Víctor Palmero: “Me entristece que 'Johnny Chico' resulte tan actual en un mundo en el que en lugar de avanzar, vamos hacia atrás”

Víctor Palmero, conocido por su papel de Alba Recio en 'La que se avecina', protagoniza la obra 'Johnny Chico', en el Teatro Lara de Madrid hasta el mes de enero
Se trata de un proyecto muy personal, traducido por el actor y adaptado por su profesor de teatro, sobre un joven homosexual de origen humilde que explora su identidad
Charlamos con el actor sobre esta obra tan aclamada por el público y por la crítica, la ola de agresiones LGTBfobas que estamos sufriendo en España y sobre su personaje en la exitosa serie de Telecinco
Víctor Palmero (Onda, 1989) es un actor con varios personajes reconocibles de esos de los que es difícil desprenderse. Seguro que te acuerdas de cuando dio vida a Toño en 'Física o Química', y sobre todo de Alba Recio, una de las figuras más queridas de 'La que se avecina', y una de las pocas que visibilizan la realidad trans en la televisión española.
Pero si hay un proyecto por el que se le reconoce y alaba ahora, y que será recordado también en el futuro, es 'Johnny Chico', la obra de teatro, traducida por él mismo y dirigida por Eduard Costa, su profesor hace unos años, que protagoniza ahora en el Teatro Lara de Madrid. Basada en un texto australiano de 1994, titulado 'Go By Night' y escrito por Stephen House, es la historia de un joven homosexual de origen humilde y pasado violento que se ve empujado a explorar su identidad de género.
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Hablamos con él sobre todos estos temas, de especial actualidad tras el asesinato de Samuel Luiz y la ola de agresiones LGTBfobas que sufrimos en España ahora mismo.
Pregunta: ¿Cuál es el germen de 'Johnny Chico'? Si no me equivoco, es un texto que descubriste y que has trabajado y traducido tú. ¿Qué te gustó tanto de ello?
Respuesta: Sí, ha acabado siendo un trabajo de Eduard Costa y mío, pero yo tenía la idea de hace muchos años de hacer un monólogo, y llevaba muchísimo tiempo buscando teatro. Cuando llegué a Madrid, y te hablo de 2009, publiqué en Facebook que estaba interesando en textos de teatro, y un compañero actor, Juan Caballero, me recomendó una web australiana que tiene un buscador de libretos, en el que puedes filtrar cuántos actores hay, edades de los actores… Eso se quedó ahí, y en 2018, estando una noche aburrido en Nueva York, me acordé de aquello, me dio por buscar un texto para un actor de entre 20 y 30 años, y apareció 'Go By Night', que hemos traducido como 'Johnny Chico'.
Y fue una de esas cosas que no sabes si la has encontrado tú o te ha encontrado a ti. Empecé a leer el texto y a sentirme superconmovido con las primeras escenas, con todo lo de la trabajadora social, el centro de menores, la madre, la gaviota… Entonces compré el texto como quien compra un libro, y conforme lo iba traduciendo a mi llegada a España, iba alucinando porque casualmente había empezado a hacer el trabajo de Alba Recio, en 'La que se avecina', que de alguna manera tocaba el mismo tema de una forma totalmente diferente. Cuando la tuve traducida se la pasé a Eduard Costa, que fue mi profe de teatro en el pueblo, le gustó y me dijo que sí.
Uno de los primeros aspectos que chocan de 'Johnny Chico' es que cuesta empatizar con él, sobre todo por las violentas escenas iniciales. ¿Cómo se enfrenta un actor a un personaje con el que no es fácil alinearse moralmente desde el principio?
Empaticé enseguida por las escenas iniciales en ese punto de perder a una madre, que es tu único ser querido, de tener una historia familiar complicada en la que no te encuentras, pero es verdad que esos momentos de violencia tienen un punto misógino. Es complicado empatizar y entrar así con el personaje. Pero creo que todos los que vienen a ver 'Johnny Chico' recorren con él un arco brutal, y te cuelas en los recovecos de una vida triste, sin cariño, de maltrato, de violencia familiar, de abusos sexuales… Esto no quiere decir que lo perdones, pero sí entiendes el porqué de esa violencia absurda que le entra en momentos puntuales.
En ese sentido, 'Johnny Chico' es una reflexión sobre la violencia como algo cíclico. Al final, él replica la violencia que sufrió porque cree que es la única manera de ser un hombre de verdad, e incluso un medio de socialización con otros hombres
Nosotros sí pensamos que cuando vives la violencia como algo tan cercano, desde tu infancia, siendo un niño, lo llegas a banalizar, a pensar que es lo normal, que es lo que debe de pasar en todas las familias… Cuando tu universo reside en las paredes de la casa de tus padres, puedes llegar a quitarle importancia a un suceso de esa gravedad. Quizá por ahí se puede entender a un personaje de estas características, comprendiendo de dónde viene y hasta dónde llega.
¿Qué fue para ti lo más desafiante de 'Johnny Chico'? ¿El hecho de que fuera un monólogo, que tuvieras que interpretar varios registros…? Hay incluso momentos en los que bailas y cantas
Lo más desafiante, pero a la vez lo que más me ponía, era el cambio de registro. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer una obra de este tipo. Anteriormente había trabajando en 'Clímax', donde a pequeña escala hacíamos escenas diferentes con diferentes personajes, y me parecía superinteresante mezclar todo eso en una función. Además, los cambios de personajes son en crudo, con la misma vestimenta prácticamente, delante del espectador y en cuestión de segundos. Esto es un desafío que me apetecía mucho. A día de hoy lo tengo mucho más pillado, pero es verdad que la obra transcurre a un ritmo frenético, muy loco, y acabo exhausto, aunque también completamente agradecido viendo la reacción que está teniendo entre el público y la crítica un proyecto tan personal en el que hemos creído Eduard y yo.
Acabo exhausto, aunque también completamente agradecido viendo la reacción de la gente y de la crítica
¿Cómo te preparaste el personaje? ¿Trabajaste esos registros, hiciste lecturas o viste otros monólogos? Recuerda mucho a 'Iphigenia en Vallecas', de María Hervás
Me llama la atención que menciones a María porque he oído hablar mucho de 'Iphigenia en Vallecas', y de otro monólogo que hizo que se titula 'Cartas a Alá'. Y la verdad es que no he podido ver ninguno de los dos, pero sí su interpretación maravillosa en '¿A quién te llevarías a una isla desierta?'. Me parece una actriz admirable y un referente. También lo fue en su momento Asier Etxeandia en 'El intérprete'. Y otros actores a los que he admirado desde el público y que me hicieron pensar que quería hacer trabajos como ese. A la hora de enfrentarnos a 'Johnny Chico', hemos intentado que fuera mucho desde la verdad, sin tomar muchos referentes, aunque sí es cierto que en algún personaje puntual pensamos, por ejemplo, en la señorita Rottenmeier, para la trabajadora social.
Pero en general queríamos que fuera muy desde el yo. Recuerdo que los ensayos empezaron en la sala que tiene Eduard en Valencia, y llevé este chándal rojo mío porque veía al personaje con él. Y Edu puso una silla en el escenario, y así empezamos. Con una silla y un chándal. Eduard ha hecho crecer mucho el espectáculo porque el texto escrito para Australia era totalmente distinto, pero creo que ha sabido replicar el resultado, e incluso meter cosas que no estaban, como el rap. Se puso por norma que la obra tuviera un ritmo frenético, que el espectador no se pudiera aburrir, que las formas de narración fuera muy distintas, y estamos muy contextos con la respuesta.

'Johnny Chico' es una obra de 1994 que tiene un rollo muy 'Trainspotting'. ¿Qué tiene de actual?
Sí, por un lado tiene ese punto noventero, pero por otro creo que es un tema completamente universal. Estamos hablando de la búsqueda de identidad personal y sexual de alguien, de la búsqueda de ser amado, y con eso es inevitable que cualquier espectador pueda empatizar. Independientemente de esto, recuerdo que cuando yo le pedí el texto al autor allá por 2018, me preguntó que si no quería hacer algo más actual, y yo le dije que lo quería así. La sorpresa ha sido ver que en las últimas semanas las asociaciones LGTBI se están uniendo porque está habiendo una ola brutal de ataques homófobos. En la obra se proyectan titulares sobre agresiones homófobas que yo mismo buscaba en Google, de otros países, pero ahora ya no tengo que buscarlos, porque aparecen varios cada semana. Me entristece que 'Johnny Chico' esté resultando tan actual en un mundo en el que parece que en lugar de dar pasos adelante los estamos dando hacia atrás.
¿Te preocupa lo que está pasando con agresiones y asesinatos como el de Samuel Luiz? En algún momento tú mismo has sido víctima de acoso LGTBfóbico por el personaje de Alba Recio
Dentro de la mierda de lo que está sucediendo, lo emocionante y bonito, lo que debemos sacar, es el hecho de que tras lo que ha ocurrido con Samuel en Galicia, hay una ola completamente distinta. De personas con dos dedos de frente que está yendo a manifestarse a las plazas, que está volviendo a salir, que rabia por dentro ante sucesos tan incomprensibles y tan duros como este. Ayer mismo, tras la función, un chico se me acercó y me dijo que llevaba la pulsera de la bandera arcoíris, sin ser homosexual, porque no entiende lo que está pasando. Ver esa rabia, esas ganas de amor, el hecho de que prevalezca ser quien te dé la puta gana de ser, también emociona, y hace que veamos que fiestas como el Orgullo tienen más sentido que nunca. Y debemos seguir al pie del cañón. Nosotros desde el arte, desde el teatro, con 'Johnny Chico' estamos poniendo nuestro granito de arena para hacer entender a la gente que, como dice la obra, debemos ser como queramos ser porque todo es lo mismo cuando nos desnudamos de forma emocional, cuando nos abrimos.
Que prevalezca ser quien te dé la puta gana de ser, también emociona, y hace que fiestas como el Orgullo tengan más sentido que nunca
'Johnny Chico' también es una historia sobre la masculinidad. Muchos hombres, sobre todo los LGTB+, pero no solamente, hemos tenido que fingir cosas que no somos para ser aceptados por otros hombres. En alguna entrevista has reconocido que en tu infancia sufriste acoso porque te gustaba la interpretación y el baile y no el fútbol
A mí me sucedió de niño, efectivamente, y sigue pasando. La época de la escuela es una de las más jodidas para cualquier niño o niña que no sea lo que se considera heteronormativo. A mí me gustaba bailar, me gustaba cantar, y en los años 90 era muy fácil escuchar la palabra “maricón” de la boca de cualquiera. Y así sigue siendo hoy. En ese sentido necesitamos mucha más educación sexual en las escuelas, desde un punto de vista más real que aquello de que los niños tienen pene y las niñas tienen vagina y la regla. Esa fue la charla sexual que recibí cuando iba al colegio.
Tenemos un abanico de tanta variedad, de tantas realidades interesantes, que los niños necesitan escuchar y entender para no sentirse bichos raros, y para que sus compañeros no les hagan sentir más bichos raros todavía. Cuando leí 'Johnny Chico', me sentí identificado con esa necesidad de viajar a una ciudad más grande para poder sentir, para conocer a gente interesante… A mi pueblo, Onda, en Castellón, le tengo un cariño enorme, pero me hizo sentir un bicho raro hasta que llegó Eduard. Fue mi tabla de salvación. Era un tío distinto, que traía arte, que creía en lo mismo que yo, a quien le apasionaba el teatro, que me regalaba libros, y se convirtió no solo en un profesor, sino en un maestro vital, en una persona que nos mostraba una cara diferente de la vida.
'Johnny Chico' tiene una reflexión liberadora sobre cómo abrazar nuestro lado femenino puede ayudarnos a sentirnos más a gusto con nosotros mismos. Imagino que, a la hora de construir eso, el trabajo que has hecho con Alba Recio te ha ayudado
Claro. Lo que me parecía interesante de 'Johnny Chico' a diferencia de Alba es que él es un interrogante, y lo que vivimos durante los 80 minutos que dura el espectáculo es la respuesta a ese interrogante. ¿Quién soy? ¿Qué quiero ser? ¿Quiero ser algo definitivo o jugar a ser un momento una cosa y otro otra? La respuesta a este interrogante es que qué más da lo que uno sea mientras disfrute siendo. Ahí está la esencia y lo bonito de la vida.
Respecto a Alba Recio, has recibido alabanzas, por la visibilidad, pero también críticas, por el hecho de ser un actor cisgénero dando vida a una persona transgénero. ¿Cómo os estáis planteando la evolución del personaje? ¿Vais a realizar algún cambio de cara a la próxima temporada?
A día de hoy no sé qué va a pasar con Alba Recio. No sabemos si va a haber próxima temporada o no. Pero lo que me parece interesante en sí del personaje es ese debate que generas con esa pregunta. El poder hacer que esto evolucione, que cada día se logren más avances con la cuestión trans desde las leyes, que cada vez haya trabajando más actores y actrices trans…Personalmente, me importa y empatizo con quien se pueda sentir molesto, y personalmente alguna vez he llegado a hablar al respecto de algunas tramas de guion que no entendía. Pero esto te lo dice Víctor. Otra cosa es Alba Recio, que es un personaje de ficción que está en la tele. Esto es lo que te puedo decir desde mí. Al final, lo que hago cuando voy a 'La que se avecina' es trabajar, interpretar un guion y un personaje de ficción.

Por último, ¿qué proyectos de futuro tienes entre manos?
Por ahora no puedo contarte nada porque nada está cerrado del todo, pero lo guay es que 'Johnny Chico' va a estar hasta enero en el Teatro Lara, a partir de la segunda quincena de agosto los sábados a las diez y media de la noche. Me hace mucha ilusión que un proyecto tan personal y que nos ha costado tanto meter en Madrid haya crecido como la espuma y hayan decidido subirnos a la parte de arriba del Lara, y mantenernos durante todos estos meses. Me apetece mucho que el público de Madrid pueda conocer a Johnny.