Su primera reacción fue la sorpresa. Se cerraban los colegios, institutos y universidades. ¡Lo nunca visto! Después montaron una fiesta en las redes bajo el hashtag #MAÑANA NO HAY CLASE. En ese momento todavía no eran conscientes de la gravedad, de la crisis del coronavirus. Sin embargo, los jóvenes ya han cogido el mando y están entendiendo el papel que les toca en esta situación de emergencia social y están respondiendo.
En estos días de agitación, de medidas radicales y de mucha prudencia se han ido viendo una serie de acciones por parte de los adolescentes que vienen, en definitiva, a ayudar a los demás. A hacer al vecino su vida más fácil o a muchos familiares que se han visto con el problema de tener que teletrabajar y atender a sus hijos en casa. La solidaridad en tiempos de crisis se empieza a notar y resulta un alivio ver cómo muchos jóvenes se ofrecen en sus barrios y redes sociales para ayudar de forma altruista a los demás.
El parón obligatorio de la actividad académica no les va a tener de brazos cruzados y, aunque tienen que seguir a distancia y con las plataformas habilitadas los repasos de temario, siempre sobra tiempo y ellos se lo están dedicando a los demás.
Ese es el caso de Juande, (@juande93) un joven en Twitter, que desde que supo que no tendría más clases presenciales, entendió que podía hacer algo muy bueno por el resto. Él como muchos otros jóvenes sabe que de contagiarse del coronavirus no son un colectivo de factor de riesgo y es por ello que ha optado por hacer su pequeño sacrificio en beneficio de los que sí pueden pasarlo peor con el virus.
Y con el fin de que no salgan a la calle sus vecinos mayores, Juande ha colgado un cartel en el portal de su casa para que le encarguen la compra a él, al chico del 6ºB. Estará disponible para ellos, para lo que necesiten y les ha indicado en este aviso hasta la hora en la que suele estar por casa para que puedan organizarse bien. Una iniciativa que él mismo ha colgado en Twitter para que el mensaje de #quedateencasa siga concienciando y se extienda esta marea solidaria entre todos. Lógicamente, su iniciativa ha sido muy aplaudida y eso que no ha sido la única.
En las últimas horas varios portales de barrio han amanecido con más avisos solidarios. Los jóvenes se quieren encargar de los recados de los que no pueden o deben hacerlos ahora. Es importante minimizar las salidas. No salir de casa nada más que para lo estrictamente necesario. Y si pensaron que este parón sería horrible o que se les haría aburrido, ellos han encontrado la manera adecuada de llenar su tiempo. Hay tareas para hacer en casa y los que tienen hermanos pequeños pueden ejercer de mayores, si antes no lo hicieron tanto.
Eso mismo es lo que ha hecho Ismael. Un estudiante universitario de 22 años, que ha visto cómo el examen que tenía la próxima semana se aplazaba, pero empezaba a preparar una materia que hasta ahora había dejado más en manos de sus abuelos. Su hermana Carmen de tres años también se ha quedado sin colegio y él ha asumido el rol de hermano mayor para que sus abuelos puedan estar en casa tranquilos. "Ahora no es momento de que mi hermana esté con ellos", nos dice y añade que él será el que "la distraiga con juegos".
Otros que no tienen esa posibilidad de hacer de hermanos mayores están brindando su ayuda a familiares y vecinos para cuidar a sus hijos. El servicio de canguro es ahora más necesario que nunca. La prioridad no es cuidar a los niños para una escapada en pareja o una cena con amigos. Los hay que tienen que trabajar y es difícil desde una casa con los más pequeños.
Por eso lejos de acudir a un gimnasio o de tratar de reunirse con amigos durante el tiempo libre,que es un peligro, los jóvenes se han concienciado de que sus únicas salidas deben ser en favor de los demás. Mientras cada día se trata de lograr un mejor aislamiento para evitar el contagio de coronavirus, hay chicos que, sin ningún ánimo de lucro están pegando su cartel en el portal para ofrecerse de canguros. Un balón de oxígeno para muchos.
Los que lo están haciendo son conscientes de que se papel que pegan es una forma de liberación para muchas familias que están desbordadas. Una acción que no es aislada. Y es que para que la ola siga creciendo no hay nada mejor que extender estas buenas prácticas vía Twitter. Una iniciativa para animar a la gente y encontrar algo bueno y que anime en tiempos difíciles.