La segunda edición de los premios creados por Dulceida para reconocer el trabajo de los creadores de contenido, fue todo un éxito. La alfombra roja no tuvo nada que envidiarle a la de cualquier evento cinematográfico y, por ella, pasaron con sus mejores galas influencers como Marina Rivers, Violeta y Fab, Laura Escanes y Álvaro de Luna (aunque posaron por separado)Teresa López Cerdán, Anabel Pantoja, Yenesi, Tamara Gorro, Carla Flila o Chanel.
Destacables fueron los looks de Croquetamente, que criticaba la gordofobia con su propio vestido, en el que llevaba escritas las palabras "gorda", "foca", "ballena" y "vaca"; y el de Samantha Hudson, que pasó por el photocall con un traje de cuerpo de mujer que incluía un minúsculo bikini de Piolín y una pamela en la cabeza. Para liderar su entrega de premio, Samantha se cambió de traje y se puso un vestido transparente con estrellas negras y dio un discurso sobre la salud mental que fue aplaudido por todos los presentes:
"Hace ya algún tiempo que la salud mental ha irrumpido en el decálogo popular para establecerse como uno de los temas importantes de cualquier persona mínimamente concienciada pero, yo tengo la sensación de que, a veces, se reduce todo a un simulacro de lo que creemos que es la salud mental. Se habla tanto a la ligera de la psicología y la psiquiatría que, en ocasiones, quedan desprovistas de su significado. Es como si la gente hubiera pactado hablar de trastornos para tener una coartada mientras se dedican a vomitar comentarios misóginos y crueles contra una chica por hacerse unos vídeos", dijo, en referencia a los mensajes de odio contra Marina Rivers y otras creadoras de contenido.
Y continuó: "Se habla tanto de ir al psicólogo mientras se continúa estigmatizando a las personas neurodivergentes por no amoldarse a un canon estandarizado y, en definitiva, la gente parece tolerar a las locas siempre y cuando no lo parezcan. Este premio viene dado de la mano de 'Somos estupendas' y y eso significa que tenemos el derecho a mostrarnos desquiciadas, inestables, histéricas, desequilibradas, a no cumplir con lo que se espera de nosotras, a ser bochornosas, porque la vergüenza no hay que sentarla hay que darla. Y darla toda hasta que te quedes sin y seas una sinvergüenza. Defender la salud mental también implica la oportunidad de dejar a la gente que habite sus emociones y su dolor sin necesidad de ponerse una máscara".