Rayos y centellas: el miedo a las tormentas se llama brontofobia y puede desap

Los brontofóbicos sienten un miedo incontrolable a los fenómenos meteorológicos, sobre todo a las tormentas
El pánico a que aparezca un rayo en cualquier lugar puede hacer que no vivan con normalidad
Si nos ponemos a enumerar todas las fobias y trastornos que puede acumular una persona nos quedamos sin papel en el mundo: a los pájaros, a los patrones geométricos pequeñitos y muy juntos, al trabajo… hay casi tantas fobias como personas, y aunque cada una puede tener un motivo o desencadenante, muchas comparten tratamiento y repertorio de síntomas y conductas compartidas.

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Las personas con fobias suelen desarrollar síntomas de ansiedad al enfrentarse (o pensar en hacerlo) con el objeto de su terror. Entre ellos está el miedo a los fenómenos climáticos, sobre todo a las tormentas: un trastorno que se conoce como brontofobia y que, aunque suele darse en la infancia, afecta a muchos adultos. En Yasss te contamos todo sobre este problema.
¿Qué es la brontofobia?
Como ya hemos dicho, es un trastorno de ansiedad específico, que se relaciona con el pánico a las tormentas. Normalmente se desencadena con los relámpagos y los truenos. Las personas que sufren esta fobia tienen un temor enorme e incontrolable a los truenos y relámpagos, y cada vez que se tienen que enfrentar a una situación de tormenta desarrollan una respuesta de ansiedad.

Esta ansiedad es la forma que tiene su cuerpo de evitar o tratar de escapar de la situación temida, e incluye una lista enorme de consultas o comportamientos que, dependiendo del paciente, pueden desarrollar. Y aunque el temor a los truenos es mucho más habitual en niños, que entienden las tormentas como algo natural y peligroso, si el miedo se agrava y hace más fuerte a lo largo de los años puede desembocar en una brontofobia en edad adulta.
Como tantas otras fobias, puede resultar curiosa a quien no la sufre, pero para las personas con este trastorno puede suponer una auténtica pesadilla con grandes efectos e impedimentos sobre su vida. Imagínate: las condiciones climatológicas, sobre las que no tienes ningún poder de decisión, son las que te dicen qué vas a hacer con tu día y qué no.
¿La buena noticia? Hay muchas investigaciones al respecto y los psicólogos conocen muy bien el trastorno, por lo que podrán tratarte eficazmente para que puedas volver a retomar tu vida con normalidad.

¿Cuáles son los síntomas?
La brontofobia forma parte de los trastornos de ansiedad específicos, así que comparte prácticamente todo con ellos, desde las primeras manifestaciones hasta la manera de tratarlo en una consulta. Lo más sencillo, por ser también lo más obvio, para identificar este trastorno es que quien lo sufre evita a toda costa las situaciones o lugares en los que pueda haber una tormenta, y llega a condicionar su vida por eso.
Si tenemos en cuenta la posibilidad de que te pase algo en una tormenta, por muchos rayos y truenos que veas, el miedo de los brontofóbicos siempre resultará excesivo y un poco fuera de lugar. Esto es porque, en el fondo, no tiene ninguna base lógica, lo que resulta muy frustrante para quien lo sufre, que pese a saber eso es incapaz de controlar su terror ni las respuestas que su cuerpo da a las tormentas. Todo esto lleva a desarrollar conductas para escapar de la situación.

Los síntomas son los que produce un trastorno de ansiedad, y en cada caso pueden surgir unos u otros, con distintas intensidades. Entre ellos destacan el aumento de la frecuencia cardiaca, la sensación de ahogo y la respiración acelerada e incontrolable, la tensión muscular, la sudoración excesiva, los vértigos, nauseas y mareos, los dolores de cabeza o de estómago, la sensación de irrealidad y el miedo a perder el control, las ideas descontroladas sobre el peligro que suponen las tormentas, la proyección de catástrofes…además de las conductas de escape que mencionábamos antes, que se pueden dar de distintas formas.
¿De dónde viene la brontofobia?
Llegados a este punto, seguramente querrás saber qué puede llevar a que un adulto desarrolle brontofobia. Lo cierto es que por ahora no hay una causa clara, y muchos pacientes son incapaces de identificar el detonante de su terror en algún momento de su vida.
Se cree que la fobia está vinculada a determinados miedos surgidos durante la infancia, que no se trataron a tiempo y que después se convierten en un trastorno de la ansiedad específica, aunque también puede desencadenarse por una experiencia traumática relacionada con las tormentas. Así es como aparecen la mayoría de las fobias, aunque existen otros factores, como la personalidad o el aprendizaje por imitación, que también nos pueden llevar a sufrir este trastorno.

En cualquier caso, es un problema del que el paciente jamás tiene la culpa y que puede tratarse fácilmente en una consulta psicológica, con terapia cognitiva-conductual que nos enfrentará a nuestro miedo, nos ayudará a relajarnos ante el estímulo y nos enseñará a rehacer nuestra vida sin problemas.