¿Dónde debemos tirar los test de antígenos que nos hacemos en casa?

Ahora, ya podemos comprar test de autodiagnóstico de coronavirus en las farmacias por 2,94 euros
Una de las grandes incógnitas es dónde tirarlos cuando ya los hemos usado: nunca llevarlos al punto SIGRE
Los expertos proponen alternativas más ecológicas para no llenar el planeta de residuos
La pandemia continúa avanzando, son ya tantos los meses que llevamos conviviendo con el coronavirus que poco a poco conocemos mejor a este virus tan contagioso y, afortunadamente, ya tenemos más herramientas que al principio de la misma para frenar su propagación: desde las vacunas hasta los test de antígenos.
Al principio de la pandemia era impensable que los test de antígenos estuvieran al alcance de todos, que pudiéramos comprarlos en las farmacias, pero eso ha cambiado. Ahora, podemos acercarnos a cualquier farmacia y hacernos con un test de autodiagnóstico de COVID-19. Es más, desde el pasado 15 de enero, que entró en vigor la regulación del precio máximo de venta al público en las farmacias de los test, estos cuestan como máximo 2,94 euros.
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Es por eso que muchas personas desde su casa se están realizando la prueba cuando tienen algún síntoma compatible con el coronavirus o antes de reunirse con sus seres queridos, sobre todo en el caso de que estos sean personas vulnerables. Esto, ha traído consigo una serie de consecuencias, también negativas, como por ejemplo un aumento en el volumen de residuos.
Además, uno de los problemas con los que se encuentran los ciudadanos es que no saben dónde tirar los test cuando ya los han utilizado. Pues bien, según Cristina Fernández, farmacéutica de la dirección de Servicios Técnicos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, "los materiales utilizados se deben depositar en el embalaje que incluye el kit de autodiagnóstico y seguir las indicaciones del fabricante sobre la eliminación de los residuos, de acuerdo con la normativa de la comunidad autónoma correspondiente".
Dentro de cada caja viene una bolsa de plástico para introducir todos los elementos que se usan en la realización del test y después la mayoría de fabricantes especifican que "se tira a la basura doméstica teniendo en cuenta la normativa local en vigor". Por tanto, según el prospecto de estas pruebas, los test deben tirarse a los contenedores de basura ordinarios. Algo que también confirma el laboratorio farmacéutico Cinfa.
Nunca llevar al punto SIGRE
Cuando tenemos, por ejemplo, medicamentos caducados o que no vayamos a utilizar más los llevamos al punto SIGRE de las farmacias; sin embargo, en este caso, al no tratarse de medicamentos no podemos llevar los test de antígenos a estos puntos.
Por tanto, sí o sí (al menos por ahora) los test de antígenos usados tendremos que tirarlos a los contenedores de basura ordinarios.
Proponen alternativas
Al ser todo plástico, menos el bastoncillo con la muestra, algunos expertos consideran que habría que buscar otra solución para tirar los test después de usarlos. Por ejemplo, la bioquímica y bióloga molecular, María I. Tapia, ha escrito en un tuit que "está muy bien fabricar y hacer test, pero estamos dejando el planeta hecho un asco. La carcasa de plástico se podría reutilizar y enviar por separado las tiras de papel en sobres o cajitas".
Está muy bien fabricar y hacer test, pero estamos dejando el planeta hecho un asco.
— Maria I. Tapia (@mariaitapia) 12 de enero de 2022
La carcasa de plástico se podría reutilizar y enviar por separado las tiras de papel en sobres o cajitas.
A ver si alguien pudiera ayudar con esto.
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Para Carlos Arribas, responsable del Área de Reciclaje de Ecologistas en Acción, que ha hablado con NIUS, lo que habría que hacer es no dejar la responsabilidad al ciudadano, sino que vuelvan a las farmacias una vez usados: "Los test usados no son peligrosos, no contaminan, en caso de positivo, en cuestión de horas deja de ser contaminante o infeccioso por eso deberían devolverse a las farmacias y que a partir de ahí se reciclen".
"Se sabe que los recipientes pequeños de plástico, es decir, los que no son envases, son muy difíciles de reciclar, por eso no creo que la solución esté en separar y tirar el plástico de cada test en la bolsa amarilla y las tiras a la basura normal. Además, de que es una locura para el consumidor que termina tirándolo todo al mismo sitio, no se puede reciclar algo tan pequeño", señala Arribas.
Desde Ecologistas insisten a NIUS en que se podría crear un sistema como SIGRE para reciclar los test: "Los productores son los responsables últimos de los productos que ponen en venta. Habría que obligarles a que rotularan que una vez que se utilice, se devuelva a la farmacia. Un sistema de gestión y recogida de estos residuos. Si no se deberían plantear buscar otros modelos de test que contengan, por ejemplo, menos plástico. Es más dinero, más tiempo y más personal, es cierto, pero esto no es solo ganar dinero".