Una mujer explica cómo una app para registrar su ciclo menstrual vendió su información personal

Talia Shadwell escribió un hilo viral en Twitter contando cómo su app para registrar su menstruación vendió sus datos
"Es bastante probable que en el futuro mis apps sepan antes que yo que estoy embarazada"
"Nosotras somos el producto que está a la venta", dice la periodista Shadwell
Seguro que te ha pasado alguna vez lo de estar hablando con unos colegas de lo mucho que molaría hacerte un viajecito a Japón y, de repente, abres tu Instagram y, ¡venga ya!, publicidad de viajes a Japón por todas partes.
¿Nos escuchan los móviles? Pues mira, sí: nuestros dispositivos nos espían, desde el teléfono hasta los altavoces inteligentes. No es una casualidad ni te estás volviendo loco. "Como por defecto solemos dejar activada la función de llamar a nuestro asistente virtual para que nos responda, le estamos dando permiso a las empresas para que estén en constante escucha", explicaba a Yasss Rodrigo Gutiérrez del Arroyo Abad, consultor informático en Altin Solution.
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Detrás de la app más tonta puede haber una trampa para sacarte datos personales, como las de '¿A qué famoso te pareces?' que circulan por Facebook. Lo malo es que esas intenciones de sacar dinerito con tu información también está detrás de otras apps más útiles, como las que usan muchas chicas para llevar un control de su ciclo menstrual.
La periodista Talia Shadwell explica cómo el tráfico de datos 'juega' con los cuerpos de las mujeres
La historia de Shadwell es tan llamativa que se volvió viral en redes sociales y se convirtió en un artículo para el Daily Mirror. Todo empezó un día cuando, de repente, y sin motivo aparente, a Talia empezó a salirle publicidad en Facebook sobre mamás y cosas de recién nacidos por todas partes.
Been debating whether I should share this - but think it’s a revealing - and somewhat creepy - insight into how big tech navigates women’s bodies: Last week I suddenly began getting mummy and baby ads on Facebook...
— Talia Shadwell (@TaliaShadwell) 3 de noviembre de 2019
Si pinchas en el tuit de ahí arriba puedes leer todo el hilo en inglés. Si no sabes inglés o no te apetece, no te preocupes. Aquí estamos nosotros para resumírtelo.
Cuando Talia vio tanto anuncio de cosas de bebés se sorprendió bastante porque ella no tiene hijos, aunque pensó que sería porque a veces daba like a fotos de los bebés de sus amigos. Y aunque no le dio demasiada importancia, se quedó con la cosa dando vueltas en su cabeza.
Entonces, un día se acordó de que no había anotado la fecha de su última regla en la app para controlar su ciclo menstrual que usa habitualmente, y que, como ella, muchas mujeres usan.
Because I had forgotten to log a cycle, the app likely concluded I was pregnant and began communicating the information to third party apps and algorithms
— Talia Shadwell (@TaliaShadwell) 3 de noviembre de 2019
"Como se me había olvidado registrar mi última regla, la app entendió que me había quedado embarazada y empezó a comunicar esa información a otras apps y algoritmos", explica Talia. En cuanto registró su última menstruación, los anuncios sobre cosas de bebés y de ser madre desaparecieron.
Según cuenta Talia, se quedó bastante a cuadros con la experiencia, dándose cuenta de que, a lo mejor, en el futuro, Facebook sabrá antes que ella que se ha quedado embarazada. Después intentó razonar sobre lo que le había ocurrido y sacar sus propias conclusiones.
La manera en la que se los avances tecnológicos son diseñados, como estas apps para ayudar a las mujeres a llevar un control de su menstruación, es bastante creepy, según la opinión de esta periodista. En su artículo también explica que todo esto tiene que ver con el 'capitalismo de vigilancia'. Estamos vigilados por nuestros móviles, nuestros coches, y hasta nuestros robots de cocina, que están programados para pasar datos constantemente sobre nosotros para que la publicidad sea lo más certera sobre nosotros y nos obligue a comprar.
"Esta experiencia me ha confirmado lo poco que sé sobre lo muchísimo que las apps que uso saben sobre mí". Para Talia, el avance de la tecnología en esta dirección tampoco es tan malo, puesto que nos ha facilitado muchas cosas, pero se angustia al pensar que los algoritmos podrían ser como las bacterias de nuestro cuerpo: están siempre ahí trabajando para nosotros y a veces pierden el control y nos provocan enfermedades.
Además, Shadwell también hace referencia a varios artículos en los que se habla de la venta de información personal por parte de las apps para mujeres para controlar sus gustos y hasta su estado de ánimo a la hora de ofrecerles publicidad.
Nosotras somos el producto que está en venta
"Nosotras somos el producto que está en venta", declara tajante Shadwell. Cuando nos descargamos una aplicación gratuita que nos hace la vida un poquito más fácil (la lista de la compra, el registro de nuestros ingresos, los kilómetros que corremos o la lista de regalos para Navidad o un juego para entretenernos en el transporte público) nosotros mismos nos convertimos en la mercancía con la que las empresas que están detrás de estas aplicaciones hacen dinero.