En marzo el coronavirus nos pilló por sorpresa. Ya habíamos escuchado hablar de él, pero la mayoría de nosotros lo menospreciamos, creíamos que estaba demasiado lejos como para que llegase a España y nos equivocamos. Jamás habíamos vivido una pandemia como esta, así que lo del confinamiento tampoco nos lo esperábamos.
Y claro, al pillarnos de improviso no todo el mundo pudo pasar esos meses junto a sus seres queridos y lo que es peor... Hay a gente a la que le pilló viviendo sola y tuvo que hacer frente a esos días tan duros de incertidumbre sin alguien al lado (físicamente) con el que poder entretenerse, desahogarse o simplemente sentirse acompañado. A estas personas les habría venido genial poder tener un 'compañero de mimos', la nueva figura que ha propuesto el gobierno belga para hacer más ameno el semiconfinamiento que empezó el 1 de noviembre.
Por desgracia, ocho meses más tarde, el virus todavía no ha desaparecido. Es más, hay países, como Bélgica, que están sufriendo muy duramente esta segunda ola y que por ello han aumentado sus restricciones. Hasta el 13 de diciembre el gobierno belga ha decido cerrar toda la actividad no esencial y las profesiones de contacto, como los centros de estética o peluquerías. Además, solo podrán reunirse en grupos de 4 personas cuando estén en espacios públicos y se restringen las visitas a los hogares: aquí es donde entra en juego la figura del "knuffelcontact" o 'compañero de mimos'.
Ha sido el primer ministro belga quien ha anunciado esta nueva figura y ha explicado exactamente en qué consiste para que todos los ciudadanos vayan buscando ya a esa persona que quieran que sea su compañero de mimos, según Alexander De Croo, una figura fundamental para mantener la salud mental de los confinados.
"Nuestro país está en estado de emergencia, en muchos hospitales las capacidades ya están sobrepasadas y para ello debemos revertir la curva. La única respuesta es proteger el sistema de salud y para ello debemos evitar en lo posible cualquier contacto físico", ha declarado el primer ministro belga que solamente contempla una excepción: el 'compañero de mimos'.
"Cada miembro de la familia tiene derecho a un 'compañero de mimos'. Las familias solo deben invitar a uno de ellos a casa a la vez. No se puede recibir otra visita domiciliaria. Hay una excepción para los que viven solos: pueden invitar a otra persona además de su contacto de abrazos, pero no al mismo tiempo". Con estas palabras Alexander De Croo deja claro cómo funciona esta nueva figura y cuáles son las normas para que el confinamiento no acabe con nuestra salud mental, pero sí poder hacer frente al coronavirus.
Esta medida se ha hecho viral en cuestión de horas en redes sociales, ya que, a pesar de no ser del todo novedosa, ha sorprendido a muchísima gente. A lo largo de estos meses de pandemia, algunos países ya introdujeron una figura similar a la del 'compañero de mimos'.
Por ejemplo, en los Países Bajos crearon la figura del 'compañero sexual' para limitar el número de contactos. Incluso el Instituto Nacional Holandés para la Salud Pública pidió a aquellos ciudadanos que no tuvieran una pareja sexual estable que llegaran a un acuerdo con una persona afín para solo mantener relaciones entre ellos y frenar así la propagación del coronavirus.
Por su parte, en Reino Unido, inmediatamente después de la fase de los cierres más restrictivos en esta segunda ola, se introdujo una concesión similar a la que ahora ha propuesto el gobierno belga. Su nombre era "burbuja de apoyo" y permitía a una persona que vivía sola encontrarse con otra que no vivía bajo el mismo techo.
Con todas estas medidas, aunque sean diferentes entre sí, lo que pretenden los gobiernos es no dejar de lado en esta pandemia la salud mental ya que el confinamiento en soledad y la incertidumbre están agravando esta situación en todo el mundo, también en España, donde el porcentaje de personas con trastornos mentales aumentó de un 8% a entre 15 y 20% a comienzos de verano, según Carlos Losada, el portavoz de ANPIR (Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes). Por tanto, ahora más que nunca, es muy importante que cuidemos, también, nuestra salud mental.