Así es Valeria González, la hija mayor de Hilda Siverio y su gran apoyo en la lucha contra el cáncer

Ahora que la propia Hilda Siverio ha publicado un vídeo desde el hospital en el que, para alegría de sus fans, asegura que sigue luchando "un poquito más" contra el cáncer, su hija mayor, Valeria González, se ha relajado un poco y ha publicado también un divertido vídeo en su TikTok. La joven habla un poco más en profundidad sobre sus gustos, sus hobbies y los principales rasgos de su personalidad, para que conozcamos mejor a la chica que está siempre al lado de su madre, paciente de cáncer de mama desde hace 8 largos años.

"Soy un poco hiperactiva, detesto que la gente coma como una cochina. Tengo cinco perros, dos gatos, una cabra, dos pavos reales, ocas y patos. Los dioses me dieron la habilidad ancestral de mover las nalgas tremendamente fenomenal. Mi hobbie favorito es mirar a los hombres. Tengo dos personalidades: Valeria y mi lado oscuro, mi lado guarrillo, Penélope. Tengo más amigos hombres que mujeres; mido, literalmente, 1,56; soy muy picada, me pico por todo. Soy muy detallista y quiero mucho a la gente", ha dicho, siendo esto último lo que más conocemos de ella, pues hemos sido testigos de la mucho que quiere a su madre y al resto de su familia.

En los últimos días, Valeria, también residente en Tenerife, ha sido protagonista de varios vídeos con cientos de reproducciones. Primero, porque tuvo que pedir públicamente que los seguidores de su madre dejaran de preguntarle cómo estaba y de mandarle DM hasta por Snapchat cuando Hilda fue ingresada en estado crítico. La joven denunció que gente completamente desconocida para su familia estaba escribiendo a sus hermanos pequeños, menores de edad, y eso era algo que no iba a consentir.

Su mensaje era muy triste porque anunciaba que ya se estaba "despidiendo" de su madre pero, afortunadamente, hemos podido volver a verlas a las dos juntas. El pasado fin de semana, publicaron un vídeo en el que Valeria, siempre atenta a su madre, le pintaba los labios de rojo, como a ella le gusta. Cuando se quedó embarazada de su tercer hijo, a Hilda le detectaron el cáncer de mama más agresivo, el triple negativo metastático y, en este momento, se encuentra en cuidados paliativos. Aún así, nada ni nadie puede quitarle su tesoro más preciado: la sonrisa.