Aitana Ocaña continúa su Alpha Tour por España y esta vez ha sido Málaga la ciudad que ha acogido su último concierto. Aunque, sin motivo aparente, ella misma ha incumplido el dress code que estableció antes de comenzar la gira (debía ir de verde y apareció con un look total black), la cantante triunfó con su nueva aparición tras su debut en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Ese estreno se vio rodeado de polémica, primero, por una serie de tuits fakes criticando la "sexualidad" de sus nuevos bailes, que toda la prensa dio por buenos. Dichos fakes dieron lugar a un debate real, donde algunas voces de importante repercusión mediática como Patricia Pardo, dijeron que el show de Aitana ha desembocado en una hipersexualización de la infancia. La artista, que ya tiene 24 años, nunca había bailado sobre el escenario.

Y para una vez que lo hace e incorpora danza moderna a su performance, acorde con el giro a la electrónica que a supuesto este nuevo disco en su carrera, recibe un hate que no está dispuesta a permitir. En Málaga, no dudó ni un momento en volver a hacer la misma coreografía de su tema 'Mi amor', en la que, antes de tirarse al suelo, hizo un gesto a lo look at me, para que todo el mundo viera que no pensaba claudicar. Además, pronunció unas emotivas y lacrimógenas palabras sobre el cambio:

"Al final, la vida son cambios constantes. Yo sé que aquí hay gente más mayor, más pequeños, gente que ha vivido más cosas y que ha vivido menos. Yo tengo 24 años y estoy muy agradecida a la vida, por todo lo que me ha hecho vivir. Me siento una privilegiada, de verdad, de poder trabajar en lo que me gusta, de que, en mi familia, todo el mundo esté sano, y quiero decirle a todo el mundo que esté en un momento de cambio que, aunque en ese momento no sepamos verlo, todo cambio es experiencia y siempre va a ser para mejor".