La levadura y la harina son el nuevo papel higiénico: la repostería se convierte en vía de escape de la cuarentena


La venta de harina se ha incrementado más de un 100% esta cuarentena
Primero fue el papel higiénico, luego la levadura y ahora arrasamos con productos frescos
La venta de pan también ha aumentado en un 20%
Los primeros días de confinamiento, ningún supermercado tenía papel higiénico. Aunque no teníamos muy claro por qué, era el producto que más escaseaba, y nuestra obsesión por tener algo (lo que fuese) bajo control nos regaló decenas de postales con terrazas ocupadas por torres de papel de váter. La irracionalidad se apoderó de todos nosotros y la locura se contagió entre la población: rollos de papel o barbarie.
La gente cree que el coronavirus entra por el culo jajaj pic.twitter.com/ocpVVB3jdS
— Panda 🌈 (@Pandamonio23) 16 de marzo de 2020
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A mí me hacían muchísima gracia los tweets más afilados hasta que, el fin de semana posterior a la declaración del estado de alarma, mi madre, que siempre ha sido una persona muy organizada a la hora de comprar, llegó del supermercado con dos paquetes gigantes de papel de baño y cara de sorpresa. “Estaba riéndome de la gente que metía en el carrito los rollos de papel de veinticuatro en veinticuatro y de repente me di cuenta de que estaban a punto de acabarse: me acerqué a la estantería y metí los dos paquetes en el carro, sin pensarlo mucho. Para cuando quise darme cuenta, ya había pagado”, contaba, entre risas. “No sé muy bien qué ha pasado”.
A la obsesión por el papel de váter le siguieron los snacks, las cervezas e incluso el Martini (podrán quitarnos la ilusión, pero no el vermut de los domingos), y ahora, lo que falta en los supermercados son los paquetes de harina y la levadura. La compra de estos productos se ha disparado, tal y como lo han hecho las fotos de vuestros panes y bizcochos caseros en Instagram. Lo confirmaba en rueda de prensa, hace unas semanas, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas: “Las ventas de harina se han incrementado hasta multiplicarse por cuatro”, declaraba. La levadura y harina es el nuevo papel higiénico, aunque no tengamos tiempo de comernos todos los bizcochos que metemos al horno.
La levadura es el nuevo papel higiénico. pic.twitter.com/fj3Ttwn3vX
— Mortadela (@MortaSiciliana) 5 de abril de 2020
Pero, ¿por qué nos ha dado por la repostería de repente? ¿En qué momento hemos pasado a considerarlo un producto esencial? ¿Y qué es, exactamente, lo que nos aporta amasar esta cuarentena? Te lo contamos en Yasss.
Otra vez la sensación de control
¿Por qué desaparecen la levadura y la harina de las baldas a primera hora de la mañana? Muchos psicólogos apuntan estos días que, ante una situación de desesperanza, la cocina proporciona tranquilidad. “En unos momentos de pesimismo por la pandemia, hacer bizcochos, postres o pan proporciona sensaciones positivas relacionadas con la contemplación de algo que crece. Además, se pueden hacer en familia, algo que también refuerza un sentimiento brutal de protección”, apuntaba Carmelo Vázquez, catedrático de Psicopatología en la Universidad Complutense de Madrid, en una entrevista con El País.

La repostería es una actividad que nos tranquiliza y que se puede hacer en grupo, por ejemplo, con niños pequeños. Además, ¿qué mejor que un bizcocho para endulzar la cuarentena? Entre tanto intento de dieta equilibrada, deporte y mente sana, también es importante darse algún capricho, y mejor (menos procesado estará) si lo hacemos en casa, en vez de comprar la opción ultraprocesada del supermercado.
Mientras tanto, en España las panaderías continúan abiertas, al considerarse servicios de primera necesidad. Su principal problema, sin embargo, no es que nos estemos tomando la repostería por nuestra mano, sino que quienes deciden comprar pan y pasteles o tartas prefieren hacerlo en un supermercado, junto a otros productos y de una sola vez, en lugar de repartir las compras entre distintos locales más pequeños, como los suyos.
Las panaderías españolas fuerzan al máximo su producción https://t.co/pPWTUCITRW pic.twitter.com/LaTfagtnfg
— Diario Gastronomía (@DGastronomia) 17 de marzo de 2020
Desde que se inició el confinamiento las ventas de harina se han disparado más de un 100% respecto a la misma fecha el año pasado, según fuentes del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, pero la compra de pan también lo ha hecho: en la última semana, sus ventas han aumentado en un 20%. Con un poco de suerte porque, de tanto amasar y comernos nuestros propios mejunjes, nos hemos dado cuenta de lo complicado que es sacar un pan decente del horno, y ahora apreciamos un poquito más la labor de reposteros y panaderos.
¿Qué nos toca esta semana?
Aunque durante esta cuarentena nos falten estímulos y todos los días se parezcan entre ellos, la lista de la compra sí está sujeta a cambios. De las novedades en nuestros patrones de consumo se hace cargo el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que en su última rueda de prensa advirtió que hemos dejado de acumular productos secos como locos y estamos volviendo a los productos frescos. En otras palabras, ya hemos acumulado suficiente arroz y pasta para tres pandemias y empezamos a notar la falta de fibra, así que hemos vuelto a las frutas, hortalizas, patatas y carne, cuya venta se ha incrementado en casi un 30%.
Con la campaña #EnCasaConsumoCanario queremos poner en valor el producto local y reconocer el enorme esfuerzo de miles de familias que trabajan la tierra 🧑🌾 y el mar 🎣.
— Vicepresidencia GobCan (@VicepresiCan) 27 de marzo de 2020
¡Apoya al sector primario comprando producto canario! 🇮🇨💪#EsteVirusloParamosUnidospic.twitter.com/gX8BgiAszR
También hay una serie de productos que normalmente se producen de cara a la hostelería (como restaurantes u hoteles) y que, debido al cierre de los establecimientos, no se están consumiendo, por lo que el ministerio anima a su compra. Es el caso del pescado fresco, los quesos de leche de cabra u oveja o la carne de cordero, por ejemplo.