Tener 30 años y mantener la ilusión por la salida del Expreso de Hogwarts tampoco es tan raro

Los años pasan pero tu ilusión por formar parte del universo mágico de Harry Potter permanece
Aquellas personas que crecieron leyendo las novelas o viendo las películas de 'Harry Potter' nunca dejarán de creer en la magia
Hay ciertas fechas en nuestro calendario demasiado relevantes si eres un verdadero potterhead. Desde el 31 de julio, cumpleaños de Harry Potter, protagonista de la saga, hasta el 1 de septiembre, día en el que el Expreso de Hogwarts parte hacia el colegio de magia y hechicería más famoso del mundo.
Los que crecimos y nos formamos como personas al mismo tiempo que iban apareciendo en el mercado los nuevos libros de la saga de Harry Potter jamás las olvidaremos. Del mismo modo que no podremos dejar de sentir un pinchazo en el corazón cada año que pasa sin que recibamos nuestra carta de Hogwarts.
MÁS
Es cierto, tiene un punto de ridículo haber llegado a la treintena y seguir soñando con un mundo al que nunca perteneceremos. Igual que esos mismos treintañeros miramos un piso desde la calle y pensamos "me encantaría vivir ahí pero sé que jamás podría pagar esa hipoteca". Solo que este mundo, el de Harry Potter, encima, ni siquiera existe. No podemos consolarnos mirando Hogwarts desde lejos, contentos porque sabemos lo que está ocurriendo ahí dentro pero tristes porque jamás podremos experimentarlo.

Ser potterhead es vivir de ilusiones, sí. La cosa es saber si la ilusión nace de querer batirse en duelo con Lord Voldemort o de echar de menos esa temprana adolescencia en la que aún no sabíamos que no nos íbamos a poder comprar un piso cuando tuviéramos la edad en la que Harry Potter tuvo su primer hijo.
"No puedes tener 30 años y decir que sigues esperando la carta de Hogwarts"
La genial cómica Lalachus, conocida por sus vídeos de TikTok (y por ser la prima de nuestra bruja Yasss) compartía hace unos días en su cuenta de Twitter un vídeo en el que hablaba de este fenómeno:
El fenómeno de estar más cerca de la jubilación que de los 11 años, la edad a la que los magos son requeridos para empezar su formación en Hogwarts: "Es un poco anticonstitucional que vayas diciendo por ahí que eres de la casa Ravenclaw o Hufflepuff", decía Lalachus en un vídeo que recibió más de 3.000 me gusta.
También en la revista satírica 'El Jueves' dedicaron un artículo a los adultos obsesionados con Harry Potter. "Miles de potterheads, antaño jóvenes impresionables que hoy siguen llevando su tupper con escudo de Gryffindor al comedor de la consultoría y esperaban aún, tal vez, la dichosa carta de acceso a Hogwarts, han recibido al fin su pergamino, pero con un texto mucho más amargo: "Por favor, deje de denigrar al colectivo mágico con sus patochadas", decían en su sección de noticias ficticias en tono humorístico.
After all this time? Always: potterheads hasta la muerte
Por supuesto que se puede superar la fase de fan fatal de Harry Potter y dejar de salir a al calle con tu sudadera del equipo de quidditch. Pero también se puede hacer el esfuerzo de entender que si has crecido leyendo unos libros, si has pasado los años más importantes para la formación de tu personalidad leyendo, releyendo, esperando por un nuevo título y acudiendo al cine a ver por primera vez cómo eran tus personajes favoritos en la gran pantalla, ese mundo, aunque sea ficticio cobra relevancia para ti.

Porque Hogwarts no existe, vale, pero en Hogwarts has aprendido tú valores como el compañerismo, la diferencia entre el bien y el mal, la solidaridad, la humildad, la empatía, la importancia de tener buenos amigos, la justicia...
Una investigación en el ámbito de la psicología estudió a un grupo de alumnos de primaria antes y después de leer los libros de Harry Potter, concluyendo que haber leído la saga te convierte en mejor persona, alguien con menos prejuicios y mayor respeto por la diversidad.
Voy a ser fan de Harry Potter toda mi vida. Por todo lo que la saga me dió cuando la leía, era una vía de escape y me permitía soñar en escapar de una realidad poco acogedora.
— ✨Natt✨ ⚰️ (@Nattbecquer) 27 de agosto de 2020
Si somos adultos para dejar de desear que nos llegue la carta de Hogwarts deberíamos serlo también para entender que cada uno nos ilusionamos con nuestras mierdas y que comprarse una capa, una varita y una corbata no hace daño a nadie pero puede significar algo muy especial para algunas personas. Y sí, ya sabemos que somos tan viejos que la única manera de montarnos en el Expreso un 1 de septiembre sería como profesores, pero qué mas da.