Lola Flores no solo cantaba y bailaba, también fue nuestra primera empoderada

Lola Flores era un ciclón sobre el escenario... y seguramente fuera de él. La imagen que nos ha quedado en el recuerdo de Lola es la de una mujer fuerte, segura de sí misma y con un buen par de ovarios. Ella podía con todo y nunca tuvo miedo a expresar su opinión y a defender cualquier cosa en la que creyera.

Quizás ahora nos parezca muy sencillo lo que Lola consiguió, pero no debemos olvidar el contexto en el que nació, creció, actuó y vivió la mayor parte de su vida: el franquismo, la censura y la represión. Eso hace que su fuerza y su poder se tripliquen, porque en unos años en los que la mujer estaba totalmente anulada socialmente, ella luchó primero por ser artista y, después, por ser ella misma. Sin temor a nada ni a nadie.

Jesús Quintero, uno de los periodistas más importantes del siglo XX, dijo sobre Lola que ella había sido una de las mujeres más libres que él había conocido. Él fue quien le hizo una de las entrevistas más recordadas. ¡Aquí podéis ver a una mujer sin tabúes y sin complejos, hablando con naturalidad de cosas que no podrían tolerarse en una mujer!

Nunca se achantó ante un hombre y siempre dijo aquello que pensaba, porque aunque no había recibido una educación escolar, algo normal para las mujeres de su época, lo mucho que viajó y las grandes personalidades a las que conoció la dotaron de una sabiduría genuina.

Y qué decir de cómo hablaba de otras mujeres. Siempre defendió a sus compañeras de profesión, ya que las artistas, aunque eran admiradas, realmente no eran modelos de conducta por considerarse "demasiado libres" (y liberales). Pero Lola sabía lo que había que trabajar para estar donde ellas estaban y siempre lo dijo en voz alta. Por eso es necesario reivindicar a Lola Flores no solo como gran símbolo de la canción española, sino como icono feminista también.