Su silencio en las redes sociales (tanto Hilda como Valeria llevaban seis días sin hacer apariciones públicas) hacía temer lo peor. Esta semana, sin que se haya especificado el día en concreto, ha ocurrido lo que a Valeria le daba tanto miedo: llegó el momento en el que, al acudir al hospital, sería "la última vez" que vería a su mamá. Hilda Siverio, referente en la lucha contra el cáncer, ha muerto tras ocho años peleando contra una de las enfermedades más agresivas que existen: el cáncer de mama triple negativo metastásico.

La tinerfeña ingresó en el hospital el pasado día 1 de enero y, en ese momento, los médicos apenas le daban unos días de vida. Sin embargo, con su increíble fuerza, su mente positiva y aun estando solo con tratamientos paliativos, consiguió robarle a la muerte un mes más de vida, que pasó rodeada del amor y el cariño de sus familiares y del personal sanitario, que tanto la admira. A última hora del día 9 de febrero su muerte se comunicó de forma oficial y, ahora, su hija Valeria ha escrito este emotivo texto en sus redes sociales:

"Con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas, se ha ido mi persona favorita", comienza a decir Valeria, para luego dirigirse a tres viejos conocidos por toda la familia: el amor, el tiempo y la muerte. Valeria, que también ha sido un ejemplo de lucha y madurez acompañando y cuidando de su madre hasta el último momento, le ha prometido al amor "volver a encontrarlo", por muy oscuro y difícil que parezca en estos momentos. Al tiempo, le ha hecho el reproche de haber alargado "el dolor" de su madre, pero también le ha dado las gracias por cada "segundo" que pudo pasar a su lado. Y de la muerte, ha dicho que es una "bomba" que lo cambia todo, por muy esperada que sea.

Hace más de un año, Hilda Siverio tomó la decisión de no someterse a más tratamientos de quimioterapia y pasar a los cuidados paliativos dentro de su propia casa, al calor de su familia. Solo cuando el dolor fuera insoportable, ingresaría en el hospital y allí tenía la conciencia de que moriría. Después de un mes regalando sonrisas, vídeos de TikTok y bromas tanto a sus seguidores como a los oncólogos que la atendían, Hilda descansa en paz y su familia le promete que seguirá luchando por el día a día, siempre, "un poquito más".