"Cuando estoy nerviosa me destrozo la cara": quitarse los granos en momentos de tensión es muy común

¿Alguna vez te has preguntando por qué te salen más granos y no puedes parar de tocártelos cuando estás nervioso/a?
Si ya temíamos el fin de curso y la temporada de exámenes cuando nuestra vida era normal, ahora que llevamos más de un mes encerrados en nuestras casas y que la forma de estudiar y asistir a clase ha cambiado por completo, pensar en el fin de curso, en las notas, o en la Selectividad puede alterarnos notablemente.
Durante la temporada de exámenes es lógico que aumente el estrés, y en muchas personas, ese estado generalizado de nerviosismo muchas veces se refleja en la piel. No sólo aumenta la cantidad de granos que nos salen en la cara, sino que también tenemos mas predisposición a toquetearlos. ¿Por qué sucede esto? Hoy conoceremos la explicación psicológica.
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¿Por qué te salen granos cuando estás de exámenes?
La razón principal y más obvia es porque nuestros hábitos durante estas fechas son peores.
- Comemos fatal. ¿Quién no se ha pasado una semana entera de exámenes alimentándose a base de macarrones, arroz y pizza? Y cocinar tiene mucho mérito, porque la mayoría de los estudiantes acaban pidiendo comida basura a domicilio. Las hamburguesas, los kebabs y la pizza no son lo mejor para tu piel.
- Dormimos todavía peor. Al comienzo de curso te propones estudiar al día, pero nunca cumples este propósito. Llega enero y te pegas atracones de estudio, yéndote a la cama a las 4 de la mañana mientras abrazas el libro de estadística.
- Cuidamos menos la higiene. Y no hablo de ducharnos o lavarnos la cara por la mañana, sino de algo tan básico como poner la ropa de cama en la lavadora. Sí, la almohada llena de sudor en la que duermes cada noche también esta propiciando tus brotes de acné.
Además de nuestros hábitos de salud e higiene, hay algo que influye tremendamente en el estado de nuestra piel: el bienestar psicológico. Durante periodos de estrés o ansiedad es mas probable que aparezcan granitos.
Cuando estamos agobiados por los estudios el funcionamiento interno de nuestro cuerpo no es el mismo que cuando estamos de vacaciones. Ante el estrés aumenta la segregación de cortisol, andrógenos, insulina y citocinas inflamatorias. Tal vez te suene a chino, pero estas sustancias inducen la actividad de las glándulas sebáceas de la piel aumentando los puntos negros y las espinillas.
¿Y por qué me quito los granos?
Lo ideal cuando nos sale un brote de acné es ser pacientes, dejar que los granos curen por sí solos y como mucho aplicar algún producto antiinflamatorio (a ser posible recomendado por un dermatólogo). ¿Cuántos de vosotros hacéis esto? Probablemente ninguno o muy pocos.

Si de por sí tenemos tendencia a toquetearnos los granos, en épocas de estrés eso aumentará.
Por un lado, hay quien considera la "manía" de quitarnos granos como una conducta heredada de nuestros antepasados. Los Australopithecus no tenían centros de belleza ni dermatólogos, así que cuando notaban un pequeño bulto en su cuerpo se lo quitaban a lo bruto. Esta conducta servía para evitar infecciones. ¿Tiene razón Darwin y quitarnos granos es evolutivo? Tal vez, pero no es la única explicación.
Las espinillas no dejan de ser una acumulación de bacterias obstruidas en nuestra piel. Obviamente hay millones de seres vivos habitando nuestro cuerpo, y la mayoría son útiles y necesarios, sin embargo, no los vemos. Cuando tenemos acné, automáticamente somos conscientes de que hay "seres extraños" en nuestra piel. Algunas personas son especialmente sensibles ante la emoción de asco, y estas bacterias les generan una necesidad de quitarlas a la fuerza o, en otras palabras, explotarse los granos.
Por otro lado, se ha descubierto que cuando nos quitamos un grano activamos ciertas zonas cerebrales implicadas en el placer, como por ejemplo el Área Tegmental Ventral. Esta zona también guarda relación con las adicciones, tal vez por eso toquetearnos el acné tiene un pequeño tinte compulsivo.
Y finalmente dejando de lado explicaciones evolucionistas o biologicistas, la razón más simple es que nos gusta acicalarnos para estar más atractivos. Igual que nos peinamos, nos maquillamos o nos ponemos ropa nueva, también intentamos tener una piel lisa y uniforme.
Pensamos que quitándonos esa espinilla rebelde nuestra cara se convertirá en la de Kim Kardashian tras usar un filtro de Instagram, pero no. Siempre acabamos con una enorme cicatriz, y después pensamos lo mismo:"no me vuelvo a quitar un grano". Error. Al día siguiente verás una nueva espinilla y convencido de que tendrás cuidado, toquetearás de nuevo. Citando la canción del Rey León, es el ciclo sin fin, y cuando estamos de exámenes se exacerba más como una forma de liberar la ansiedad.