El complejo de salvador es muy común: hay personas que siempre intentan resolver de los problemas de su pareja

Todos tenemos una amiga que sólo sale con "chicos malos" porque piensa que puede hacerles cambiar
El complejo de salvador afecta más a las mujeres por las pautas de educación sexistas
Preocuparnos por nuestra pareja es una conducta tan normal como sana, pero hay unos límites. Obviamente cualquier persona inmersa en una relación quiere el bienestar de su novio o novia, y en la medida de lo posible ayudarle a estar a gusto, seguro de sí mismo y feliz. El problema surge cuando la situación sobrepasa nuestras capacidades y aun así nos empeñamos en “salvar” a nuestra pareja. Esto tiene nombre, complejo de salvador, y hoy lo analizaremos a fondo.
¿Qué es el complejo de salvador?
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Todos tenemos a una amiga que tiene la mala costumbre de salir única y exclusivamente con “malotes”. Cuando le preguntas por qué te dice que en el fondo “son buenos chicos”, “lo han pasado muy mal en la vida” y “ella va a ayudarles a cambiar”. Esta situación tan común es la descripción del complejo de salvador.

En palabras más técnicas, se trata de la tendencia a embarcarnos en relaciones con personas que tienen problemas psicológicos leves, moderados o graves, adoptando el papel de terapeuta y autoconvenciéndonos de que con paciencia, amor y esfuerzo podemos hacer que cambien. Esto es utópico y no sucede, y al final ambas partes de la pareja acaban peor de lo que estaban al inicio de la relación.
Cuando digo “personas que tienen problemas psicológicos leves, moderados o graves” no me refiero a trastornos como tal. Pueden ser simples limitaciones en el día a día como falta de habilidades sociales, déficit para gestionar la agresividad, celos patológicos, inseguridades, poca asertividad y un largo etcétera. Sea cual sea el problema, requiere ayuda profesional. Por mucho empeño que ponga la pareja, ni tiene la formación necesaria para ayudarle ni está siendo imparcial. Por eso lo mejor que podemos hacer cuando nuestra pareja tiene problemas es apoyarle para ir al psicólogo y no tratar de sustituirle actuando como su terapeuta.
¿A quién afecta más el complejo de salvador?
Si bien le puede suceder a cualquier, hay algunos factores que pueden predisponernos a experimentar el complejo de salvador.
- Hombres vs. Mujeres
El complejo de salvador es más común en mujeres, y la razón se encuentra en las pautas educativas y de diferenciales entre ambos géneros. Aunque la lucha por la igualdad cada vez cobra más fuerza, durante siglos se ha educado a las mujeres para ejercer el rol de cuidadoras. No sólo eran quienes tenían que quedarse en casa haciéndose cargo de los niños, sino que también debían estar pendientes del bienestar afectivo de su pareja de una manera desproporcionada.
Por desgracia, muchos hombres siguen creyendo que "no deben llorar ni mostrar sus sentimientos", mientras que las mujeres sí deben ser emocionales, accesibles y sensibles a las necesidades de los demás. ¡Ya es hora de romper estos estereotipos tan desfasados!
- Malas experiencias amorosas
Sin duda nuestras experiencias son lo que más nos determina. Cuando una persona sólo ha vivido relaciones perjudiciales, acaba pensando que no hay nada más que eso. Se autoconvence de que sólo es posible aspirar a este tipo de patrones tóxicos y que su papel en el amor es darlo todo por la pareja hasta el punto de perder su propia autonomía y felicidad.
Lo más difícil es romper este círculo vicioso. Para ello es necesario un grupo de amigos que sepa apoyarte con asertividad y poco a poco entender que te mereces mucho más y que tu papel en la vida no es ser salvadora de nadie, sino cuidar de ti misma.
- Baja autoestima
Los problemas de autoestima van de la mano de las malas experiencias románticas. Una persona con poco amor propio pensará que no merece nada, así que tendrá más predisposición a comenzar relaciones tóxicas. Estas experiencias turbulentas confirmarán su creencia: “salgo con personas que me tratan mal porque soy un asco de persona”. En consecuencia, su autoestima será cada vez peor.
Teniendo en cuenta los problemas que de por sí tiene la persona con complejo de salvador, es inevitable preguntarnos cómo va a ayudar a su pareja si ella es la primera que necesita apoyo psicológico. Ojo, dos personas con dificultades emocionales pueden tener una relación sana y duradera, de eso no hay duda, pero hay que tener clara una cosa: ambos deben trabajar para mejorar sus problemas y pedir ayuda profesional.
Como dice el refrán, el infierno está lleno de buenas intenciones. En otras palabras, actuando desde el amor (y la desinformación) podemos hacer más mal que bien. Por eso es importante poner límites y decir en voz alta “yo sólo soy tu pareja, no tu psicóloga”.