Se acabó. El que ya no tenga una foto con Emilia Clarke ya puede irse olvidando de tener una con ella. La Madre de Dragones ha tomado una decisión y ya sabemos que cuando ella se decanta por algo, no hay vuelta atrás. Poco importará que se incendien las redes. A ella el fuego no le asusta, pero con lo que sí ha pasado mucho miedo ha sido con la última situación vivida con un fan y que ha confesado recientemente al podcast de 'Table Manners'.
No es que a ella no le guste una foto. Se ha hecho montones a todas horas y siempre con la mejor de sus sonrisas. Lo que pasa es que el tema selfies ya ha traspasado una línea que ha terminado por molestar a la actriz desde su último episodio en el aeropuerto. Ante eso, mejor cortar por lo sano. El fenómeno fan no se puede ir tanto de las manos.
El motivo que la llevado a huir de las cámaras ajenas no es otro que una acción desmedida de un fan. Emilia ha contado que ella estaba caminando por el aeropuerto hablando con su madre por teléfono. De pronto se empezó a sentir muy mal. Sudores, taquicardias, temblores: un ataque de ansiedad. ¿El motivo? Ella imagina que fue por un agotamiento general. Había estado expuesta a mucho estrés y a un ritmo frenético y al final su cuerpo dijo "basta". Algo comprensible y normal.
Sin embargo, lo que no fue tan normal fue la insistencia de un fan por hacerse una foto con ella. En ese preciso momento. Pongámonos en situación: Emilia estaba sola, llorando por teléfono y sus palabras eran "no puedo respirar, no me encuentro bien". Y en la escena aparece un chico con el fandom por las nubes y no repara en todo esto. Él solo insiste en que quiere hacerse un selfie y de ahí no hay nadie que le saque.
A partir de esa escena que no sabemos si terminó con o sin foto (eso ella no lo cuenta) empezó otra era para Emilia Clarke. Ya no se haría más selfies con la gente. El fin de la foto rápida. De ese postureo que va más allá de la empatía por el otro y que a ella le ha hecho replantearse todo.
Y es que esto visto así fríamente resulta un poco too much, pero tenemos que reconocer que a veces desde la chaqueta de fan se nos puede ir mucho la cabeza y no darnos cuenta de que ese ídolo es de carne y hueso y que también puede tener problemas. No vemos más allá de la foto, de coleccionar selfies y de fardar de ellos después por WhatsApp o en Instagram para que todo el mundo nos pregunte.
Y ya puede estar Emilia Clarke en el aeropuerto con un ataque de ansiedad, de cena con su crush o de tiendas que ahí plantamos el móvil con la cámara delante para con un clic calmar esa necesidad impuesta. Daenerys Targaryen ya se ha salido del círculo foto sin más, pero no ha sido la única.
Como ella Emily Blunt, Chris Pratt, Emma Watson, Justin Bieber o su amado John Nieve (Kit Harington) entre muchos otros también dijeron a sus fans un "basta" a los selfies. Ellos no lo disimulan de ninguna forma, no hay nada que les pueda dar más pereza que hacerse un selfie reconocido por ellos y no han utilizado en ningún caso diplomacias. Lo tienen claro: prefieren decepcionar a los que les piden fotos, pero salir ellos tranquilos a la calle. Justin Bieber no quiere volver a sentirse como "un animal en un zoológico". Todos pasan de la foto para presumir sin tener más sentido que ese.
Sin embargo, Emilia Clarke ha dejado la puerta abierta para los fans de corazón. Aquellos que prefieren un apretón de manos, una firma en vez de la foto. Para ellos sí estará porque considera que ese tipo de relaciones son más cercanas y dan más oportunidades para hablar y conocerse.