De la noche del 8 al 9 de mayo, es decir, del sábado al domingo, dejó de estar en vigor en España el estado de alarma. Eso significó que, en la mayoría de comunidades autónomas, terminaba el toque de queda después de meses vigente y millones de ciudadanos ya no tenían la obligación de estar en casa a una hora determinada.
Había gente que fantaseaba en Twitter desde hacia semanas con ese primer paseo nocturno, con la posibilidad de no llegar a casa corriendo después de cenar en un restaurante o que estaba deseando comer pipas en un parque con sus amigos tomando el fresquito. Pero hubo otros que tenían planes muy distintos y se lanzaron a las calles de toda España a hacer botellón.
En la Puerta del Sol madrileña, en la Plaza de la Virreina en Barcelona, en la explanada de Plaza de Armas en Sevilla... Las imágenes de personas haciendo botellón en espacios públicos y sin respetar la distancia de seguridad y la obligatoriedad de llevar la mascarilla puesta se han producido en puntos de todo el país, creando una gran indignación entre los ciudadanos que ven peligroso, irresponsable e incívico este comportamiento.
Los vídeos de los botellones comenzaron a correr como la pólvora en las redes sociales y el enfado de muchos iba en aumento, ya que consideraban que la situación epidemiológica demuestra que todavía no hemos vencido al virus y criticaban el hecho de que, además, estuvieran bebiendo alcohol en la calle, algo que está prohibido.
"Entiendo que estamos hartos de virus… ¡pero estas imágenes me hacen sentir pena!", "¡Qué poca vergüenza tenéis!" o "Esta pesadilla no va a terminar nunca", fueron algunos de los comentarios que se podían leer en las redes, donde muy pocos se atrevían a defender a los que habían salido a hacer botellón. Esta indignación también se vivió en los hospitales, donde miles de sanitarios llevan meses luchando contra el virus y viendo a diario a gente debatirse entre la vida y la muerte.
Ese es el caso de Daniel Savoini, un enfermero de la UCI de un hospital madrileño al que le pilló la noche del sábado trabajando. Desde la ventana desde este centro, el joven veía cómo antes del fin del estado de alarma (a las 23:11) ya había gente haciendo botellón en las calles. Indignado por la situación, subió a Twitter una foto de sus vistas mientras hacía una dura reflexión: "Esta es la libertad que quieren estos energúmenos. Se nos está quedando una sociedad bonita...".
El enfermero mencionaba en su tuit a casi todos los líderes de los partidos políticos con representación en la Asamblea de Madrid (Isabel Díaz Ayuso, Mónica García, Ángel Gabilondo y Pablo Iglesias) y a la Policía Local de la capital para hacerles conscientes de lo que estaba ocurriendo en las calles. El mensaje de Daniel se hizo viral a las pocas horas, pero no todos compartían su opinión...
La mayoría de los comentarios que recibió el enfermero al tuit fueron de apoyo: mucha gente le agradeció su labor como sanitario en mitad de una pandemia y otros se sumaron a su rechazo y malestar al ver imágenes de aglomeraciones en la calle. Pero también hubo otros que defendieron a los que hacían botellón y que atacaron a Daniel con mensajes como este: "Si tienes tiempo para estar con el móvil grabando por la ventana es que muy saturada no está la cosa amigo. Si no estarías salvando vidas sin poder parar".
También hubo algunos que entendieron que su mensaje era un ataque a los votantes de Ayuso, que había centrado su campaña en prometer "libertad" a los madrileños, y comenzaron a recordarle a Daniel que la misma situación de descontrol se había dado en otros puntos del país donde no gobernaba ella. El enfermero quiso responder "a los haters: "No me quejo de mi trabajo, sino de gente como vosotros. En 10 horas tengo mis descansos, voy al baño... cosas de rojos comunistas [...] Antivacunas/negacionistas: estáis locos".