Una restauradora opina en Yasss sobre el “puretazo” a un cuadro de Monet: “Así no se consigue nada”

Entrevistamos a una restauradora de la UCM sobre los últimos ataques a obras pictóricas en contra de los combustibles fósiles
Primero fue la salsa de tomate contra ‘Los Girasoles’ de Van Gogh y, ahora, el puré de patata contra uno de 'Los Almiares' de Monet
“Que dejen ya de hacer estas cosas”, ha dicho la restauradora, que entiende el fondo de la causa, pero no la forma
De los creadores de “tomatina contra un cuadro de Van Gogh en la National Gallery de Londres”, llega el nuevo “lanzamiento de puré de patata” contra, nada más y nada menos, que un Monet en el Barberini de Alemania. Con tan solo una semana de diferencia, un grupo de ecologistas alemanes homólogo al británico ha perpetrado un segundo ataque artístico contra una obra pictórica única e inigualable, mientras el mundo se sigue haciendo la misma pregunta: “Qué culpa tendrá el cuadro”.
Si bien, este tipo de acciones reivindicativas no son nada original– en 1914, por ejemplo, la sufragista Mary Richardson fue mucho más allá y acuchilló ‘La venus del espejo’ de Velázquez -, el mensaje de los grupos contra los combustibles fósiles no está surtiendo el efecto que esperaban. Así lo recalca Natalia Molina, una de las próximas restauradoras de Patrimonio Nacional, cuyo minucioso trabajo es, precisamente, la conservación permanente de las obras:
"Están dañando marcos que tienen más de un siglo"
“Yo entiendo el fondo del mensaje y estoy de acuerdo en que estamos inmersos en una crisis climática y de camino a la destrucción de los recursos, pero creo que estos grupos reivindicativos no están empatizando con la gente. No están levantando conciencias. Su causa está mal enfocada y, así no se consigue nada. Que dejen ya de hacer estas cosas”, ha dicho en exclusiva para Yasss.
Ella misma nos ha recordado el fatídico día en el que, en 1974, un hombre llamado Tony Safrazhi escribió con spray rojo “Kill Lies All” sobre el delicado tejido del Guernica de Picasso. Por lo menos, se alegra, la sustancias que se están vertiendo contra los cuadros en estos últimos días son “mucho más fáciles de quitar”, aunque no sea algo tan sencillo como “quitarlo con un papel de cocina” y aquí paz y después gloria, como defendía la activista británica que debutó con la salsa de tomate.
La activista del tomate a Van Gogh se explica. Merece la pena escuchar lo que tiene que decir.
— Javier Peña | Hope (@hope_enpie) 19 de octubre de 2022
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La restauradora tiene la esperanza de que estos jóvenes, contemporáneos suyos, estén conscientemente ensuciando obras que tienen un cristal por delante, pero recuerda que los marcos que visten esas obras también tienen un alto valor: “Están dañando marcos que tienen más de un siglo”, dice.
De igual forma, les insta a buscar en la hemeroteca otras vías de reivindicación inocuas que sí han sabido conectar con las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Por ejemplo, la protesta con banderolas que se ha hecho en el Guggenheim en favor de los derechos de las mujeres en Irán, "sin necesidad de estropear nada de nada". No hay que olvidar que la biodiversidad es fundamental para la supervivencia del hombre del futuro, pero también lo es la cultura y el lugar de donde viene.