Estrés térmico, el gran problema de los trabajadores durante las horas de calor

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se prevé que en 2030 se pierda el 2,2% de las horas de trabajo en todo el mundo como consecuencia del aumento de temperatura.
Mientras, el calor puede jugarnos malas pasadas. El estrés térmico es un proceso que se da cuando estamos expuestos a altas temperaturas y nuestro cuerpo no las asimila bien.
Cuando hace calor, trabajar puede resultar incómodo o agobiante. Las horas centrales del día pueden ser un auténtico infierno, y si a eso le sumas tener que hacer esfuerzos enormes, el resultado es terrible: tu cuerpo trata de mantener la temperatura interna, con todo lo que ello conlleva. En situaciones extremas, puede provocar riesgos para la salud e integridad de los trabajadores, llegando a provocar la muerte.
Ahora que estamos en plena ola de calor, esta amenaza vuelve a volar sobre nosotros, especialmente para los trabajadores que realizan sus actividades al aire libre o cerca de fuentes de calor, como fundiciones u hornos. Aquí es donde entra en juego el estrés térmico, un concepto con el que trabajan los expertos en prevención de riesgos laborales y que, sin embargo, en ocasiones no se toma tan en serio como debería. En Yasss te contamos en qué consiste.
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¿Qué es el estrés térmico por calor?
Se trata de la carga de calor que los trabajadores reciben en su cuerpo, pero no se limita a la incidencia de la temperatura sobre cada uno. En realidad, es el resultado de la interacción entre las condiciones ambientales del lugar de trabajo, la actividad física que realizan y hasta el uniforme o ropa que llevan. Es decir, es la manera que tiene nuestro cuerpo de somatizar ese calor excesivo.
Al trabajar en condiciones de estrés térmico, el cuerpo se altera mucho. Sufre una sobrecarga fisiológica: al notar el aumento de temperatura, los mecanismos que tenemos para perder el calor (la sudoración y la vasodilatación periférica, sobre todo) tratan de cumplir su función. Si no lo consiguen, se pueden producir daños de gravedad.

La intensidad del estrés térmico y sus efectos depende de lo agresivos que sean los factores que lo determinan. Los síntomas pueden producirse muy rápidamente y los desencadenantes pueden ser irreversibles: aumenta la probabilidad de que se produzcan accidentes de trabajo, de que se agraven dolencias previas o de que se produzcan enfermedades “relacionadas con el calor”, como erupciones cutáneas, calambres o síncopes.
Enfermedades relacionadas con el calor
Aprender a identificar estas enfermedades asociadas al calor es fundamental para ponerles un tratamiento más efectivo. Para prevenirlas, hay que ducharse regularmente, tomar bebidas isotónicas y aguas con sales, descansar y beber agua habitualmente y no superar . Las más habituales son las siguientes:
- Erupción cutánea: debido a una excesiva sudoración, aparece una erupción roja que puede infectarse. Pica e impide trabajar bien.
- Calambres: se suda mucho y se pierden sales. Pueden aparecer espasmos y dolores musculares en los brazos, piernas o abdomen, antes o después del trabajo.
- Síncope por calor: al estar inmóvil durante mucho tiempo, sometido a altas temperaturas, puede que falte el riego sanguíneo en el cerebro. Los síntomas son el desvanecimiento, la visión borrosa, mareos o debilidad. También puede producirse un agotamiento por calor, que se traduce en una debilidad y fatiga extremas, náuseas o mareos, taquicardia y dolores de cabeza.
- Deshidratación: si se pierde mucha agua en el proceso de sudoración y no s repone, puede darse una deshidratación. Los síntomas son sed, mucosas secas, fatiga o aturdimiento, además de piel seca o taquicardias.

Aclimatación al calor
Ningún trabajador debería estar sometido a las condiciones de estrés térmico. Sin embargo, con el paso de los días el cuerpo se acostumbra a esas pésimas condiciones, en un proceso que se llama aclimatación al calor. Se produce de forma gradual de una a dos semanas, y se pierde muy rápido cuando el cuerpo deja de estar sometido a ese calor.
Además, los trabajadores con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o mentales son más vulnerables al estrés térmico por calor, por lo que deberían estar todavía menos expuestos al calor. Es responsabilidad de los empresarios informar y formar a los trabajadores sobre estos riesgos, cuidar de su salud y ofrecer alternativas a este trabajo. Por su parte, los trabajadores tienen derecho a adaptar el ritmo de trabajo a su tolerancia al calor, descansar en lugares frescos e informar a sus superiores de si están teniendo problemas con su aclimatación.
