Oro puro: cómo pedir una beca y que te la den sí o sí

Carmen Prieto
09/03/201910:58 h.Párate a pensar qué quieres
Lo primero, hazte un esquema mental (o en papel. Dependiendo de lo analógico que seas) pensando qué tipo de beca quieres y dónde. Si quieres cruzar el charco o no y cuánto tiempo: solo el verano o lanzarte a la aventura y estar un año fuera.
También debes organizar tus miedos y posibilidades. Como dice Claudia Esteban, psicóloga especializada en Recursos Humanos: "Sé consecuente y aplica donde cubras todos los requisitos" que aconseja no perder el tiempo, ser realista y echar solicitudes donde cumplas todas las condiciones que piden.
Pero, dentro de tus posibilidades: cuantas más mejor. El no ya lo tienes pero es mejor intentar tener todas las opciones posibles para el sí.
Puedes ser realista y no echar a todas porque sí pero a su vez echar a todas las que consideres que tienes un mínimo de posibilidad de pasar al menos, el primer corte. Cuantas más solicites más posibilidades tienes de que se convierta en algo real.

Irte fuera: pros y contras
Cuando te ves preparado para terminar el instituto fuera o necesitas alejarte de ese profesor con el que no terminas de cuajar: tu beca perfecta es terminar tus estudios de bachillerato fuera.
En este caso, existen opciones para estudiar en el extranjero:
Colegios del Mundo Unido. Un programa que te permite estudiar dos años del Bachillerato Internacional de diversos países como Estados Unidos, China o Noruega. O las oportunidades que da la Fundación Amancio Ortega que permite a estudiantes de 4º de la ESO estudiar Bachillerato en Canadá.
Si lo que te gustaría es fomentar tu afición favorita o una pasión escondida puedes buscar algo que te encaje entre las Becas MEC. Son convocatorias lanzadas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte que abarcan todas las especialidades de este tipo.
Si lo que quieres es profundizar en las materias que más te gustan el programa Rutas Científicas, Artísticas y Literarias te hace continuar con lo que has dado en el aula pero saliendo de la misma y seguir aprendiendo pero experimentando en un entorno concreto. El "no me lo cuentan, lo veo yo mismo" en versión beca.

Hazte un excel de colorines
Una vez que tengas estos esquemas claros empieza a buscar becas que te interesen (y repetimos, puedas) y hazlo cuanto antes. Primero, porque no todos los plazos son iguales y segundo porque en cada una te pedirán una cosa y tenerlo por todo por escrito es el mejor sistema para aclararte con cada solicitud.
Por eso, es recomendable ser organizado nivel repelente: hacer el típico cuadro de Excel organizado por colores, tablas, categorías, pestañas. Lo que tú quieras. Para clasificar las becas a las que estás postulando. Indicando las fechas de inicio y fin de solicitudes, contacto al que se manda todo, documentación requerida o materiales que te pida cada una. Cuando vayas viendo cada casilla marcada como "enviado" o en color verde (aquí cada uno con su método) te empezará a venir el subidón y te motivarás cada vez más.
Y sobre todo, cumple los plazos, y hazlo con tiempo. No vayamos a echar en saco roto todo el trabajo previo por dejarlo para el día de antes y que por las prisas te hayas dejado algo por el camino en plena solicitud.

Cuidado con tus redes: las van a mirar
Si parecen una página de promoción de una discoteca, intenta eliminar las pruebas o crearte un Instagram/Facebook más profesional y/o artístico. Que no parezca que te vas a ir a estudiar fuera para estar de farra. Por profesional entendemos que además de pasar el tiempo con tus amigos haces cosas. Pero no empieces a subir fotos tuyas con gafas de pasta falsas leyendo porque eso olerá a falso desde el lugar al que te quieres ir a hacer la beca. Pero sobre todo, como dice Claudia Esteban "no hay que demostrar que eres la persona más inteligente del mundo sino que tienes ganas y estás motivado. Aunque seas un crack y saques buenas notas si no tienes iniciativa y no eres sociable no sirve de nada" afirma.
Si aspiras a una beca de arte, por ejemplo, y tienes trabajos ya hechos o en proceso, un perfil con esos trabajos que se puedan enseñar sería la mejor opción.

Cartas de recomendación
Muchas entidades y organismos piden cartas de recomendación. Está bien asegurarse de que la persona que está aspirando a la beca tiene buenas referencias. De ser así, piensa en la persona más idónea que te pueda redactar un texto a tu favor: tu tutor de instituto, el director, algún docente que hayas tenido en talleres o seminarios si has hecho becas de verano o incluso, si tu beca es más especializada en alguna modalidad deportiva o artística, pide a la persona que te este enseñando en la materia que escriba algo que explique bien cómo eres, por qué deberías aspirar a la beca y las cualidades que tienes.
Si no piden esta carta a la hora de echar la solicitud pero crees que puede ser bueno para ti, no tengas miedo a pedirla para que tu candidatura cuente con puntos extra.

Cartas de motivación
Nada demuestra mejor lo válido que eres o las ganas que tienes de hacer dicha beca que tus aspiraciones personales. Un texto donde expliques qué te está llevando a pedir dicha beca o por qué consideras que te la mereces es un valor añadido a tu candidatura.
Para ello piensa: qué te llevó realmente a hacer esto, explícale de manera ordenada (y bonita) cuáles son tus cualidades, qué quieres conseguir viviendo esta experiencia, cómo crees que vas a aprovecharla, qué cosas de tu vida te han llevado hasta aquí si fuera necesario. Pero sobre todo, siendo como tú mismo. Haz que los reclutadores se enamoren de ti.
La espera será un sinvivir
Durante el proceso, por mucho que te estés empeñando en que te te tiene que salir, no te empieces a visualizar en un destino que hayas solicitado e imaginando tu futura vida cual guionista de una película de después de comer porque si al final no consigues ese destino te vas a llevar una decepción por el tú que te habías montado en la cabeza.

Puede que empiecen a llegar negativas y empieces a pensar lo injusto qué es un mundo dónde te dicen que no a una buena iniciativa por tu parte. Si es así, no te frustres ni tires el ordenador por la ventana (sobre todo porque es lo que te faltaba), paciencia. Si no te cogen en la que más te apetecía piensa que puedes volver a intentarlo el año que viene. Pero en este caso sí que tendrás nuestra bendición para tumbarte en el sofá y ponerte una serie mientras piensas que aún te queda mucho tiempo por delante (pero que te dure poco, las becas no son para los vagos).
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