La ley del hielo: "Cuando me enfado castigo a mi pareja con mi silencio"

Castigar a tu pareja con tu indiferencia puede causarle enormes daños psicológicos
Algunos especialistas consideran la ley del hielo una forma de maltrato
Aunque antaño no se llamaba así, la ley de hielo es más vieja de lo que crees. La dinámica siempre es la misma, uno de los miembros de la pareja hace algo “mal” y el otro se enfada, pero en vez de hablarlo actúa con frialdad, distanciamiento emocional y falta de empatía. Castiga a su pareja con el silencio porque sabe que esa incertidumbre duele más que las palabras y poco a poco destruye su autoestima. Hoy hablaremos de esta conducta tan negativa, analizando a fondo cómo afecta a nuestra relación y respondiendo a la pregunta de oro: ¿es una forma de maltrato o no?
¿Qué es la ley de hielo?
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La ley de hielo es un patrón conductual que se manifiesta sobre todo en el ámbito de la pareja, pero puede ocurrir con amigos, familiares, compañeros de clase o en cualquier interacción social.
Imaginémonos dos personas, Alba y Carlos. Son pareja desde hace relativamente poco y aunque al principio todo parecía color de rosas, han empezado a surgir pequeñas discusiones como en cualquier relación. El problema es que cuando a Carlos le sienta algo mal, no lo habla con Alba. A veces le molestan pequeñeces que para él son un mundo, y su reacción es siempre la misma: deja de contestar los WhatsApps de Alba o responde de forma seca y tajante, no queda con ella, actúa con mucha frialdad e ignora a Alba hasta que se le pasa el cabreo. Cuando esto sucede, Alba siempre pregunta lo mismo: ¿he hecho algo mal?, ¿estás bien?, ¿te ha molestado algo? Como no obtiene respuestas, se rebana los sesos intentando averiguar qué es lo que ha pasado para que Carlos esté enfadado, pero no lo tiene claro.
Al principio esto no le afectaba mucho, pero ahora tiene miedo en todo momento porque no sabe si Carlos se va a enfadar o no. No sale de fiesta con sus amigas porque teme que Carlos se cabree y deje de hablarle, y también analiza cada respuesta que le da para no molestarle. Esta inseguridad le está costando su autoestima y sabe que no puede vivir así, pero tampoco tiene claro cómo solucionarlo.
Este ejemplo es el pan de cada día de muchas personas. Seguramente tú hayas sido víctima de la ley de hielo o la hayas aplicado en tus relaciones en algún momento. Da igual el género y la edad: afecta por igual a hombres y mujeres y a menores y mayores de edad, y las consecuencias son siempre devastadoras.
Cómo afecta a tus relaciones
Tal y como acabamos de ver, la ley de hielo puede destrozar no sólo la pareja, sino también a ambos miembros de ella, especialmente en la víctima de esta conducta tan negativa.
- Genera muchas inseguridades. Cuando alguien se enfada contigo y no te explica el motivo, inevitablemente analizas cada detalle de tu comportamiento en busca de “lo que has hecho mal”. A veces aciertas, pero otras muchas no. En consecuencia, las víctimas de la ley de hielo dejan de hacer actividades para no cabrear a sus parejas y a menudo dichas actividades son normales, sanas y nada reprochables, por ejemplo, salir con sus amigos o ser independientes. Esto genera un déficit de autoestima brutal.
- Provoca estrés y ansiedad. Tener una discusión causa mucho malestar, pero el silencio y la frialdad todavía más. Estos momentos de “distanciamiento emocional” se viven con gran estrés y ansiedad.
- Da lugar al fenómeno de indefensión aprendida. Este fenómeno psicológico sucede cuando constantemente vivimos situaciones desagradables que no podemos controlar. Las víctimas de la ley de hielo creen que hagan lo que hagan, su pareja se va a enfadar. Al final desarrollan una sensación de tristeza constante, dependencia emocional, baja autoestima y pasividad.
- No permite que la pareja evolucione. Como los errores se quedan en el tintero sin hablar, la pareja se acaba estancando. Los problemas no se superan y esta falta de comunicación tan brutal puede destrozar la relación.
¿Es una forma de maltrato?
Según muchos expertos, la ley de hielo es una forma de maltrato psicológico. La razón es simple: la persona que castiga con el silencio a menudo lo hace para provocar daño en su pareja. Es una forma de expresar poder sobre la otra persona con la intención de que se acabe sometiendo y reconociendo su culpa, aunque en el fondo no haya hecho nada mal. En otras palabras, estamos anulando a nuestra pareja con la ley de hielo.
Estamos ante una conducta de manipulación, posesividad y abuso, demostrando que a veces no hace falta usar palabras para infringir dolor en una persona.
Si te has sentido identificado porque eres víctima de esta forma de agresión, háblalo con tu pareja y si todo sigue igual pon fin a la relación. Tu autoestima y tu salud psicológica están por encima de cualquier persona. En cambio, si eres quien castiga con su silencio, ponte en manos de un psicólogo para solucionar esta dinámica tan dañina. Admitir nuestros errores es el primer paso para cambiarlos y la ley de hielo te hace daño a ti, a tu pareja y a la relación.