Tuve anorexia y sobrepeso a la vez

Hablamos con una psicóloga sobre la anorexia nerviosa atípica en jóvenes
Con la llegada de la 'operación bikini' aumentan las conductas de riesgo relacionadas con el peso: obsesionarse con adelgazar, practicar ejercicio excesivo, realizar dietas hipocalóricas peligrosas para la salud, etc. De por sí estos hábitos no son un trastorno psicológico, pero sí que aumentan la probabilidad de padecerlo. Por eso hoy hemos entrevistado a Nadia, una chica de 23 años que comenzó tonteando con la comida y acabó padeciendo anorexia, pero pese a lo que muchos creen, nunca alcanzó el infrapeso. Hoy en Yasss vamos a desmitificar la falsa creencia de que para sufrir anorexia nerviosa debes tener un índice de masa corporal (IMC) extremadamente bajo.
¿Qué es?
Como muchos sabréis, la anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria formado por tres pilares fundamentales: hábitos peligrosos para la salud, obsesión respecto al peso y una autoimagen distorsionada. Para diagnosticarla, la paciente (ya que el 95% son mujeres) debe cumplir los siguientes criterios:
- adolescentes de entre 12 y 16 años más o menos no adelgazan, sino que no aumentan el peso esperado según su desarrollo y crecimiento.
- Tienen muchísimo miedo a engordar.
- Su autopercepción está alterada: menudo se ven con más kilos de los que tienen.
- autoestima y niegan el riesgo de sus malos hábitos.

Por otro lado, podemos encontrarnos dos tipos de anorexia nerviosa:
- restrictiva: para adelgazar hacen dietas muy bestias, dejan de comer o se obsesionan con el ejercicio.
- purgativa: para adelgazar recurren a laxantes, diuréticos, enemas o vómitos.
Imagina la siguiente situación:
Eres médico y tienes turno de urgencias. Llega una chica que se ha desmayado en clase. Cuando hablas con ella te dice que no ha desayunado. Te fijas en su cuerpo y tiene un peso normativo, así que descartas la anorexia nerviosa. Puede que fuese con prisas ese día o que no tuviese hambre. Al rato llegan sus padres alertados por el instituto, que te cuentan que lleva meses muy tensa, que evita comer, que está preocupada por su cuerpo, que se pone ropa ancha para que no se note su peso y que más de una vez ha llorado porque se siente gorda.
Si pecamos de reduccionistas, diagnosticaríamos mal a esta chica por el simple hecho de no tener infrapeso. Además, una persona no adelgaza 30 kilos en 30 días, y no podemos dejar a un paciente sin diagnosticar durante meses a la espera de que cumpla todos los criterios. Justo por eso, los manuales psiquiátricos han introducido el diagnóstico de 'Anorexia Atípica'.
El caso de Nadia, 23 años
"Me llamo Nadia y durante mi adolescencia tuve Anorexia Nerviosa Atípica, aunque a mis 23 años arrastro las secuelas. Siempre fui la chica más grande de la clase, tanto a lo largo como a lo ancho, y encima tardé en desarrollarme del todo. A los 15 años algunas de mi clase tenían ya pechos y caderas, pero yo seguía con mi cuerpo de niña y mi barriga.
Hubo muchas cosas que me llevaron a la anorexia, como comparar mi cuerpo con el de otras chicas en los vestuarios, ser la única que no ligaba o tener que comprarme ropa de mayor porque me quedaba pequeña mi talla. Aun así, el detonante fue ir al médico con mi madre para hacerme las pruebas de la alergia.
El médico me miró de arriba abajo y dijo "esta niña tiene que comer menos galletas y más ensaladas". Me quedé sin saber cómo reaccionar y noté la vergüenza en la cara de mi madre. Ahora entiendo que lo que le avergonzó fue sentirse juzgada como madre, pero con 13 años lo que pensé fue que se avergonzaba de mí.
Empecé a darle vueltas a lo que dijo ese médico y pensé que la solución fácil sería comer menos, hasta que casi dejé de comer. Tenía trucos para que nadie se diese cuenta y al principio perdí bastante peso, pero me estanqué y no podía adelgazar más. Seguía con mi sobrepeso y no iba ni para arriba ni para abajo, y los piropos de la gente no me valían, yo quería perder todavía más kilos y ser como las otras chicas.
No sé cómo aguanté tantos años así, pero a los 16 casi me voy al otro barrio por una hipopotasemia. Tenía unos problemas nutricionales brutales y cuando hicieron analíticas los médicos fliparon.
Cuando me diagnosticaron anorexia nerviosa atípica empecé a tratarme y mejoré muchísimo, pero algo que obstaculizó el proceso fue la incredulidad de la gente. Al principio cuando lo contaba no me creían. No les entraba en la cabeza que fuese gorda. Por eso decidí callarme y vivirlo en silencio.
Ahora se podría decir que estoy 'curada', pero me cuesta volver a ser cien por cien sana. A veces me obsesiono mirando calorías de cosas o evito planes para no comer en exceso. Luego me acuerdo de aquel día en el hospital y de los médicos diciendo a mis padres "si llega a pasar más tiempo igual no lo cuenta" y se me van esas ideas. Ojalá la gente no tuviese que llegar a ese extremo para poder vivir sin complejos y sin hacerse daño."

Algunos consejos de cara a la peligrosa 'operación bikini'
Como decía al comienzo del artículo, la llegada del verano es un momento muy jugoso para que aparezcan conductas de riesgo. Debes tener en cuenta varios aspectos:
- trabaja en tu autoestima y luego modifica tus hábitos de salud.
- imposible adelgazar todo lo que quieres en 3 meses, y si lo consigues el efecto rebote va a ser brutal.
- mayoría de dietas milagro son muy peligrosas para la salud, aumentando el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares, desequilibrios hormonales y otros problemas físicos en el futuro. Es pan para hoy y hambre para mañana.
- no te obsesiones. Comienza poco a poco y no seas restrictivo o restrictiva.
- Deja las dietas de Internet y ponte en manos de un nutricionista cualificado, y si tu problema con la comida es que te pegas atracones cuando sientes ansiedad o estrés, ponte en manos de un psicólogo.