Un 'Miguelito' en casa: vivir con un mal compañero de piso puede llegar a afectar a la salud

Nuestra casa debería ser un espacio de tranquilidad, pero convivir con compañeros de piso a veces lo pone difícil
El hilo sobre 'Miguelito' se hizo viral en Twitter, dando pie a muchas anécdotas sobre malos compañeros de piso
Los problemas de convivencia pueden llegar a afectar a la salud de una persona, es importante saber qué se puede hacer
Hasta hace unos días cuando escuchábamos la palabra "Miguelito" pensábamos en esos deliciosos dulces típicos de La Roda a los que nadie puede resistirse. Sin embargo, desde que se viralizó en Twitter el hilo en el que @manupalmer contaba el infierno que ha vivido en su propia casa por el comportamiento de un compañero de piso, ahora ese nombre ya no nos resulta tan apetecible.
¿Quién querría convivir con un 'Miguelito'? Según cuenta Manu Palmer (la versión de Miguelito no la tenemos porque aún "no se sabe oficialmente" quién es la persona que se esconde detrás de este diminutivo), han sido varios meses de problemas continuos que han llegado a provocarle ataques de ansiedad en su propia casa.
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El hilo viral sobre Miguelito está contado en clave de humor, cuando todo ha pasado ya y los compañeros han dejado de convivir. Sin embargo, mucha gente se ha sentido identificado con los problemas que relata. Manu define a su excompañero de piso como "mentiroso, sociópata, cleptómano y moroso". ¡Lo tiene todo!
Acercaos niños que os cuente la historia de cómo he estado viviendo un año con un “famoso” influencer mentiroso, sociópata, cleptómano y moroso pic.twitter.com/vPYqV9KH3x
— la palmer 🌈🐏 (@manupalmer) 2 de agosto de 2020
No hace falta que una persona reúna todas esas características para convertirse en un mal compañero de piso. Solo con la primera, mentiroso, sería suficiente para generar problemas que pudieran afectar a la convivencia y la vida de las otras personas que comparten techo contigo.
Encontrar a un buen compañero de piso no es fácil. A no ser que te lo haya recomendado un amigo, o un amigo de un amigo, sueles enfrentarte a un completo desconocido que puede engañarte o simplemente darte una impresión equivocada en la media hora en la que os conocéis. Muchas veces nos conformamos con un "parece majo", pero a veces las apariencias engañan.
¿Cómo encontrar un buen compañero de piso?
Generalmente, cuando pones una habitación de tu casa en alquiler el proceso consiste en que llamen personas interesadas, se acerquen a verla, charléis unos minutos y os hagáis preguntas básicas y la decisión final recaiga sobre el potencial nuevo compañero, que decide si la habitación y el piso le parece bien. Se le da más importancia al espacio que a las personas, por eso a veces falla la convivencia.
Estaría bien que reflexionases sobre cómo eres tú, cómo funciona tu casa y cómo te gustaría que fuera la otra persona. Por ejemplo, si para ti la limpieza es muy importante, tendrás que hacerle preguntas que de verdad te den pistas sobre si esa persona es limpia o no, porque de primeras todo el mundo te va a decir "sí, soy muy limpio y organizado". Por otro lado, si tú madrugas mucho, también sería interesante preguntar por sus horarios de trabajo o sobre las horas en las que se siente más activo, ya que si te levantas a las seis de la mañana y tu futuro compañero es animal nocturno... va a ser difícil que la cosa funcione.

Algunos universitarios nos dieron sus consejos para Yasss sobre cómo elegir un buen compañero de piso. El primer consejo y más importante: no te vayas a vivir con tus amigos solo porque son tus amigos, piensa desde el punto de vista de la convivencia. El segundo, conoceros un poco antes de acordar vivir juntos. No te la juegues a los quince o veinte minutos que dure la visita a la habitación. Podéis ir a tomar algo y así charlar más. El tercero, dejar por escrito los compromisos de la convivencia. Turnos de limpieza, organización de los armarios de la cocina, normas básicas como horarios para fiestas o visitas...
¿Qué puedo hacer si tengo problemas con mi compañero de piso?
Parece una respuesta de mierda rollo "¿Estás triste? No estés triste", pero es la correcta: si tienes problemas con tu compañero de piso, lo primero que deberías hacer es intentar solucionarlos. Lo más importante es que no te calles tus preocupaciones y sigas como si nada o le lances mensajes en código y luego te enfades porque no los pilla. Desde la calma y de forma respetuosa, dile lo que te ha molestado. La clave de cualquier tipo de relación siempre es la comunicación, y si tú no dices aquello que te molesta o que crees que podría cambiar no puedes esperar que el resto adivine qué tienes tú en la cabeza.
Una vez que tú has dado el paso de hablar, otra obviedad: escucha. Las personas tenemos formas muy diferentes de ver la vida y de hacer las cosas. Quizás aquello que para ti es insoportable para la otra persona es lo más normal, y necesitéis llegar a un acuerdo. Por último, no te limites a criticar: aporta tus propias soluciones. Por ejemplo, si estás hasta las narices de que tu compañero de piso no friegue los platos, no solo le digas que no friega, que ya se habrá dado cuenta él o ella. Proponle horarios o días alternos o incluso, si tu compi te dice que le cuesta una barbaridad, un intercambio: tú friegas siempre si él/ella hace la compra. Es solo un ejemplo pero, ¡si no lo habláis solo irá a peor!

¿Pero y si lo que tú tienes en casa es un 'Miguelito'? Vamos, si la cosa se ha puesto chunga, te está afectando y encima es imposible hablar con la otra persona. Puedes hablar con el propietario y pedirle que, por diferentes causas objetivas y reales (por ejemplo, fotos de cosas que ha roto o quejas de los vecinos del ruido que hace), finalice el contrato con él aunque sea antes de tiempo.
Como ultimísimo recurso, puedes irte tú "y dejarle el marrón al dueño". Realmente no le estás dejando "el muerto", sino que te estás salvando tú, porque, tal y como cuenta Manu Palmer en su hilo, una mala convivencia puede afectar a tu salud mental. Él relata en su hilo cómo llegó a tener un ataque de ansiedad. Lo ideal sería no tener que llegar a esto, pero... a la hora de convivir nunca hay situaciones ideales.