Desmontando los mitos de la marihuana: de 'droga blanda', nada

El cannabis, también conocido como marihuana, es una sustancia psicotrópica que se obtiene de la planta del cáñamo o Cannabis sativa. El hecho de que se obtenga de una planta hace que muchos la perciban como “más natural” y menos dañina que las drogas sintetizadas, pero su consumo conlleva grandes riesgos para la salud. Aun así, este artículo no pretende demonizar a los consumidores, sino simplemente informarles, porque como diría una madre “siempre viene bien saber lo que nos llevamos a la boca”.

¿Por qué la marihuana es tan popular?
Como spoileaba al comienzo del artículo, el cannabis es la droga ilegal más consumida, encontrándose que 3 de cada 10 adolescentes la ha consumido alguna vez. No sólo se consume de manera excesiva, sino que quienes lo hacen a menudo no conocen el peligro que conlleva para la salud, ya que es también la droga ilegal con menor percepción de riesgo.
El motivo de su alto consumo y de su baja percepción de peligrosidad es, por un lado, lo accesible que es (damos una patada a una piedra y nos salen tres conocidos que saben de alguien que vende marihuana), pero también se debe a los numerosos mitos respecto a su consumo:
El tabaco es más peligroso para la salud que la marihuana: DEPENDE

Según los estudios realizados hasta la fecha, el consumo de tabaco puede aumentar la incidencia de enfermedades de pulmón crónicas, enfermedades coronarias, derrames cerebrales y varios tipos de cáncer (de pulmón, laringe, esófago, etc.). Aun así, esto no resta gravedad a los riesgos del cannabis.
Por un lado, se ha encontrado que el cannabis favorece la aparición de enfermedades pulmonares como bronquitis crónica, enfisema pulmonar o cáncer de pulmón. También puede provocar taquicardia, hipertensión e insuficiencia cardíaca.
El problema es que los riesgos del cannabis van más allá, ya que tiene más implicaciones a nivel cerebral que el tabaco. Por un lado, se ha encontrado una relación entre los trastornos psicóticos y el consumo de esta sustancia. Si no te lo crees, busca un par de estudios científicamente validados o pásate por un centro de drogodependientes con patología dual (es decir, un trastorno mental sumado al consumo de sustancias) y cuenta cuántos consumieron marihuana antes de su primera crisis psicótica. Esto no quiere decir que el cannabis provoque un trastorno psicótico, sino que aumenta las probabilidades de padecerlo en aquellas personas que ya tienen predisposición, actuando como un catalizador.
También se ha encontrado un aumento de la incidencia de trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y de la personalidad, un mayor aislamiento social, problemas de memoria y de aprendizaje, peores resultados académicos, peor rendimiento escolar y laboral, problemas para dormir, irritabilidad y agresividad, nerviosismo, disminución del apetito y un largo etcétera. Acojona un poco, la verdad.
Eso sí, todos estos riesgos dependen del consumo. No es lo mismo fumarte un porro el día de tu graduación que cinco paquetes de tabaco a la semana.
La marihuana no es peligrosa porque es natural: FALSO

La generación millennial huye de la palabra “químico” (aunque hasta el agua del grifo es un compuesto químico si nos ponemos quisquillosos), y en cuanto algo tiene la etiqueta de “natural” nos volvemos locos. Pues siento deciros que natural e inocuo no son lo mismo, ya que el humo de la marihuana contiene componentes con potencial cancerígeno al igual que el tabaco.
Además, lo de que es 100% natural se debería coger con pinzas, ya que hoy en día numerosas plantas de Cannabis son manipuladas genéticamente para que tengan mayores concentraciones de THC (el compuesto químico psicoactivo predominante, es decir, el que hace que te dé un colocón).
Por otro lado, hay otras drogas naturales como el opio que no son precisamente manzanilla para tu salud.
La marihuana calma la ansiedad y cura la depresión: FALSO

Imagínatelo… Empiezas a consumir porque tienes ansiedad o para sentirte más animado y oh, sorpresa… En el momento te da un subidón tremendo, te encuentras maravillosamente, eres el rey del mundo como Jack en Titanic. El problema es que cuando la sustancia desaparece de tu organismo, vas a seguir en la mierda o aún peor.
Esta es la línea que separa el consumo ocasional de la dependencia. Empiezas a pensar que para estar feliz, tranquilo o calmado, necesitas la marihuana, cuando lo que de verdad necesitas es superar con un profesional de la salud mental aquellos problemas que te están ocasionando ansiedad o depresión. Al final no sólo tienes un trastorno de ansiedad o un trastorno del estado de ánimo, también tienes un trastorno de consumo de sustancias.
La marihuana es buena para la salud mental: FALSO

Algunas reacciones descritas por el consumo de cannabis son:
• Episodios de pánico: episodios de ansiedad agudos y breves, a veces acompañados de ideas paranoides, pseudoalucinaciones y desrealización.
• Síndrome de delirio tóxico: durante la abstinencia se puede producir obnubilación, cambios en la conducta motriz y alteraciones de la memoria, de la orientación, de la percepción y del sueño.
• Síndrome amotivacional: caracterizado por fenómenos de apatía, regresión, disminución de la memoria, infantilismo, pérdida de intereses, etc.
• Psicosis cannábica aguda: alucinaciones, delirios, desorientación, ideas paranoides, etc.
• Reacciones eufóricas-disfóricas: sentimientos de disconfort que aparecen después de la euforia. Se acompañan de sedación, desorientación, falta de concentración y de relajación y, en ocasiones, estados depresivos agudos.
Si esto te parece bueno para la salud mental, apaga y vámonos.
Entonces, ¿la marihuana es lo peor de lo peor?

A ver, agua no es, pero sin duda un par de caladas de manera aislada son menos dañinas para la salud que beber diez cubatas un sábado. El problema es que hay gente que se escuda en este argumento y luego acaba fumándose cinco porros en vez de beberse esos cubatas.
Algunos riesgos de la marihuana se reducirían si se realizase un consumo esporádico y responsable, pero siempre va a ser peligrosa para tu salud, te fumes medio gramo o cinco.