En defensa de la Educación Física: por qué no es tan malo que quieran igualarla con Matemáticas

Se ha liado parda por la posibilidad de que Educación Física sea igual que Matemáticas
La realidad es que no somos conscientes del peso que tiene en nuestra vida esta asignatura
9.00 AM: Todavía con los ojos casi pegados y un frío como el que pasó Jack en la tabla del Titanic me enfrento a la primera prueba del día: toca correr el patio durante 15 minutos y no me encuentro demasiado bien. Intentaré empezar sin cansarme demasiado. Así, poco a poco. Con ritmo. Sin parar. Al final es aguantar el tipo de los primeros minutos para seguir, para no ser el centro de todas las miradas. Lo que sea por no ser la última… hasta terminar por vomitar.
Eso es lo que muchos entendemos por Educación Física y por eso no es de extrañar que se haya armado un buen revuelo con la posibilidad de que esta asignatura entre a competir directamente con Matemáticas o Lengua en grado de importancia, tal como podría verse en el futuro después de la propuesta socialista. El debate no se ha hecho esperar, pero lo cierto es que hay que plantear lo que se entiende por gimnasia en los institutos y todo lo que nos estamos realmente perdiendo.
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No es que ahora se diga que las matemáticas no tienen tanta importancia o que los números se hayan sobrevalorado toda la vida de Dios. No, no es eso ni van por ahí los tiros. Tal vez lo que no se ha hecho es el suficiente esfuerzo para entender todo lo que engloba el ejercicio físico y lo que puede suponer esta asignatura real para los jóvenes.
Muchos tuvimos drama para superar el pino sin saber que después de eso estaba el pino puente o que a la hora de escoger grupos para el partido de fútbol de turno terminaríamos de suplentes. La Educación Física la entendíamos por esa asignatura que nos dejaba entonces unos pocos traumitas y el hecho de que a los que peor se les daba, tuvieran un motivo más para sufrir bullying, pero ¿eso es lo que debemos entender por educación física?

Evidentemente, NO. Por el camino nos hemos perdido muchas cosas, que seguramente después del instituto hemos aprendido por nuestra cuenta y que hubieran entrado dentro de lo que hubiéramos deseado por Educación Física. Que nos enseñaran deporte es perfecto por sus valores y por hacernos levantar de la silla, pero se quedaron en muchos otros aspectos algo cortitos.
Todo lo que engloba la educación física
Eso se puede ver fácilmente en lo que respecta a todo lo relacionado con el autocuidado. Conocerse a uno mismo y saber que ante un dolor de espalda existe todo un mundo de felicidad después de probar algunas posturas del pilates o yoga, no tiene precio. Eso, lamentablemente no nos lo dijeron. Lo mismo sucede con todo lo relacionado con los primeros auxilios. Que tengas que hacerte un curso en tu tiempo libre es para hacerte la ola por lo menos, aunque eso sea porque hayas visto de cerca el peligro y te hayas tenido que poner las pilas. Bien hecho está, aunque, tampoco lo aprendiste en el colegio.

Y no digamos nada acerca de los hábitos saludables y de todo lo relacionado con la correcta nutrición. Los kilos de más, los solucionamos con el gimnasio, aunque tampoco sepamos para que funcionan las máquinas en las que por cierto nos estamos matando como las que se pasan también haciendo 1.000 sentadillas. No nos da por mejorar los hábitos y si lo hacemos es pagando a un nutricionista, ¿no hubiera sido mejor centrar el tiro en dar también algunas horas de curso sobre estos temas?
De ahí que ahora se quiera que la mayor parte del contenido de esta asignatura sea diseñado por el Ministerio de Educación (un 65% para las comunidades no bilingües y un 55% en las bilingües) con un horario mínimo, para que se contemplen muchas de estas ramas como formación básica y necesaria.
No es que nos tengamos que echar las manos en la cabeza porque se quiera que le dediquemos ahora más tiempo o que esta se ponga al nivel de las Matemáticas. Repetimos: no es ese el debate. Tal vez lo que pasa es que no se le ha dado nunca su justa importancia y se ha limitado solo a deportes y competición. Esa es realmente la cuestión y no su competencia directa con las mates. Ambas son importantes. Por lo que realmente nos tendríamos que escandalizar es por todo lo que hemos tenido que aprender tarde y fuera de las clases.