James lleva cinco años sin ducharse para demostrar que nos lavamos demasiado: "Tu cuerpo se acostumbra"

Este joven es profesor de Salud Pública de Yale, especialista en medicina preventiva y cree que nos duchamos demasiado
Tiene 37 años y lleva desde los 32 sin ducharse, gracias ha esto ha sentido grandes cambios en su cuerpo
Normalmente nos duchamos todos los días, cada dos o como poco un par de veces a la semana si vamos muy liados y no pasamos casi por casa o nos hemos ido de festival (algo que con la pandemia echamos mucho de menos). Pasar semanas, meses o años sin esas duchitas que tan bien nos hacen sentir y tanto nos reconfortan no es ni de lejos lo normal.
Sin embargo, sí es lo común en la vida de James Hamblin un profesor de Salud Pública de Yale y especialista en medicina preventiva que cree que nos duchamos demasiado. Es más, él tiene 37 años y lleva desde los 32 sin ducharse, aunque sí que se lava las manos. En total, lleva ya así cinco años y por ahora no tiene previsto volver a ducharse.
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Cuando decimos que no se ha duchado, nos referimos a que ni siquiera en estos cinco años se ha dado una duchita de 5 minutos rápida para entrar en calor o quitarse el sudor del cuerpo tras hacer ejercicio... James sabía que hay gente que se ducha muy poco y quería probarlo en sus propias carnes para descubrir cómo reaccionaba a esto su cuerpo. Así que, en 2015 tomó la decisión de dar un cambio radical en su vida y dejó de ducharse.
¿Cómo se siente?
En su caso el proceso fue gradual, ya que él se duchaba todos los días y dejar de hacerlo por completo de la noche a la mañana iba a ser muy duro. Lo primero que hizo fue empezar a usar menos jabón, champú y desodorante y luego a lavarse con menos frecuencia.
Según él mismo ha contado en una entrevista a BBC Mundo, su cuerpo fue acostumbrándose a su nueva rutina: "Con el tiempo tu cuerpo se acostumbra cada vez más para que no huela tan mal si no usas desodorante y jabón". "Y tu piel no se vuelve tan grasienta cuando dejas de usar jabones fuertes", matiza.
Con respecto al cuidado del pelo el profesor también ha sido muy claro: "Muchas personas usan champú para eliminar los aceites del cabello y después se aplican un acondicionador para colocar aceites sintéticos. Si logras romper ese círculo, tu cabello terminará viéndose de la manera que era cuando empezaste a usar esos productos".
No obstante, este proceso de cambio no ha sido fácil para él ya que, según explica "hubo momentos en los que me quería duchar porque lo extrañaba, olía mal y sentía que tenía grasa. Pero eso empezó a pasarme cada vez menos". Y la razón es que a medida que usaba "menos y menos", empezó a necesitar "menos y menos".
Este experimento es parte de una investigación
Además de por pura curiosidad, James ha pasado cinco años sin ducharse para poder llevar a cabo una investigación que ha publicado en su último libro. Para empezar este proceso se hizo una pregunta: "¿Es ducharse casi todos los días con diferentes productos, jabones, geles, cremas, un concepto moderno?". La respuesta es que sí, "porque no solíamos tener agua corriente. La mayoría de la gente no tuvo acceso a agua corriente hasta los últimos cien años".
"Era algo que quizás la realeza podía hacer, los reyes y las reinas, pero que la gente sólo podía hacer ocasionalmente. Quizás se metían en un río o en un lago, pero no era algo que necesitáramos hacer todos los días", explica James a BBC Mundo.
"Además, no teníamos la capacidad de producir en masa. Por lo que mucha gente usaba jabones caseros y tampoco los utilizaban todos los días porque eran muy duros para la piel. Es algo muy moderno".
¿Cómo empezar a dar este cambio?
El especialista hace hincapié en que él no quiere obligar ni incitar a la gente a que deje de ducharse, pero en el caso de que alguien quiera seguir sus pasos y dejar de hacerlo recomienda que el proceso sea en este caso también gradual.
"Para aquellas personas que han tenido problemas de piel o que simplemente les gustaría probarlo, diría que hagan menos y que empiecen lentamente y avancen hasta donde se sientan bien". Por ejemplo, James asegura que usar menos champú ha sido un punto de partida para algunos, mientras que otros prefieren empezar con un desodorante más suave.
"Se puede arrancar con duchas más cortas, menos frecuentes, más frías, menos jabón", indica. "No tiene por qué ser algo dramático".
Al principio puedes tener la sensación equivocada de que desprender mal olor o estás sucio, pero, según explicó el experto a BBC, "el olor de los cuerpos es producto de bacterias que viven en nuestra piel y se alimentan de las secreciones aceitosas del sudor y las glándulas sebáceas que están en la base de nuestros folículos pilosos. Al aplicar productos en nuestra piel y cabello todos los días se altera una especie de equilibrio entre los aceites de la piel y las bacterias que viven en ella. Cuando te duchas agresivamente, destruyes los ecosistemas".
Además, añade que estos "se repueblan rápidamente, pero las especies quedan desequilibradas y tienden a favorecer los tipos de microbios que producen olor. Pero, después de un tiempo, se da un proceso de regulación: Tu ecosistema llega a un estado estable y dejas de oler mal", ha explicado James que dejó de ducharse hace cinco años.