El diario como herramienta psicológica: cómo empezar y sobre qué escribir en él

Estas pautas te resultarán muy útiles para escribir un diario con fines psicológicos
Son muchas las ventajas de escribir un diario: nos permite conocernos mejor, aumenta la autocrítica y la introspección, enriquece nuestras relaciones interpersonales, nos ayuda a entender qué es lo que nos provoca ansiedad y mejora nuestra forma de solucionar los problemas. La gran pregunta es, ¿cómo adquirir el hábito de escribir y sobre qué hablar en el diario? Cada persona es un mundo y lo que les sirve a unos puede ser totalmente inútil para otros, pero hay algunas pautas que pueden ayudarte si quieres comenzar un diario y no sabes cómo hacerlo.
Por dónde empezar
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Uno de los aspectos que más nos abruma al empezar a escribir es escoger el momento perfecto. En consecuencia, acabamos posponiendo el hábito con las excusas de “el lunes empiezo” o “a primeros de mes me pongo con ello”. Aplazar esta rutina es un error, porque el momento perfecto no existe. Probablemente el lunes estarás muy cansado por el fin de semana o el primer día del mes te surgirá un planazo y no tendrás tiempo de coger papel y boli y ponerte a escribir. Por eso la mejor opción es hacerlo ya, independientemente del día de la semana o del mes que sea.
La siguiente gran pregunta es… ¿A papel o en el ordenador? Los defensores de lo vintage te dirán que escribir un diario en el ordenador es delito, y los fans de la tecnología te dirán que hacerlo a papel es perder el tiempo. En conclusión, elige la opción que más cómoda te resulte. ¡Algunas personas incluso usan el bloc de notas del móvil! Lo importante de escribir un diario es facilitar las condiciones para que te apetezca dedicar un ratito cada día a ello.
La hora del día a la que escribir es otra decisión que depende única y exclusivamente de ti. Si te sientes más inspirado por la mañana, reserva 15 minutos para plasmar tus pensamientos en el diario. En cambio, si tu hora buena es el mediodía o la noche, adapta tu horario para poder sacar unos minutos a esas horas. Como veis, escribir un diario no te quita tiempo en exceso. Sólo es necesario un cuarto de hora al día, y a medida que adquieras la costumbre te costará menos.
¿Cuántos días debo dedicar a mi diario cada semana?, te preguntarás. No tienes que renunciar a planes por tu diario y tampoco obsesionarte. Si te sientes motivado y te apetece escribir todos los días, genial, pero con 3 días a la semana vas que chutas -menos se quedaría corto-.
Las tres reglas para escribir un diario
Aunque escribir un diario es un hábito flexible que podemos adaptar a nuestras necesidades y gustos, hay tres reglas que te recomiendo seguir:
- No te obsesiones con hacerlo perfecto. En tu diario habrá manchurrones, alguna que otra falta de ortografía e ideas inconexas. No pasa nada, es lo normal. Somos humanos, no los directores de la RAE. Lo importante es que el diario te sirva para aclarar tus ideas, aunque a veces lo que escribas destaque por todo menos por la claridad.
- No lo releas cuando estás de bajón. Si estás triste y lees lo que escribiste un día bueno, te sentirás culpable por no seguir sintiéndote así. En cambio, si relees lo que escribiste un día malo, te sentirás culpable por seguir estando triste y pensarás que no avanzas en tu vida. Ambas conclusiones son falsas. Todos tenemos momentos de bajón y eso no significa que seamos débiles o que no estemos mejorando. El mejor momento para releer tu diario es cuando estás tranquilo, más o menos de buen humor y con la mentalidad abierta.
- No borres días ni rompas páginas cuando cambies de opinión. Al releer tu diario encontrarás párrafos con los que ya no estarás de acuerdo y reflexiones que te traerán malos recuerdos. ¡No las borres! Son parte de tu aprendizaje, y si en su día pensabas así por algo fue. Invalidar lo que tu yo del pasado sintió o pensó no te permitirá avanzar.
Sobre qué escribir
Tu diario no tiene que ser monotemático y tampoco tiene que guardar una coherencia absoluta a lo largo de los días, así que escribe sobre lo que quieras. Si un día te has sentido agobiado por una discusión, plásmalo en el papel o en la pantalla. Si lo que te preocupa es algún problema laboral, dedica ese día a analizar la situación. Dudas respecto a tu relación de pareja, amistad, autoestima, problemas familiares, malos rollos en la universidad, reflexiones vitales, ansiedad sin motivo… Lo que sea que te angustia merece su espacio en tu diario.
Por otro lado, no tienes que seguir siempre el mismo formato. Puedes combinar la escritura narrativa normal con esquemas, tablas, dibujos, anotaciones o cualquier cosa que te surja en el momento.
También puedes añadir un 'año en píxeles'. Consiste en dibujar una tabla de 12 columnas (cada una corresponderá a un mes del año) y 31 filas (cada una corresponderá a un día del mes). Después anotas las distintas emociones que sueles experimentar y asignas un color a cada una, y cada día coloreas la casilla correspondiente con la emoción que ha predominado. Al final del año podrás ver de una forma muy sencilla cómo te has sentido.