Salir del último examen y tener una sensación extraña. No porque este fuera difícil, sino por la situación en general. Así se están sintiendo estos días miles de alumnos universitarios en España. Tras la vuelta de las vacaciones de Navidad, y en plena tercera ola de pandemia en la que los contagios no paran de crecer y están marcando sus picos más altos, los universitarios han llegado a los exámenes trimestrales con bastante sensación de caos y sin entender por qué los campus han mantenido sus exámenes de manera presencial cuando durante el curso han apostado por la formación online.
Independientemente del clima y de las quejas que se han sucedido en las redes bajo el hashtag #ExamenesOnlineEspana para frenar las pruebas presenciales, estas han seguido adelante provocando un gran descontento en muchos casos. Además, en los casos en los que se han planteado cambios en la modalidad de los exámenes por parte de los centros, estos tampoco han sido muy aplaudidos por parte de los estudiantes ya que "han sido de la noche a la mañana y casi nos ha pillado sin enterarnos", explica a Yasss Eva Grandes (23 años), estudiante de Veterinaria en la universidad Complutense de Madrid. Por su parte, las universidades prefieren mantener el formato presencial para evitar fraudes.
Lo cierto es que la mayoría de los alumnos preguntados no entienden muy bien por qué las universidades han apostado por un modelo semipresencial durante el curso y a la hora de examinarse les hacen ir a las aulas. En esa línea Macarena Sánchez de 22 años, que estudia cuarto curso de Comunicación Audiovisual por la universidad Rey Juan Carlos de Madrid se muestra especialmente enfadada: "No nos ha gustado el hecho de que se prohíban las reuniones limitando el número de personas, pero sí se permita juntar a unos 50 alumnos para la realización de exámenes después de haber tenido todas las clases online que, sinceramente han dejado un poco que desear".
Lo mismo le ha ocurrido a Nuria Ibáñez, estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la universidad Carlos III de Madrid y de la misma edad que Macarena: ha coincidido con mucha más gente de la deseada estos días esperando en los pasillos o a la salida de las clases. Llegados a este punto no entiende nada. Además, también comparte con Yasss su indignación al tener que acudir al centro a hacer un examen llevando su propio portátil para que "no toquemos papeles y sea todo más seguro".
La queja generalizada es que los alumnos han pedido que se les escuche pero los rectorados han establecido los acuerdos de manera unilateral. Y, aunque se han hecho públicas en redes sociales a lo largo de estas semanas imágenes que muestran una mala organización de algunos exámenes, las universidades y autonomías aseguran que son casos puntuales y que en las aulas y el resto de instalaciones académicas los protocolos de prevención están funcionando.
Con la distancia de más de un metro, exámenes en el banco para no tener que entregarlos en mano y ventilación permanente se han intentado minimizar los riesgos, pero eso no ha terminado con el descontento de los alumnos que sienten que se ha improvisado sobre la marcha y que lo que ha pasado no estaba establecido en las guías docentes de las que hablaron a principio del curso.
"En el caso de mi carrera, todas las asignaturas se han llevado a cabo de manera online, con una presencialidad de dos días al mes únicamente en una asignatura", explica Macarena Sánchez, quién matiza que se ha hecho así para evitar los contactos, los transportes y garantizar la salud de alumnos y profesores. Ahora, cuando le ha tocado examinarse, la cosa ha cambiado. En su caso ha tenido cuatro exámenes durante estas semanas (dos online y dos presenciales) y, aunque ella reconoce que cuando ha tenido que ir al centro, dentro de la clase se han extremado las precauciones, no pasaba lo mismo en los pasillos donde se amontonaban alumnos de varias clases.
Lo curioso y lo que más le indigna es que ella también ha tenido que ir a la universidad presencialmente para hacer un examen online (en el caso de Macarena nos cuenta a Yasss que no ha tenido que llevar su portátil, tal como le ha pasado a Nuria Ibáñez y a otros estudiantes). "Nos parece absurdo porque se podría haber hecho perfectamente desde casa", insiste, pero las universidades alegan sus propios motivos para poder hacer estas pruebas de forma presencial: evitar el fraude, tal y como han detallado medios como NIUS.
Y es que la pandemia ha provocado también otra forma de hacer trampas en los exámenes y, precisamente, haciendo alusión a eso las universidades justifican la presencialidad en las pruebas oficiales. Para los exámenes online se están extendiendo anuncios en páginas como se puede ver en la página web milanuncios.com en las que alguien hace el examen por ti a cambio de dinero.
Bajo el título de 'Examen solucionado' aparece así un anuncio en el que concretamente un profesor ingeniero resuelve los ejercicios de un examen online para alumnos de Bachillerato y de las universidades (matemáticas, cálculo física, álgebra, circuitos, estadística, contabilidad y UNED). Asegurando el aprobado y solo teniendo que cuadrar el horario, se ha extendido esta nueva práctica y en las universidades son conscientes de que esto existe.
De ahí que los centros prefieran mantener las pruebas presenciales aunque, como afectada, Nuria Ibáñez al igual que otros estudiantes, rechazan el caos que se ha montado durante estas semanas: "Creo que en este caso debería prevalecer la salud de toda la comunidad universitaria a que las notas sean más o menos justas". El riesgo para ellos y atendiendo a los criterios de movilidad no está solo en el momento en el que hacen el examen. "Tenemos que desplazarnos en algunos casos a otros comunidades autónomas o coger transporte público para llegar a las universidades en un momento crítico de la pandemia", defiende esta estudiante de la Universidad Carlos III a la que le ha tocado llevarse su propio portátil al aula para examinarse.