Conocer a los amigos de tu pareja por primera vez, sin dramas: la clave está en la naturalidad


¿Les caeré bien? ¿Creerán que estoy a la altura de su amigo/a? ¿Cómo serán? ¿Conectaremos? Son preguntas inevitables antes de ese primer encuentro con los amigos de tu pareja.
La clave está en la naturalidad: quítate la presión de la cabeza. ¿Cuántas probabilidades hay de que salga mal?
Cuando estás empezando una relación en la que tienes puestas muchas esperanzas, las primeras veces siempre dan un poco de vértigo. Pero es normal, la incertidumbre se apodera de nosotros y la presión por causar una buena impresión en los amigos de tu pareja nos obsesiona más de lo que debería.
Da igual cuántas parejas hayas tenido y las veces que hayas pasado por esta situación: siempre vas a sentir los nervios propios de ese encuentro, en el que conocerás a las personas más importantes en la vida de tu chico o chica, las que siempre le han acompañado en los grandes momentos y a las que adora.
Hay ciertas cosas que tienes que dar por hecho: te van a juzgar. Han oído hablar muchísimo de ti y están deseando conocerte para descubrir si eres la pareja que siempre quisieron para su amigo/a, y si te merece. Pero esto no es nada nuevo, todos lo hacemos cuando estamos en ese bando. Y ocurre lo mismo cuando vas a conocer a sus padres, porque esa presión de gustar en el primer encuentro existe siempre, sean sus colegas o tus suegros.

La cosa puede salir fenomenal, puede convertirse en una velada correcta, sin más, o también desembocar en un absoluto desastre, con drama a la vista. Para que la valoración se quede entre las dos primeras, hay algunos consejos que te vendrá genial tener en cuenta.
¿Qué me pongo?
Probablemente, lo que te encantaría sería dejar a sus amigos/as impresionados/as con un look increíble, pero cuando vas a tener que moverte por primera vez en un entorno desconocido para ti, en el que es posible que te sientas prejuzgado/a, que no sepas exactamente el rollo que llevan las personas con las que has quedado… Lo más inteligente es optar por un outfit casual para no destacar demasiado, ni para bien ni para mal.

Unos vaqueros, una camiseta y unas zapatillas, todo muy básico, sin pasarte mucho con el tuneo, sería lo más conveniente, pero lo importante es que lleves un atuendo con el que estés cómodo/a porque transmitirás seguridad, tranquilidad y te costará menos desenvolverte en cualquier ambiente.
Ser muy pretencioso/a, pasarse de sugerente, llamar la atención, estrenar una camiseta que te aprieta o ponerte unos zapatos con los que no sabes andar ni bailar no ayudarán demasiado. No te compliques demasiado, a veces es mejor no destacar que causar una impresión equivocada. Eso sí, si tu estilo es muy llamativo, tampoco tienes por qué cambiarlo: ve como te de la gana, siempre que te sientas a gusto, pero no pretendas ser alguien que no eres.

La prudencia es muy importante
Seguro que, al igual que los amigos de tu pareja han oído hablar mucho de ti, tú también tienes datos sobre ellos y, probablemente, algunos sean algo comprometidos. Mantén siempre la prudencia, no te tomes demasiadas confianzas en ese primer encuentro porque puede ser una actitud catastrófica.
A nadie le gusta que alguien que, se supone, no te conoce, empiece a preguntarle intimidades. Las cosas van paso a paso, y la clave en esta situación es que actúes con esos amigos como lo harías con cualquier personas a las que conoces por primera vez: interésate por lo que hacen, fomenta una conversación agradable y no te metas donde no debes.

Evita los temas más polémicos como la política, la religión, la legalización de las drogas, o las armas. No es el momento de crear debates profundos que puedan poneros en contra los unos de los otros. Fomenta un ambiente agradable y distendido buscando temas más mainstream, como las series que habéis visto en Netflix, la música que más os gusta, viajes que habéis hecho o lugares que os gustaría visitar. Seguro que te va mucho mejor.
No te vengas arriba
Recuerda que no son tus amigos, por lo que forzar una complicidad con ellos en un primer encuentro es un error. Si la cosa va cuajando y conectáis, esa empatía irá surgiendo sola. Puede resultar muy incómodo para los demás ver que te estás pasando con las bromas fuera de lugar, te metes con ellos sin dejar de trolearles, les tratas como si os conocieseis de toda la vida y les preguntas cosas demasiado íntimas. Volvemos a apelar a la prudencia para que te salve de ser añadida para siempre a la lista de ‘personas non gratas’.
Tampoco aproveches para contar intimidades ni ridiculizar a tu pareja. Puede que algún comentario inocente sea gracioso, incluso adorable, pero recuerda que son ‘sus’ amigos y se pondrán de su parte si hay que defender a alguien.

La modestia
No hace falta que te vendas estupendamente, contando los logros, todo lo que sabes hacer, lo bien que te va y lo majo/a que eres, ya descubrirán lo increíble que eres sin necesidad de que quedes como un/a pedante.
No pretendas ser alguien superior, quedar por encima de los demás. Esto no es un concurso y te irá mejor si eres tú mismo/a, y no pretendes parecer alguien que no eres. La naturalidad siempre suma puntos.
Cuidado con el alcohol
Es un clásico: cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas para nosotros que nos ponen nerviosos, tendemos a beber más. Nuestro vaso se convierte en un aliado para sentirnos más seguros y es muy fácil que, en un momento en el que tienes que estar a la altura de las circunstancias, se te vaya la mano y acabes con un buen pedo.

Esto es lo peor que te puede pasar cuando tu objetivo era causar una buena imagen. Si se te va de las manos inevitablemente, una retirada a tiempo es una victoria. Pero mejor ponerle remedio. Si no te ves capaz de ir a refrescos, puedes alternar bebidas con alcohol con otras que no lo tengan. No tienes que demostrar nada a nadie. Y si son esos nuevos amigos los que te incitan a beber más y más, huye de los chupitos y aprende a decir que no. Si todo va bien… ¡Ya habrá un momento mejor!
Si por alguna razón terminas haciendo el ridículo, lo mejor es tirar de humor. ¡Cero dramas! Unas risas a tiempo te pueden salvar de una situación comprometida. Eso sí, también te puedes ganar un mote para siempre.

Si te lo has pasado bien, demuéstraselo
Lo más probable es que, si has seguido estos consejos, todo haya ido genial y hayáis disfrutado de esa primera velada en compañía de los amigos de tu pareja. Para que vean que te gustaría seguir conociéndoles, propón volver a juntaros pronto, demuestra que tienes iniciativa y que la cosa va en serio.
Seguro que, si habéis conectado, a todo el mundo le encanta la idea y, poco a poco, vais fortaleciendo esos lazos.

¿Y si me caen mal?
Esto también puede ocurrir. Si empiezas a notar que no son de tu rollo, incluso te hacen sentir incómodo/a con preguntas comprometidas, empiezan a hablar, innecesariamente, de las exparejas de tu chico/a e intentan provocarte un ataque de celos, lo mejor será que te inventes cualquier excusa para huir de allí.
Nadie tiene que pasarlo mal sin necesidad. Si te ves con fuerzas, respira hondo, sonríe e intenta aguantar el tipo. De todos modos, lo que te recomendamos en esta situación es que le cuentes a tu pareja cómo te están haciendo sentir. Si merece la pena, seguro que lo entiende y hace todo lo posible por enmendar la situación. La sinceridad en una pareja es lo más importante.
