Fiammetta, la Heidi italiana de 10 años que estudia en la montaña rodeada de cabras

En Italia las clases se están impartiendo de manera online y los padres de esta niña trabajan todo el día fuera de casa
Fiammetta y su padre han colocado una mesa en mitad de la montaña y se conecta a sus clases online gracias a los datos del móvil
Con la llegada del coronavirus nuestra vida dio un giro de 180 grados, pero esto es algo que no ocurrió solamente en España, sino en todo el mundo. De repente todo cambió, durante los primeros meses de pandemia en muchos países europeos tuvimos que hacer cuarentena y al tener que permanecer en casa muchas actividades de nuestra vida cotidiana tuvieron que adaptarse a la situación del momento; un ejemplo de estas fueron las clases.
Durante la cuarentena, tanto los profesores como los alumnos tuvieron que adaptarse a la no presencialidad y asistir a clase de manera virtual; para ello, los centros educativos activaron las herramientas necesarias y el curso escolar siguió adelante en países como España.
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No obstante, y a pesar de que el confinamiento acabó hace meses, hay algunos centros que todavía mantienen la no presencialidad para impartir las clases. Este es el caso, por ejemplo, en España de muchas universidades. No obstante, hay en países como Italia que los colegios están cerrados por el repunte de casos de las últimas semanas y los niños tienen que seguir sus clases desde casa.
Un año de clases online matan la productividad de cualquier estudiante.
— Claudio Ambroglini (@claudio060599) 17 de marzo de 2021
¿Qué pasa con los niños cuyos padres tienen que irse a trabajar?
Seguir las clases desde casa es relativamente sencillo para aquellas familias en las que uno de los padres trabaje desde casa o se dedique exclusivamente a cuidar de esta. Sin embargo, en aquellas en las que durante todo el día no hay ningún adulto conciliar esta situación es muy complicado.
Pues bien, esto es precisamente lo que sucede en casa de Fiammetta, una niña de 10 años que tiene que estudiar todos los días en la montaña porque su madre es trabajadora social a tiempo completo y su padre trabaja en el campo como pastor con más de 300 cabras.
La niña solo tiene 10 años, así que no puede quedarse todo el día sola en casa y este es el motivo por el que no le ha quedado otra opción que recibir las clases desde el lugar de trabajo de su padre: la montaña.
Una mesa y un portátil en mitad del campo
La solución que han encontrado esta niña y sus padres, que viven en un pequeño pueblo de la provincia de Trento, ha sido colocar una mesa en mitad del campo, donde trabaja su padre con las más de 300 cabras.
Fiammetta y su padre han colocado una mesa donde este trabaja. Cada día la niña se lleva allí su ordenador portátil, el cual conecta a internet gracias a los datos del teléfono móvil de su padre (ya que en mitad de la montaña, obviamente, no hay WiFi) y todo el material que necesita.
Es más, la niña desde allí no solo recibe sus clases online, sino que también ayuda a su padre en sus quehaceres como pastor: "Tengo unas 300 cabras, hay tantas cosas que hacer, hay que cuidarlas, alimentarlas y mucho más. Cuando mi hija ha terminado de estudiar me ayuda", cuenta Massimiliano a II Dolomiti.
Ahora, su historia se ha hecho viral gracias a la fotografía que le hizo su padre, Massimiliano Melis, y que ha compartido el medio italiano Il Dolomiti. Esta fotografía dice más de la niña y su familia que muchas palabras y refleja perfectamente no solo su situación, sino la de muchas otras familias que no tengan a nadie con quien dejar a sus hijos para que estos puedan asistir a sus clases desde casa.
A algunos profesores también les ha costado adaptarse a las clases online
En marzo de 2020, y de un día para otro, a todos los estudiantes los mandaron a casa para protegerse de la propagación imparable del coronavirus en España. En cuestión de horas, tanto profesores como alumnos se tuvieron que adaptar a impartir y recibir clases online, algo que muchos no habían hecho antes. Esto no ha sido sencillo para ninguna de las partes, pero en aquel momento era la única opción posible.
Fue entonces cuando el profesor de Geografía e Historia de un instituto público andaluz, Juan Naranjo, contó en Yasss las dificultades a las que estaban haciendo frente. Puedes verlo en este vídeo:
