado que, aunque le gustaba su rostro antes de pasar por quirófano, ya no se reconoce en esa vieja imagen
La historia de David Kosir parece ciencia ficción, pero no lo es en absoluto. El joven, de 27 años, se ha vuelto viral en los últimos días por su físico, y es que no es para menos. David, que se define a sí mismo como el “muñeco Ken humano”, se ha gastado alrededor de 70.000 dólares en cirugías estéticas para intentar parecerse lo máximo posible al chico de Barbie.
A pesar de su gran inversión, lo cierto es que el joven australiano todavía no ha terminado de operarse. David ha pasado por el quirófano en varias ocasiones para operarse la nariz, los dientes, se ha trasplantado el pelo y hasta se ha borrado las pecas.
El joven ha asegurado en una entrevista a ‘Kennedy News’ que le encanta tener una apariencia artificial y que no le importa, sino todo lo contrario, es precisamente lo que busca con los retoques estéticos que acumula.
Empezó con su transformación en 2019
El australiano empezó a operarse en 2019 y desde entonces no había parado de hacerse retoques hasta ahora: “Empecé con relleno de labios, pasé a hacer relleno de mejillas y luego hice relleno de mandíbula y mentón”, explicó en la entrevista a ‘Kennedy News’. "Realmente no tenía planes originalmente, pero nunca me gustó mucho mi nariz, así que siempre supe que quería hacerlo".
No obstante, aunque ya se había pinchado ácido en varias ocasiones, no fue hasta mayo de 2021 que se sometió a su primer procedimiento permanente con una rinoplastia. Podría parecer que estas operaciones están muy premeditadas y que él tenía en su cabeza la imagen que quería conseguir de sí mismo, pero no es cierto.
Más tarde, después de su rinoplastia, se puso carillas tanto en los dientes superiores como en los inferiores.
El pelo también se le fue deteriorando por los tintes, perdiendo cantidad y calidad; es por eso que decidió viajar a Turquía para someterse a un trasplante.
Todavía no ha terminado de operarse
Aunque el joven se ha sometido ya a infinidad de retoques estéticos, lo cierto es que todavía no ha terminado con ellos, ni mucho menos.
David tiene pensado volver a Turquía para hacerse en febrero cinco cirugías faciales: estiramiento de ojos de zorro, blefaroplastia superior e inferior (reducción de párpados), estiramiento de sien y mejillas y transferencia de grasa a numerosas áreas de su rostro.
Tras estas operaciones, cree que estará bastante tiempo sin volver a pasar por quirófano: “No creo que haya mucho más que quiera hacer después de mi próxima ronda”. “Pero nunca digas nunca, definitivamente podría encontrar algo más que me quiera hacer”.
Lo que sí que pretende hacer es corregir algunas zonas de su rostro que se han modificado al perder peso. Él se inyectó botox y al quedarse más delgado algunas áreas de su cara se ven un poco desproporcionadas: “Creo que una vez que me haya hecho el injerto de grasa, mi cara se verá un poco más simétrica mientras mantengo las facciones grandes. La cirugía sirve para corregir eso, pero también para darle a todo un realce y un aspecto un poco más nítido y exagerado”.
De hecho, Kosir ha cambiado por completo su rostro hasta el punto en que ya no reconoce su cara antes de las operaciones: “No me reconozco mirando fotos antiguas. Es raro, son emociones encontradas. En realidad, no odio cómo solía lucir, puedo apreciar ambas estéticas que he tenido”.