Han pasado cinco meses, pero muchas cosas han cambiado desde entonces. La vida para Olatz Vázquez no es la misma. Todo pasó a ser distinto desde que escuchó la palabra cáncer. A partir de ese día, a esta joven de 26 años le tocó no solo luchar contra la realidad de esta enfermedad, tal como nos ha contado, sino también lidiar con sus emociones cambiantes. Unas veces arriba y otras muy abajo. Y, sobre todo, con el hecho de a veces no reconocerse. De ahí que haya querido mandar un mensaje muy inspirador a su otro yo, a la Olatz de antes del cáncer, para que pese a estas adversidades, siga recordando quién es después de todo.
Y lo ha hecho a través de una imagen en la que todavía no había aparecido el cáncer para cambiarlo todo. En ella no hay dolor ni sufrimiento. Solo una joven con los ojos cerrados que parece que se escucha a sí misma y, tal vez por eso esta joven periodista la ha escogido de entre todas las demás. A ella le saluda: "Hola Olatz del pasado. Soy yo. Sí, sé que me ves cambiada", son sus primeras palabras para presentarse.
Lo primero que repara esta visita en el tiempo es en el cambio físico que ha experimentado a raíz del cáncer y su tratamiento: "Ya no tengo esa melena morena que me abrigaba los días de frío, ni esos kilos que me permitían estar sentada en una superficie rígida. Ahora asoman tres huesos que me molestan", aunque también esta Olatz de ahora trata de dar una visión resolutiva para este último contratiempo, "nada que no se pueda arreglar con un cojín", es su respuesta.
Sin embargo, este cruce entre el pasado y el presente no pretende ser un mero recordatorio de las cosas que esta joven ha perdido durante estos cinco meses. No, la Olatz de antes del cáncer tiene algo mucho más importante que decir a la que está ahora recuperándose y que es un gran mensaje para otras personas que también están pasando por lo mismo: "Sigues siendo tú. Aunque veas que tu vida ha cambiado, aunque sientas que todo se ha parado. Sigues adelante, con paso firme, con la cabeza alta y eso te honra. Nunca te hubieses imaginado tener la fuerza que tienes, ¿verdad? Quién te lo iba a decir...".
Esa es una parte, pero no la más importante de este recordatorio de la otra Olatz, la de antes de la enfermedad. Ante una idea recurrente que a veces se le pasa por la cabeza, la chica que no podía imaginar que la palabra cáncer le rompería los esquemas se muestra rotunda ante las debilidades de la que está enferma: "Nada de lo que te ha pasado es tu culpa". Y de esta forma la anima a desterrar el "y si hubiera" o todas las cosas que podría haber hecho en este tiempo. Ahora lo que importa y le recuerda es que su lucha es otra y que hay que seguir adelante con este camino, por duro que a veces sea.
El viaje al pasado con este mensaje conmovedor no termina sin antes recordarle que no pasa nada por estar a veces mal y que eso es algo que hay que permitirse y más en sus circunstancias, que trate de valorar las pequeñas cosas porque son grandes victorias y que es hora de dejarse apoyar en los que la quieren. Lo importante de todo lo resume en dos frases: "No pares. Todo va a ir bien".
Desde que comenzó a contar su historia sin tratar de dulcificar y exponiendo la realidad con sus autorretratos que muestran distintas etapas en su lucha contra el cáncer, todos hemos caído en el influjo conmovedor de esta joven. Olatz no oculta lo que es su fase de aceptación, ni sus sentimientos encontrados, ni las sesiones de quimioterapia o el acompañamiento de sus seres queridos. Ella muestra abiertamente lo que es la realidad del cáncer y eso se puede percibir en cada una de sus imágenes. Desde el cambio físico hasta la expresión de miedo o tristeza que a veces ha captado su cámara.
Tanto es el impacto de sus fotografías en las redes que el pianista James Rhodes, también ha caído cautivado por esta exposición de realidad dura, pero a la vez muy necesaria de contar. Él que había prometido regalar su cámara Leica a quien le enviara la foto más original no tuvo dudas de que Olatz era su candidata cuando se encontró con sus autorretratos de su lucha contra el cáncer.
Y las propias redes sociales son las que han aplaudido esta elección, llenando de comentarios y de felicitaciones a la joven periodista. Sus fotos cuentan una historia y lo que todos quieren es que ahora esa cámara comience a captar su completa recuperación. Algo que ya ella ha apuntado por si todavía quedaban dudas: "No hay mejor regalo que este para mi último día de quimioterapia".