En esta vida existen una infinidad de cosas que nos atan y, a la vez, que cambian según vamos creciendo. Por ejemplo, cuando ya entras en una edad adulta dependes de la hipoteca de tu casa, de tu horario de trabajo y de tus obligaciones. Es una dependencia material, pero también sucede muchas veces que esta dependencia se manifiesta en personas. Y, es que, muchos no saben vivir solos o se sienten vacíos cuando no comparten sus experiencias de vida con alguien. No solo hablamos de pareja, sino también de amigos y de familia. Hay personas que no quieren o, incluso, no pueden hacer las cosas por su cuenta y que siempre necesitan tener a alguien al lado para que le dé instrucciones de cómo actuar y qué decisiones tomar.

Vivir así no es nada fácil y mucho menos con la presión de encontrar a alguien que esté disponible para ti cada vez que lo necesites. De ahí la importancia de ser independientes, tanto para tomar decisiones por cuenta propia como para no necesitar a nadie para que nos guíe. Puede que sea complicado, que se tarde un tiempo en conseguir esta independencia, pero es posible. Eso sí, siendo independiente no te quedará otra opción que madurar y cambiar el carácter; demostrarle a los demás que te vales por ti mismo.

Puede ser que en muchos momentos dudes de si realmente eres independiente o no. Y, además, puede que no lo seas siempre al cien por cien, porque, por ejemplo, siempre viene bien la ayuda de tus padres con algo de dinero o de tener un compañero fiel a tu lado que te aconseje en momentos complicados. Lo más importante será que tu felicidad no dependa de otra persona y que seas tú mismo quien la genere. Por eso, será esencial que seas independiente psicológicamente, para que seas tú misma quien pueda cambiar tu realidad cuando así lo decidas y que no dependa de otra persona. La libertad y la autonomía serán dos de los aspectos que más valoramos: poder hacer lo que se quiere, cuándo se quiere y cómo se quiere. Todo un privilegio ser independiente.

Sí que es cierto que, con los tiempos que corren y el desarrollo de las nuevas tecnologías, estas han producido cierta dependencia a ellas. Por eso, hay muchas personas que no pueden salir de casa sin su teléfono móvil, que no pueden estar sin comprobar las últimas notificaciones o sin compartir todo lo que hacen. Esto hará que, también, dependamos más de otras personas porque podemos contactar con ellas en cuestión de minutos y la comunicación nos será más fácil. Por eso, la clave está en el equilibrio, ser independiente y contar siempre con gente a la que poder acceder fácilmente. La pregunta es: ¿te consideras independiente? ¡Con este juego de Yasss lo descubrirás!