Tienes que saber lo que ocurre en tu cuerpo cada vez que te bebes una cerveza

yasss.es
17/08/201809:57 h.En Yasss nos preocupamos muchísimo por tu salud porque, como si fuéramos una madre, tenemos que reconocer que la salud es lo más importante. Y no, no queremos quitarte de tus cañitas del viernes con los colegas. Solo queremos informarte. La mejor manera de cuidarse es ser consciente de lo que te estás metiendo para el cuerpo. Y es que, en el campo de la nutrición, hay muchos malentendidos que surgen de la falta de información y de la expansión de mitos que son totalmente falsos pero que nos los creemos como si fueran palabra de la NASA.
Para empezar, nunca está de más recordar que el alcohol es una una sustancia psicoactiva, depresora del sistema nervioso central, y con capacidad de causar dependencia. En nuestra sociedad está muy bien visto, beberse una copa de vino o una copa es un acto de lo más cotidiano. Pero eso no convierte al alcohol en algo bueno para ti.

La cerveza es una bebida alcohólica no destilada que se obtiene a partir de cereales. En la actualidad, y más ahora que está muy de moda lo de hacerte tu propia cerveza artesana, hay miles de tipos diferentes, de todos los sabores, colores y olores. Pero hablemos de la cerveza genérica, cualquiera que puedas encontrar en un bar español.
Cerveza vs. tu cuerpo
“Resulta que beber una cerveza afecta todo: desde el cerebro hasta los ojos y nuestros niveles de azúcar en sangre”, explica Rachel Grumman Bender, escritora de Yahoo Lifestyle. Una sola caña de cerveza desencadena todo esto dentro de tu organismo:
En tu cabeza: los primeros sorbos de cerveza liberan dopamina y van directos al centro de recompensa de tu cerebro. Por eso sienta tan bien ese primer trago fresquito y por eso sentimos que queremos más. Una caña nos hace sentir bien, pero unas cuantas empiezan a afectarnos más seriamente, nos pueden hacer perder capacidades motrices como el equilibrio y la coordinación sin darnos cuenta. Y, de repente, cuando te levantas de la silla... ¡uy qué mareado estoy!
Se te nota en la mirada: tus ojos son un fiel reflejo de lo que está ocurriendo dentro de tu cuerpo y hay ciertas sustancias que los alteran. En el caso de la cerveza, una sola caña les viene hasta bien. La cerveza tiene antioxidantes y eso ayuda a reducir el riesgo de cataratas. Pero no te engañes. Hay muchísimos alimentos con antioxidantes, no te escudes en este pequeño beneficio para ponerte "ciego". Los científicos advierten que a partir de la tercera caña se empiezan a producir daños en tus ojos.
Lo llevas en la sangre: en cuanto bebes un traguito de cerveza, esta va directa a tu estómago y de ahí pasa a la sangre. Tu cuerpo lo va a recibir como un "veneno" y va a decidir no almacenarlo, por lo que estará viajando dentro de ti hasta que tu organismo logre descomponerlo y eliminarlo. Mientras tanto, el aclohol reducirá los niveles de glucosa en sangre. Por eso, cuanto más bebas, más sensación de hambre tendrás y más te apetecerá comerte una hamburguesa de camino a casa.
Mear sin parar: la sabiduría popular reconoce que cuando estás bebiendo cerveza y vas al baño por primera vez... luego es un no parar. El alcohol inhibe las hormonas antidiuréticas y por eso vas a orinar con más frecuencia. Si solo te tomas una cañita no pasa nada. Si tomas varias a lo largo de la noche tu cuerpo empezará a notar los síntomas de la deshidratación, o, lo que es lo mismo, al día siguiente tendrás resaca.

Y si salgo a tomar algo con los amigos, ¿entonces qué bebo?
Si varias cañas mal, los refrescos mal y un vinito o sangría mal también, porque al fin y al cabo son bebidas alcohólicas también, ¿qué me llevo yo a la boca, entonces?
Lo que tú quieras. Tú eres dueño y señor de tu salud y de tu cuerpo y puedes comer y beber lo que te dé la gana. El propósito de Yasss solamente es informarte, para que, si lo bebes, al menos no sea por desconocimiento. No obstante, te proponemos algunas alternativas: cervezas sin alcohol (es que eso no es cerveza ni es nada). Pues las puedes ir intercalando. Si se avecina una tarde en la que sabes que van a caer varias cervezas y tomas una con y una sin, ya has reducido la ingesta de alcohol a la mitad; agua con frutas, limonadas naturales, té helado, agua con gas y limón, zumos naturales de verduras y hortalizas...

Reconozcámoslo: la oferta de alternativas saludables es muy amplia. Si no lo hacemos es porque no nos da la gana. Y es totalmente legítimo, pero luego no te busques excusas cogidas con pinzas para defender que te puedes tomar seis cervezas en una noche que la cerveza es buenísima.