Confianza, respeto y mucho diálogo para conseguir que una relación a distancia funcione

No queda duda de que las relaciones a distancia pueden salir bien. Pero, ¿dónde está la clave para sacarlas adelante?
Respeto, confianza y comunicación son fundamentales para que la relación se mantenga, pese a la distancia física.
Tener una relación de pareja a distancia es difícil, no nos vamos a engañar. Pero, si has llegado hasta aquí, es porque ya has oído doce veces que va a ser complicado: tus amigos, tu familia, tu pareja… ¡y tú ya sabes que no será sencillo! Solo quieres saber cómo hacer que funcione.
Hay muchas razones que pueden llevar a una pareja a tener que relacionarse a distancia, y otros tantos factores que influirán en cómo gestionarán la relación. Esta distancia, ¿ha sido impuesta o escogida por alguna de las partes? ¿Os conocisteis ya lejos del otro? ¿Cuánto tiempo habéis pasado juntos antes de esto? La calidad del vínculo y la intimidad también tendrán mucho que decir en el futuro de la relación.
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Lo cierto es que, gracias a la tecnología, cada vez es más fácil mantener una relación a distancia. Podéis mandaros mensajes y fotos, veros, hablar cuando queráis… hasta hace no mucho, eso era impensable, y ahora todas esas herramientas se ponen al servicio de quien las necesite. Pero para que una relación a distancia funcione se necesita más que una cuenta de Skype.
Evalúa la relación
Esta separación puede ser un desgaste emocional tremendo para todas las partes implicadas. Por eso, los especialistas recomiendan hacerse una serie de preguntas, para evitar sorpresas más adelante. ¿Cómo es vuestra relación? ¿Qué tipo de comunicación tenéis? ¿Te sientes valorado? ¿Qué esperáis de esa relación en el medio y largo plazo?
Hay ciertos factores que pueden influir en las respuestas. El primero es el tiempo que vayáis a estar separados: no es lo mismo pasar unos meses así que años. La distancia a la que vayáis a estar también influye, pero lo más determinante son los cimientos de la relación, la comunicación entre las partes. La seguridad, la confianza y la intimidad son valores al alza cuando hablamos de relaciones a distancia.

Habladlo antes de separaros
Las relaciones no son algo estático, sino que cambian conforme a las circunstancias y los momentos vitales de cada uno de los involucrados. Cuando se produce un cambio tan fuerte como una relación a distancia, las bases que teníais ‘negociadas’ hasta ese momento pierden validez, así que no queda otra que negociar y hablar de lo que está por venir. Cómo os sentís, cuáles son vuestros miedos y líneas rojas…
Es muy importante comunicarlo todo con respeto y empatía, y hablarlo todo de manera limpia y clara.

Acepta los cambios del otro
Los cambios son fuertes para ambas partes de la relación, pero lo cierto es que, mientras una persona se queda en lo conocido, la otra está conociendo personas y espacios nuevos. Eso le llevará a transformarse a un ritmo que la otra persona no podrá seguir, y puede que la otra persona se sienta alejada o expulsada de su vida.
Por eso es tan importante contagiarse del entusiasmo y su crecimiento y hablarlo todo conforme esté ocurriendo, sin miedo ni reproche. Aunque no compartáis rutina, hay otra serie de valores y puntos en común que son los que hacen de vuestra relación un vínculo tan fuerte, y tenéis que recordarlos siempre que podáis.

Confía y evita los celos
Ni a distancia ni cerca: una pareja no puede tenerlo controlado todo ni pretender tener atado al otro. Pero, en una relación en la que estáis separados, la confianza es todavía más importante. Los celos y la inseguridad pueden aparecer, pero la comunicación marca la diferencia.
Es difícil entender esto como una oportunidad, pero si lleváis mucho tiempo juntos podéis aprovechar este tiempo para reducir las tensiones de la convivencia y prestaros más atención. Puedes aprovechar este tiempo para trabajar tus gustos y practicar el desapego, así como los miedos que aparecerán en este periodo.

Es normal que durante estos momentos te sientas solo, frustrado, traicionado… en ocasiones, es difícil no sentir el abandono como una cuestión personal, incluso aunque tengas las circunstancias que os han llevado a ello muy claras. Regular las emociones es un proceso largo y complicado, y no todo el mundo tiene las claves para hacerlo por su cuenta. Puedes hablar con tus amigos, familia o con un terapeuta, para que te ayude a gestionar esta situación de una forma más sana para ti. Porque, a estas alturas, ya sabemos que con respeto, comunicación y seguridad, las relaciones a distancia pueden salir bien.