La adicción al móvil es más habitual de lo que parece pero se puede identificar fácilmente


La nomofobia es el trastorno provocado por tu adicción al móvil, el temor irracional a no tener el móvil entre tus manos
Puedes ser adicto al móvil y ni siquiera ser consciente de ello
Cada vez hacemos un uso más prolongado del teléfono móvil, lo que en muchas ocasiones acaba convirtiéndose en una adicción a este pequeño aparato. Pero, ¿y tú? ¿Eres uno de los que también ha pronunciado un "sí, soy adicto al móvil"? o, por el contrario, ni te lo has planteado. Sea como sea, puede que sí te hayas preguntado alguna vez cómo saber si eres adicto al móvil.
En Yasss te explicamos cuales son los síntomas más habituales entre las personas con una fuerte dependencia al teléfono. Así que ve calculando con cuántos de ellos te sientes identificado y descubre por fin si eres adicto al móvil o no.
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- Intentas tener el dispositivo encima 24/7: Si eres de los que sale a la calle, se toca los bolsillos y al descubrir que no tiene el móvil le da un vuelvo al corazón -pero luego descubre que lo tiene en el abrigo-, es porque tu nivel de dependencia es alto. ¿Sabías que es posible salir a comprar el pan sin necesidad de ir con la mirada pegada a la pantalla?
- Te lo llevas a todas partes: La pregunta del millón es clara. ¿Te llevas el teléfono al baño y esto provoca que pases más tiempo en él? Si la respuesta es afirmativa… ¡lo tuyo es muy fuerte! Dedícate a leer las etiquetas de los botes de gel o a depilarte el entrecejo, como se ha hecho toda la vida.

- Es lo primero y último que haces en el día: Si lo primero que haces al levantarte -antes de quitarse las legañas-, es consultar el móvil y también lo último antes de irte a dormir, quizá estés desarrollando una dependencia más tóxica que la de Lucrecia y Guzmán en Élite. Si tu problema es conciliar el sueño, intenta leer antes de dormir.
- Lo miras continuamente: Estás viendo una película y miras el móvil, estás trabajando y miras el móvil, estás en clase y miras el móvil, estás leyendo y miras el móvil, estás comiendo y miras el móvil… ¡STOP! Dedícate exclusivamente a la tarea que estés desempeñando en cada momento e intenta dejar el teléfono de lado.
- Te quedas sin batería en menos de un día: A no ser que tu móvil tenga varios años de vida y su batería esté deteriorada, este síntoma es señal de que estás bastante enganchado a tu smartphone. Que sepas que cargarlo tantas veces va a hacer que acabe en llamas… ¡Y tú también!

- No lo sueltas ni cuando has quedado: Seguro que más de una vez estando con tus amigos te han recriminado que estás continuamente con Instagram, WhatsApp o TikTok y apenas haces caso a sus conversaciones. Pues toma nota, recuerda que no pretenden darte ninguna lección moral y si te lo dicen es porque eres un adicto al móvil.
- El síndrome de la vibración fantasma: Esa vibración que notas en el bolsillo de pantalón cuando en realidad no te ha vibrado nada y ni siquiera llevas el móvil ahí es porque estas un poco malito. Tal es tu vicio que ya tienes experiencia extrasensoriales.
- Aplazas tareas importantes: Lo típico, tienes la comida en la vitro, se quema, se prepara humareda impresionante, llegan los bomberos –porque los ha llamado la vecina- y en lugar de haber evitado el desastre tú sigues consultando si por fin tu crush te ha dado 'like' a tu última foto de Instagram.

- Pero la prueba definitiva de que seas un adicto al móvil es que estás leyendo esto desde tu teléfono… ¡BOOM! La excusa de ir en transporte público aburrido y no tener otro remedio que usar el móvil no vale. Lee, haz crucigramas, escucha música, imagina sobre cómo puede ser la vida de tu compañera de asiento…
Quizá te hayas sentido más que identificado con estos síntomas y eso apunta a que la dependencia que te provoca este aparatito es muy alta.
Poca broma, en este caso es importante que reduzcas el uso que le das, ya que ser adicto al móvil es una enfermedad con nombre propio: nomofobia. Un trastorno que hace que sientas ansiedad cuantos no tienes el teléfono encima -o cuando te quedas sin batería-, además de provocarte dolores de cabeza, pensamientos obsesivos e incluso ataques de pánico.
Por lo que si la situación es extrema, hasta el punto que afecta a tu rendimiento académico o profesional, no dudes en acudir a un experto. Y si consideras que tu grado de adicción no es tan elevado pero vas encaminado a ello, reduce su uso fijándote horarios o aumentando el tiempo en el que no lo tienes entre las manos. Así que ya sabes, despega los ojos de tu smartphone y disfruta de todo lo te rodea, quizá no lo recuerdes, se llama vida.