Más relacionadas con el miedo que con el amor: ¿de dónde vienen las mariposas en el estómago?

Los cerezos en flor, el regreso de las golondrinas, los tonos pastel… si hay una estación perfecta para enamorarse esa es, salvando la de 2020, la primavera. Unos meses en los que todo flota y es rosado, el tiempo es más amigable y no es tan sencillo distinguir entre la literalidad y la metáfora: nos remitimos, por ejemplo, a las mariposas en el estómago. Esa sensación tan común cuando recibes un mensaje de la otra persona tiene, en contra de lo que puedas creer, muy poquito de metáfora; es tan real como un cólico o el ardor de estómago.

La relación entre el estómago y el cerebro siempre ha sido muy íntima. De hecho, la respuesta a este fenómeno, en el que parece que algo muy ligero roza las paredes de tu estómago, podría estar en el sistema nervioso entérico (SNE), conocido como el ‘segundo cerebro’.

Así lo muestran varios estudios llevados a cabo por el Doctor del Centro John Hopkins Jay Pasricha, quien explica que la funcionalidad de este sistema no es escribir cartas de amor, sino que se encarga de “controlar la digestión”. Y aunque “no parece capaz de pensar tal y como lo conocemos, se comunica con nuestro cerebro de verdad y da resultados profundos”, explica.

Estas dos capas, formadas por más de 100 millones de células nerviosas, recubren el tracto digestivo y hablan a nuestro cerebro constantemente. Hasta ahí bien, ¿no? El tema es que, a través de esta comunicación, el SNE es capaz de desencadenar “grandes cambios emocionales”, según Pasricha, hasta el punto de que, si el tracto digestivo se irrita, este sistema puede enviar señales a nuestro cerebro y cambiar nuestro humor por completo.

Durante mucho tiempo, los investigadores y expertos pensaron que la relación se daba exclusivamente en sentido opuesto, y que eran las emociones las que podían afectar negativamente a nuestro estómago. Sin embargo, las últimas investigaciones parecen apuntar a que esta relación tiene dos partes con la misma capacidad en la toma de decisiones, y que el estómago puede condicionar nuestro estado de ánimo. Estos resultados pueden ofrecer nuevos enfoques y técnicas en el tratamiento de enfermedades como la ansiedad y la depresión.

Pero, de vuelta a las mariposas en el estómago, parece que el SNE podría tener también mucho que ver. Este sistema, que también procesa sensaciones y emociones, suele reaccionar con esa señal ante el estrés, cuentan desde el Washington Post, una sensación que también aparece con la persona deseada. Y, cuando la gente está estresada, “se enfrenta a algo llamado ‘el enfrentamiento o la escapada”, tal y como explica en el diario.

Esto no es otra cosa que la respuesta de tu cuerpo a una situación de peligro, en la que puede elegir si huye o ataca a la amenaza. Las señales, explican desde el periódico estadounidense, viajan “desde la parte pensante de tu cerebro hasta el hipotálamo y la glándula pituitaria, que son los responsables de controlar algunas de las funciones corporales principales”.

Estas se encargan de generar adrenalina y otros químicos hacia tu sangre, lo que incrementa el ritmo de tu corazón y la presión de la sangre y mejora la circulación en tus músculos; eso se traduce en una pérdida de sangre en otras zonas de tu cuerpo, entre ellas el estómago, que te lo cuenta en forma de revoloteo de mariposa. Tu cuerpo se prepara para atacar o salir pitando, dependiendo de lo que diga tu cerebro, que no deja de mirar a la persona que te gusta y pensar qué tiene de peligroso.

Pero, ¿cómo es capaz tu cuerpo de distinguir el estrés de un examen del de la persona amada? Según explican en Quo, “los sentimientos y las intuiciones suben de las tripas junto con otras muchas señales procedentes del vientre, como las náuseas, el vómito y el dolor”. Sería en el cerebro (el primero, el de toda la vida) donde la memoria emotiva recogería y almacenaría todas esas informaciones viscerales. ¿Qué quiere decir esto? Que tu cabeza, inteligente y rencorosa, sabe lo que significa un cosquilleo en el estómago, porque ya lo ha vivido antes.

Tal y como reconoces el dolor de estómago previo a un examen que no has estudiado, asumes que el cosquilleo en el estómago es la forma en que tu cerebro te dice que se ha enterado de que te gusta esa persona. “Todas las ocasiones en que nos vemos en una situación que ya hemos vivido antes, los sentimientos y nuestra conducta quedan determinados por los datos inconscientes que se extraen del gigantesco catálogo de la emotividad”, añaden desde Quo. Vaya, que una vez pasado el trámite de la primera vez, el resto es poner el piloto automático y dejar que tu cerebro (y tus tripas) te digan lo que sientes.