No te rías tanto de Rajoy porque a lo mejor tú bailas igual o peor que él

Cuando tú estás de fiesta y suena 'Mi gran noche' solo pueden pasar dos cosas: que seas un megarrancio que odies ese himno nacional que es la famosa canción de Raphael y pongas cara de calamar pensando "pero por qué me ponen esta música si estamos en 2018 por favor", o que lo des TODO. Pero absolutamente TODO. Que te vengas arribísima y saltes y des vueltas y tires la copa de la gente por la emoción del momento.
Pero Rajoy, como siempre, tiene que llamar la atención con sus cositas. Le ponen esta canción y el tío baila como si le hubieran puesto cualquier otra. Se mueve con soltura en el terreno del paso básico de la verbena del pueblo, que lo mismo te vale para bailar un pasodoble que 'Despacito'.
Todos llevamos dentro este paso básico de baile, porque consiste, simplemente, en seguir el ritmo. Y como todas las canciones, generalmente, tienen un ritmo de cuatro por cuarto, con saber dar dos pasitos palante y dos pasitos patrás tienes el 95% de la fiesta cubierta. Solo te toca variar cuando te ponen un vals o 'Y nos dieron las 10', que son en tres por cuatro.
Sin que sirva de precedente, tenemos que romper una lanza en favor de nuestro presi: sí, vale, no sabe bailar. Jajá, qué risa, qué poco salero tiene Mariano. Pero, ¿acaso tú bailas mejor que él? Probablemente la respuesta sea NO. Que NO sabes bailar. Que tú solo conoces tres pases de baile: el básico que domina Rajoy (y todo el mundo) el de dar saltos cuando la canción te mola o el de mover el cuello de arriba a bajo y sostener una copa con el mano apoyado en algún sitio. Así que menos risas.
Porque hay que ver lo mal que baila la gente, que sales de fiesta a cualquier discoteca y lo sorprendente es que alguien esté bailando. Que ya sea por vergüenza, por falta del sentido del ritmo o por miedo a que algún desconocido te roce cebolleta, tú prefieres clavar los pies en el suelo (bueno, a lo mejor también tenemos que contemplar el factor "falta de espacio") y ya si eso mueves un poco los hombros y los brazos.
Que tampoco decimos que tengas que prepararte un númerazo como si fueras al mundial de bailes de salón para disfrutar de una noche de fiesta, pero creemos que estos consejitos básicos para soltarse un poco os vendrán genial, tanto a Rajoy como a ti:
Date permiso: sí, como suena. Hay gente que desea bailar pero reprime sus sentimientos por miedo al ridículo. Pues aprende de Rajoy, ¿tiene él miedo al ridículo?
No te compares con nadie: claro que habrá gente que lo haga mejor que tú, pero también habrá quien lo haga peor, ¿no? (Vuelve a ver el vídeo de Rajoy). La clave es que tú te sientas cómodo y disfrutes, no que pretendas destacar o llevarte un premio.
Suéltate: ¿no bailas cuando estás solo en casa? ¿Y no sientes que lo haces genial? Entonces, ¿por qué te cortas cuando estás en la discoteca? Tu problema no es que no sepas bailar, es que no tienes confianza en ti mismo. ¡Déjate llevar!
Practica: Si realmente te sientes un pato mareado... ¡aprende! Seguro que puedes encontrar miles de tutoriales en internet que te enseñen los pasos básicos de los diferentes ritmos musicales. Ponte un ratito en tu salón y a mover el culito.
No seas un palo: De nada sirve saber qué hacer con los pies si el resto del cuerpo lo dejas rígido. Relájate, disfruta, mueve los brazos, la cabeza, la caderita...

Y, lo más importante, ¡disfruta! Bailar no es hacer la declaración de la renta, bailar es una liberación y debería ser divertido, así que pierde el miedo, siente el ritmo y a mover el esqueleto.