Escuchar música mientras se estudia mejora la concentración: la playlist perfecta

Escuchar música es una actividad de alto riesgo sentimental que también nos ayuda con la motivación y la concentración
La música es un lenguaje universal con capacidad para emocionar. Está en las casas y en las calles, tiene la capacidad de estimularnos tanto intelectual como emocionalmente. Ya sea para estudiar un examen a última hora, leer o meditar, en Yasss te ayudaremos a crear tu playlist perfecta.
¿Cualquier género musical favorece la concentración? Aparentemente no. Un estudio del profesor Kringelbach para la universidad de Oxford demostró que ni los ritmos repetitivos ni aquellos más complejos ayudan a la hora de estudiar. Según su experiencia, es el término medio el que nos ayudará a memorizar y trabajar. Sabiendo esto, manos a la obra.
¿La música ayuda realmente a estudiar?
La escena se repite en todas partes. Un adolescente prepara los deberes para el día siguiente en su habitación, con la puerta cerrada y la música muy alta. Desde el salón, los padres escuchan la melodía y se preguntan si realmente está estudiando o solo pasa la tarde tarareando las letras de su grupo favorito. Se acercan al cuarto, abren la puerta y ven a su hijo con la cabeza muy cerca del escritorio, terminando sus tareas mientras las membranas de los altavoces rebotan con las canciones. Cómo puede ser, se preguntan.
La respuesta la tiene la neurociencia. Cuando escuchas música, tu cerebro produce dopamina, generando placer y mejorando los procesos cognitivos y nuestro humor. Además, mientras escuchas música evitas otras distracciones, mejorando tu concentración. Por eso, antes de empezar a hacer una playlist hay que tener en cuenta que, si se acaba la música, se romperá el trance. Lo ideal es crear una lista que dure una hora u hora y media, para hacer un breve descanso cuando termine.

¿Cuál es el mejor ritmo para concentrarse?
Como en todos los campos de estudio, en la neurociencia, musicología y psiquiatría hay tantas opiniones al respecto como cátedras universitarias. Mientras que el citado estudio de Oxford recomendaba el jazz de James Brown, otros autores aseguran que la música clásica es la que favorece la concentración. Aquí no hay consenso, así que lo mejor es probar hasta dar con lo que mejor funciona para ti.
En los servicios digitales de música hay muchas listas que te pueden servir como referencia. En Spotify, por ejemplo, abundan las playlist con bandas sonoras instrumentales y las que reproducen sonidos de la naturaleza, como pájaros cantando o tormentas de verano. Esas melodías poco estridentes ayudan a entrar en trance y favorecen la concentración y la memoria.
Sin embargo, si el contenido a estudiar es mecánico, como matemáticas o física, lo mejor es escuchar canciones más rápidas, que sin llegar a ser las de una clase de spinning, favorezcan el movimiento. Canciones pop, rock o incluso tecno, todo vale si motiva. Lo ideal es que las transiciones entre canciones sean lo más suaves posibles, para no perder la concentración cuando el reproductor cambie a otro tema.
A cada cual, su playlist
En definitiva, por más que las sonatas de Mozart o los sonidos de lluvia favorezcan la concentración, si no te gustan no vas a conseguir los efectos que esperas. Piensa en grupos que te gusten y en sus canciones más suaves. A partir de ahí, se trata de buscar canciones con ritmos parecidos, para que los cambios entre temas no sean brucos, y evitar que el volumen esté muy alto para no perder la concentración. Si las canciones tienen letra, lo mejor es que no sean muy pegadizas, para no terminar cantándolas y perdiendo el hilo del estudio.