Así ahorro más de 200 euros al mes comiendo canapés en eventos

Os aviso de una cosita antes de comenzar: mi metabolismo ralentizado ha sido el que me ha salvado de ser una canapera premium, pero a lo largo de mi trayectoria profesional he observado con meticulosidad a los canaperos más expertos del panorama. De ellos he extraído esta guía para desayunar, comer y cenar gratis haciendo lo que mejor se nos da: posturear.
Llevo exactamente nueve años trabajando en revistas de moda, y os puedo asegurar que jamás he conocido el lujo y el oropel de los que me aseguraron disfrutaría. “Antes todo era distinto”, me decían las más veteranas de la redacción. Mientras tanto, yo sacaba el tupper de mi bolso de Zara -ellas llevaban un Chanel y comían alguna ensaladita en un restaurante que cobrara cada hoja de lechuga a diez euros- y me planteaba qué demonios ponerme para ese evento al que tenía que asistir al finalizar la jornada laboral. Un evento de trabajo, aclaro, porque trabajar en una revista de moda exige llenar tu agenda de eventos que lejos de ser vividos como fiestas, terminan por ser obligaciones.
Ahí estaba yo, comiéndome un triste bocadillo antes de entrar para no pasar hambre. Pobre ilusa: no sabía lo que me deparaba al pasar el chequeo necesario para saber si estás o no en la lista. Esta Paco Martínez Soria recién llegada a la moda se encontró con champán y con decenas de camareros cargados con bandejas repletas de canapés. Sí: mi nueva vida como redactora de moda traía consigo cenar -y beber- gratis. Con mesura, por supuesto, no fuera a coger diez kilos de golpe, algo -creía, sospechaba, temía- imperdonable en una revista de moda.

Yo ejercía de canapera por obligación -lo sé, problemas del primer mundo-, pero con la llegada de las hordas de blogueros, el canaperismo se convirtió en una máxima. Para reconocer a los expertos canaperos, basta con fijarte en la mirada de los asistentes. Les da igual que ante sus narices pase Lady Gaga o Andrés Velencoso, o que la marca que organiza el evento presente su última innovación: en sus pupilas se puede vislumbrar el trayecto que realizarán los camareros, un camino que conocen con la precisión con la que el protagonista de 'Prision Break' conocía los planos de la cárcel. Saltarán sobre los canapés a tal velocidad que ni siquiera habrás podido darte cuenta de que esa bandeja estuvo alguna vez llena y ni se molestarán en preguntar qué se están metiendo en la boca.

El canaperismo te puede ayudar a ahorrar una buena cantidad de dinero al mes. Basta con planificar bien tus obligaciones laborales y estar atento a los eventos de Facebook, esos que tendemos a silenciar y a mirar con rabia cuando sus notificaciones nos hacen creer que se tratan de un mensaje del que nos gusta. Quizás no tengas la dieta más equilibrada del mundo, pero desde luego, sí que tendrás una de las dietas más baratas.

Para que el canaperismo vaya bien, has de cuidar la cantidad de copas que te tomas, porque no quieres ser conocida como la periodista alcohólica de tal revista de moda ni como el influencer que tiene más grados de alcohol en su cuerpo que likes. Esfuérzate por prestar atención a los PR de las marcas para que no crean que solo estás ahí por la comida gratis, por mucho que ellos lo sepan. Sí: el interés fingido del canapero es el eterno elefante rosa del salón en los eventos de moda.

El canaperismo también puede ayudarte a conseguir desayunos gratis, aunque estos se agolpan durante la temporada de open days, que pueden llegar a extenderse a lo largo de dos semanas. Saladitos, croissants y los inexplicables y absurdos cupcakes -pasaron de moda hace tiempo, pero se esfuerzan en quedarse entre nosotros- harán que tus desayunos sean material de coma diabético. Cuidado con enlazar demasiados showrooms o la cantidad de cafeína acumulada en tu sistema hará que llegues a la oficina más nervioso que El Cigala en Nochevieja. Cuando te ofrezcan algo a tu llegada, limítate a pedir un café o un té de primeras. Así podrás prestar atención a la colección sin convertirte en una máquina suelta-migas. La temporada de showrooms te permite enlazar el desayuno con la comida, y así te libras un día del maldito tupper.

Para ser un canapero discreto, es importante no quedar en evidencia al salir del evento. Cuando te den la clásica bolsa con obsequios, asegurarte de abrirla en casa o en el coche, no en la puerta. Si no puedes evitarlo porque el ansia y la curiosidad te pueden, no hagas valoraciones en alto, que nos conocemos. Es posible que el PR de la marca esté cerca y te incluya en su lista negra.
Ahora que ya has leído la guía de canaperismo premium, prepárate para apuntar eventos en tu agenda y calcula el dinero que vas a ahorrar gracias a estos festivales de glotonería glam.