El futbolista Dani Alves ha ingresado en prisión preventiva tras ser acusado de agresión sexual por una joven de 23 años en la discoteca 'Sutton', de Barcelona. La presunta violación tuvo lugar en el baño del reservado de la zona VIP del local, donde Alves habría abofeteado, obligado a practicar sexo oral y penetrado a la fuerza a la joven, que inmediatamente denunció los hechos ante el personal de la seguridad de la discoteca.

Fue uno de los encargados de la seguridad del local quien se fijó en la cara de "pánico" que llevaba la presunta víctima al tratar de salir por la puerta principal de la 'Sutton' y, al preguntarle si le ocurría algo, ella se echó a llorar, sufriendo una evidente crisis de ansiedad. En ese mismo momento, la discoteca inició su protocolo contra agresiones sexuales, que, en este caso, se llama 'No callamos' y se aplica en Barcelona desde el año 2018.

Gracias a este código, más de 400 personales se formaron para detectar, identificar y prevenir agresiones sexuales de todo tipo dentro de los espacios de ocio y para atender de forma correcta a las víctimas, muchas veces vilipendiadas cuando tratan de denunciar una violación. Así, la discoteca apartó a la presunta víctima y la llevó a un lugar seguro, llamó a la policía, ayudó en las gestiones de inspección y, en seguida, se mandó la orden de localizar al futbolista Dani Alves, sin importar la popularidad del presunto agresor y respetando también su presunción de inocencia.

Además de 'No callamos', el Ayuntamiento de Barcelona también promueve un código para tratar de evitar las agresiones sexuales en el ocio nocturno: "Ask for Ángela". Las personas - principalmente, mujeres, pero se aplica a todos los colectivos - que quieran denunciar una situación de acoso o agresión, deben acercarse a la barra y preguntar "por Ángela" o decir "Soy Ángela", para que el local sepa que tiene que iniciar su protocolo, como se hizo, de forma muy efectiva, en el caso del futbolista brasileño.

Esta iniciativa, bautizada así por la figura del 'ángel de la guarda', también busca acabar con otra de las lacras del ocio nocturno, la de la sumisión química, instando a las discotecas que usen tapas en su vasos y más cámaras de seguridad. De momento, estos dos protocolos se aplican en Barcelona, pero son sistemas de protección ya conocidos a nivel mundial. STOP a las agresiones sexuales YA.