El antes y el después de María Pombo: la evolución de la influencer española más top

Hablar de María Pombo es nombrar a una de las figuras más importantes entre las influencers españolas. Pocos hay en redes que no conozcan al detalle su vida, ya que tiene la costumbre de documentar y monetizar su intimidad al detalle. 

Han pasado ocho años desde que su cara empezara a ser popular entre quienes querían saber quién llevaba la voz cantante de las it girls. En este tiempo, Pombo ha aglutinado poco a poco a una inmensa comunidad de seguidorxs; primero durante su etapa en Youtube, donde creó un canal que alcanzó casi medio millón de fieles; más tarde, en su cuenta de Instagram, con la que está a punto de llegar a los 3 millones de adeptxs. 

Su comunidad ha conocido casi todo lo que acontecía en su vida al tiempo que la influencer se iba profesionalizando y, año a año, se convertía en un icono de estilo en nuestro país. Repasamos algunos momentos en su carrera antes de ser famosa.

Una década de trabajo le ha servido a Pombo para refinar su estilo e ir apostando por las distintas tendencias, que conoce al detalle. La it girl ha experimentado auténtico ‘glow up’, pasando de apostar por los básicos (siempre le han sentado de maravilla) a combinaciones con muchos más matices. 

Al comienzo de su carrera la vimos llevando, sobre todo, vestidos ajustados y tacones de todo tipo (2016). A partir de 2017, la influencer decidió lucir su colección de blazers para multitud de eventos, siempre a juego con una falda, un vestido o incluso unos vaqueros desgastados. Todo lo holgado le iba bien, desde los jerseys hasta los pantalones y los tenis, otro must, cuando no le daba por llevar botas. 

En 2020, aparecieron los leggins de cuero, combinados con sus preferencias clásicas pero también con otros elementos que no se le habían visto tanto: pantalones, esta vez, de distintos colores o con estampados, y chalecos, que tampoco han faltado en su fondo de armario.

Tanto su estilo de vida como su vestidor, al alcance de muy pocos, se han paseado por su popular canal de Youtube, que mantuvo durante varios años. En esta plataforma, calcaba las tendencias, retos y tipos de videos clásicos para crear tracción en la plataforma (’10 cosas sobre mí’, ’10 cosas que odio’), al tiempo que nos mostraba su lado más íntimo. Todo lo ha grabado, explicado o sufrido, desde su relación con ‘Pablis’ (el empresario y arquitecto Pablo Castellano, con quien se casó en 2019), a sus viajes a Coachella o sus alianzas y patrocinios con diversas marcas.

Su cambio físico también ha sido evidente desde que empezamos a oír hablar de ella, en la época en la que era estudiante de Turismo y Protocolo, mantenía una relación con el futbolista Álvaro Morata y daba sus primeros pasos en Youtube. 

Puede que la magia del bisturí no sea tan radical como en otras influencers españolas, pero desde luego se aprecian ‘arreglos’ notables. Por ejemplo, su nariz, completamente distinta a la que lucía antes de ser famosa gracias a las dos operaciones, o su reducción de pecho, tan analizada en redes, como todo lo que hace o dice la it girl desde que comenzó a petarlo.

Ser una de las caras más visibles de la socialité durante la última década tiene un precio. Pombo lleva siempre miles de ojos sobre la nuca, como toda figura pública cuando su vida salta a las redes y es analizada al milímetro. No faltan, claro, quienes la critican o hacen memes con sus declaraciones, el deporte nacional de la red.

Internet se han incendiado con varias polémicas cada vez que la it girl ha mostrado su estilo de vida de alto standing. La boda de su hermana Marta fue un auténtico fiestón plagado de caras conocidas, entre influencers y miembros de la jet set; también, por qué no decirlo, uno de los saraos con más índice de ‘señoritos’ por centímetro cuadrado de todos los celebrados en 2022. Carne de viralidad otra vez. 

Pombo es de esas famosas que no tiene nada que esconder: ni su ideología (escorada dulcemente a la derecha), ni sus opiniones sobre temas tan polémicos como el aborto o la clase obrera (“A lo mejor el obrero es más feliz porque tiene su cocido madrileño y luego se va a ver a sus hijos, y yo no soy feliz cuando lo tengo todo", llegó a decir), ni el rancio abolengo de los eventos que la rodean, a ella o a su familia. 

Fue muy criticada por el himno de España, que sonó en su boda, o el servicio de catering de la reciente boda de su hermana Lucía, con empleadas vestidas con cofia y delantal, como si ahí fuera a casarse algún prohombre del Régimen. No sabemos cuál será el siguiente salseo con el que nos sorprenderá la influencer, pero no cabe duda de que podremos seguir el debate con un buen bol de palomitas.