Hablamos con El Hematocrítico: maestro de infantil de día y tuitstar todo el rato

Según los tiempos que corren, parece prácticamente imposible ser capaz de compaginar un trabajo tan delicado como el de maestro con un hobby tan peligroso como el de tuitstar. Peligroso porque últimamente da la sensación de que Twitter es el mayor reducto de delincuentes en España y la legislación española está intentando regular lo más rápido que puede los comportamientos en esta red social. Sin ir más lejos, la semana pasada se dictaminaba que retuitear un mensaje delictivo también será considerado un delito.
Por eso mismo sorprende una figura como la de Hematocrítico y sus más de cien mil seguidores. Porque es un creador incansable que se ha reinventado más veces que Madonna sin dejar de ser él mismo, demostrando un dominio total de los diferentes formatos que ofrece Internet para seguir asombrando, y, sobre todo, divirtiendo a sus followers. Y todo esto sin pasar por el calabozo. Pero, sobre todo, sin haber tenido un solo desliz que ponga en peligro no solo su nombre artístico, sino su carrera profesional: la de maestro.
" Había una vez un pito que se hizo caca en un pedo “ Mi sesión de improv con mis alumnos ha sido un éxito rotundo
— El Hematocrítico (@hematocritico) 15 de abril de 2015
Quise hablar con él sobre su doble faceta de tuitero y maestro por dos motivos: el primero, por pura admiración. Llevo unos siete años siguiendo a Hematocrítico en Twitter y he visto cómo se ha ido convirtiendo en todo un referente cultural con sus apariciones en los medios de comunicación y las actividades que ha ido desarrollando para sus followers, como su lista de Spotify 'Un temazo diario' o su superproducción twittera 'Legends of Hemato'; el segundo motivo es que todavía me sigue pareciendo increíble que una persona con tanto talento "se conforme" con ser un maestro en La Coruña.
Mientras que todo el mundo se tira de los pelos (o le tira de los pelos a los demás) para lograr el éxito en Internet, Hematocrítico lo logra sin inmutarse, por pura diversión, y ni se le pasa por la cabeza dejar de ser maestro, porque aunque sus alumnos no sepan lo que es un tuitstar, "ser maestro en infantil tiene un status de fama dentro de la clase y de adoración infinitamente superior al de tuitstar, y si me apuras ,hasta de delantero del Madrid. Los niños aman a sus profes". Él tiene claro que ser influencer en su clase de niños de tres años es mucho más relevante e importante, a largo plazo, que serlo en Internet.
Mis alumnos nacieron en el 2013
— El Hematocrítico (@hematocritico) 16 de septiembre de 2016
En
El
2013
Por muy loco que pueda parecer, Hematocrítico encontró su vocación de maestro en Arnold Schwarzenegger: "básicamente por 'Poli de Guardería', que me pilló en una época de mi adolescencia donde vi que ese estilo de vida me encajaba como un guante. (risas). Creo que tengo un don con los niños pequeños. Me encanta hablar con ellos, conocerles, disfruto mucho con lo que me tienen que contar. Y como a ellos les encanta contar cosas..."
Para Hematocrítico, ser maestro es una celebración constante, por lo que aprende y se ríe con sus alumnos, que viven en un mundo completamente diferente y tienen unos razonamientos de lo más sorprendentes: "trabajar con niños de infantil está lleno de momentos maravillosos. ¡Pero si he tenido que resolver una discusión sobre si existía o no el trigo!"
Un alumno mío ya sabe lo que va a ser de mayor : Indio.
— El Hematocrítico (@hematocritico) 6 de junio de 2017
Por este motivo, cuenta que en el Día del Maestro tampoco hace nada especial. "El día del maestro en mi vida no existe más allá de Google y de alguna palmadita que nos damos en el claustro entre nosotros. Nuestra profesión es para ser celebrada y disfrutada cada día. Es dura, pero te ríes."
Él no ha ocultado nunca su profesión e incluso ha llegado a compartir en las redes sociales algunas de las anécdotas más curiosas que ha vivido en el aula.
Mis alumnos hacen libros de Feliz Feroz para que se los firme. ME LOS COMO pic.twitter.com/n538K5rnH4
— El Hematocrítico (@hematocritico) 5 de abril de 2016
Durante sus primeros años como twittero era una persona completamente anónima. Sin embargo, con el paso de los años y sobre todo con su no poder parar de crear su cara ha ido saliendo a la luz. Para sus alumnos no es ningún problema porque ellos todavía no entienden muy bien lo que es Internet, pero, ¿cómo se lo tomarían un padre, una persona adulta que sabe que las redes sociales tienen un reverso de lo más tenebroso donde la gente tiende a comportarse mal? ¿Qué pensarías tú si supieras que a tu hijo de tres años le va a dar clase un tuitstar?
Mañana voy a conocer a los padres de mis nuevos alumnos...¿serás tú uno de ellos? PARTICIPA Y GANA
— El Hematocrítico (@hematocritico) 6 de septiembre de 2016
En su caso, muchos padres han comenzado a seguirlo en las redes sociales. Su novela infantil 'Feliz Feroz' tuvo tanto éxito que "se convirtió en lectura recomendada en muchos colegios, incluso el mío. Y mi foto está dentro del libro así que SE DESTAPÓ. Muchos padres me siguen, sobre todo por Facebook, y empiezan a intentar desentrañar el entramado de todo lo que hago. La verdad es que los padres de mi colegio son maravillosos".
LOS PADRES DE MIS ALUMNOS :___) pic.twitter.com/VUyO4HDxXQ
— El Hematocrítico (@hematocritico) 9 de junio de 2014
Todo le sale bien, por eso Hematocrítico siempre me ha parecido, si no un ejemplo a seguir (no es que ahora tengamos que ser todos el Hematocrítico, porque Hematocrítico ya hay uno y siempre va a ser Hematocrítico mejor que nosotros), un ejemplo a tener en cuenta. Una persona, o personalidad, o personaje, o lo que sea, del que poder extraer un aprendizaje válido para cualquier persona que persiga el éxito a nivel profesional o en Internet: haz lo que te gusta, dedícate a aquello que se te dé bien, y, sobre todo, disfrútalo. Si tú te diviertes, los demás se divertirán contigo, y será entonces cuando te caigan los followers del cielo y los padres de tus alumnos se rindan a tus pies.
Tanto tiempo siguiendo a Hematocrítico para darte cuenta de que desearías tener tres años para tenerlo como profe, porque tenerlo en tu timeline te va a asegurar las risas, pero tenerlo como maestro te podría llegar a cambiar la vida.