Tres detalles para darte cuenta de que alguien está haciéndote chantaje emocional

El chantaje emocional es maltrato psicológico, y tenemos que aprender a identificarlo
Tergiversar todo lo que dices, sacar cosas de contexto o amenazar son algunas señales del chantaje emocional
Al igual que dar celos o culpabilizar a la pareja, el chantaje emocional también es una señal de que la relación no va bien. El chantaje emocional es una forma de maltrato psicológico que, por desgracia, resulta habitual en muchas relaciones de pareja e incluso en amistades o familias. Aunque es muy frecuente, a veces es tan sutil que no nos damos cuenta, pero sus secuelas son totalmente devastadoras: problemas de autoestima, ansiedad, depresión, déficits en las relaciones sociales…
Teniendo esto en cuenta, detectarlo a tiempo es el primer paso para evitar los daños colaterales, y por eso hemos preguntado a varios veinteañeros sobre detalles que pasaron desapercibidos cuando estaban inmersos en la relación, pero que eran claras señales de chantaje emocional.
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Para comprender mejor el chantaje emocional, primero debemos definirlo. Esta práctica tan nociva consiste en hacer sentir culpable a una persona (normalmente tu pareja) para que haga cosas en contra de su voluntad, coartando su libertad e independencia. A veces el objetivo no es hacer daño en sí, pero de una forma u otra el chantaje emocional es una forma de control y debemos evitarlo a toda costa.
Como decíamos, puede ser muy sutil, pero algunos detalles son una señal clarísima de que tu pareja, tu amigo o tu familiar está chantajeándote emocionalmente:
Tergiversa lo que dices
“Tuve muchos problemas con una amiga de la universidad por el chantaje emocional que me hacía constantemente. Nos conocimos en primero de carrera y en segundo curso cada una hizo unas amistades diferentes. Su grupo no me gustaba porque tenían malos hábitos (se drogaban, no estudiaban y cosas así) así que yo fui a mi rollo. Luego pasaron de ella y me empezó a decir de quedar.
Al principio nos veíamos más porque ella me decía que estaba muy sola, pero luego me empecé a agobiar. Me intentaba hacer sentir culpable asumiendo el papel de víctima y para conseguirlo cambiaba y versionaba todo lo que yo decía o hacía. A la frase más inocente del mundo le sacaba pegas y todo era una excusa para recordarme lo mala amiga que yo era.

Esto me desgastó mucho y acabé rompiendo la relación. Fue como cuando lo dejas con un ex, de verdad. Lloró, me insultó y luego fue poniéndome a parir inventándose cosas de mí. Lo pasé fatal, pero mereció la pena por alejar a alguien así de mí.” – Elena (23 años)
Es fan de los ultimátum
“Cuando yo conocí a mi ex no sabía ni lo que era el chantaje emocional, pero pronto lo descubrí. Poco a poco empezó a absorberme y a alejarme de mi familia y de mis amigos hasta que yo sólo vivía por y para él. Esto ya es una señal de maltrato clarísima, pero lo que me hizo darme cuenta de que estaba ante un chantajista emocional y un maltrador fueron los ultimátums.
Cada vez que yo hacía algo que a él no le gustaba, me amenazaba con algo. A veces el ultimátum era rollo “si sales de fiesta sin mi es porque no me quieres y entonces lo mejor es que lo dejemos”, pero una vez llegó a amenazarme con suicidarse si yo le abandonaba. Esto fue horrible, porque yo me sentía responsable de su propia vida. Aguanté con él durante un año porque me daba muchísimo miedo que cometiese una locura.

Las amenazas fueron a más: con poner a la gente en mi contra, con contar intimidades mías, con enseñar mis fotos, con asegurarse de que no volviese a conocer a nadie… Horrible.
Yo estaba destrozado y empecé a ir al psicólogo y allí puse nombre a lo que estaba viviendo. Entendí que todo eso era maltrato, aunque no me hubiese puesto la mano encima y cortamos. Ojalá haberlo hecho antes.” – Abel (26 años)
Ataca tus debilidades
“Mi ex era un experto en hacerme sentir fatal. Yo pensaba que un chantajista emocional era bastante inepto emocionalmente hablando, como los psicópatas que pintan en las películas, pero todo lo contrario. Sabía leer mis emociones y conocía a la perfección mis inseguridades. Con una frase podía hundirme en la miseria y no tenía ningún reparo en hacerlo.

Por ejemplo, yo por aquel entonces me sentía muy insegura con mi físico. Él era bastante celoso así que cuando yo salía a tomar algo con mis amigas y por un casual llevaba un vestido o un pantalón apretado, atacaba ahí. Me decía que me hacía gorda la ropa y que estaría más favorecida con otras cosas. También me decía que era poco inteligente, que no era muy divertida y cosas así, pero era todo tan sutil que hasta llegué a pensar que todo eran imaginaciones mías.
Me hizo sentir una loca y hundió mi autoestima en mil pedazos. Ahora poco a poco voy recomponiéndola, pero el chantaje emocional fue sin duda lo que más me destrozó en esa relación.” – Vicky (24 años)
Si te has sentido identificado o identificada con lo que acabas de leer, corta la relación y aléjate. Una persona que te chantajea emocionalmente solo quiere controlarte y eso no es amor, es maltrato.