La otra cara del 'buenrollismo': frustración y autoengaño para conseguir parecer feliz

Vivimos bajo la dictadura del 'buenrollismo': te contamos qué es y cómo te está afectando
Hoy es un día supermegawonderful para sonreír y que te pasen cosas buenas, ¡aprovéchalo!
Preguntamos a un psicólogo y un psicoterapeuta si realmente merece la pena darlo TODO por ser feliz
¡Dios mío, esa taza con un dibujo cursi me está diciendo que sea feliz! Ay... la vida es maravillosa.

MÁS
¿De verdad? ¿En qué momento ha pasado esto? ¿Cuándo nos hemos dejado llevar por este 'buenrollismo' absurdo presente en ropa, complementos, tazas, bolis y hasta preservativos?
Hablamos de marcas tope wonderful, responsables de frases tan necesarias como: "Deja de darle vueltas a todo y sonríe" y "Hoy me he puesto una sonrisa que combina con todo", siempre acompañadas de ilustraciones ñoñas.
La felicidad: de objetivo a obligación
Parece que estar feliz, o parecerlo, ha pasado de objetivo a obligación. Y claro, ahora todos nos sentimos en la obligación de salir de nuestra zona de confort, arriesgarnos, pensar fuera de la caja, romper techos y perseguir nuestros sueños que, además de no tener límites porque nada es imposible, solo dependen de nosotros.
¿Te has agobiado ya? Pues un poco, sí, ¿verdad? ¿Y no debería ser la felicidad lo contrario del agobio?

Por eso, en Yasss hemos querido saber bien de qué va todo esto y por eso hemos hablado con dos expertos en el tema: María Ibáñez, psicoterapeuta, y Jesús Jiménez, psicólogo. Ambos acaban de publicar 'Aprende a resolver lo que te hace sufrir'.
Empecemos por el principio, amiguitos. Y el principio, es saber qué narices es este 'buenrollismo' que reina en el ambiente. Jesús y María lo definen como "una forma de autoengaño. Una manera de convencerse de que todo está bien y de que se puede ser feliz simplemente con proponérselo y actuar como si lo fueras".
Y obviamente, esta forma de tomarse la vida nos afecta. En un primer momento, los autores nos dicen que "genera una cierta euforia y falsas esperanzas. Pero, tarde o temprano, desemboca en frustración, autoexigencia e incluso sensación de torpeza e inutilidad por no lograr mantener ese estado de falsa felicidad que parece tan fácil de conseguir". ¡Toma dosis de realidad!

Parece que el 'buenrollismo' no resuelve los problemas. Ojo, que la negatividad tampoco. Pero… un segundo: si no acaba con los problemas, ¿por qué está tan de moda?
Ding, ding, pregunta interesante. Pues, según apuntan nuestros dos expertos "la base del éxito de esta manera de pensar es que parece una forma rápida y fácil de resolver el malestar". Y a todos nos encanta dar una patadita a los problemas y que se resuelvan solos. O pensar que la clave de la felicidad que no conseguimos está en el dinero que no tenemos o en el trabajo de nuestros sueños que nunca conseguiremos.
Y aquí también va una pregunta importante: si nos agarramos a estos pensamientos para que los problemas se soluciones solitos, ¿no nos convierte esto en personas conformistas? Pues sí. Y como comentan Jesús y María, "hay una actitud conformista ante este sistema positivista que no funciona, deja desatendidos los problemas y puede llevar a muchos errores a la hora de tomar decisiones. Aunque tarde o temprano los conflictos pendientes resurgen y se vuelven acuciantes".

Pero no nos desanimemos, porfa please. Que todo tiene solución y no, esa solución no es ser un hater de la vida y ver el futuro más negro que el de una pareja de la Isla de las Tentaciones. No. Y para que os quedéis más tranquilos, he preguntado directamente para saber cuál es el truco. Y lo que nos dicen es algo muy sencillo: "la verdadera solución a los problemas es comprender sus causas y aprender a resolverlas. Para ser feliz hay que aprender a resolver lo que hace sufrir, no hay otro modo verdaderamente eficaz y duradero". Quizá así demos el primer paso para ser un poquito más felices. Si Britney superó el 2007 nosotros podemos con lo que sea <3