"Me atrae el novio de mi mejor amiga": soluciones para no ser la tercera en discordia


¿Te gusta el novio de tu mejor amiga? Seguro que te debates entre la lealtad, el deseo y la culpa... no es una situación fácil. En Yasss intentamos ayudarte a pasar el mal trago.
Tú y tu mejor amiga sois uña y carne, lo compartís todo desde preescolar. Tenéis fotos juntas en pañales, con brackets, con la orla del instituto… nunca os habéis separado. Pero, un verano, tú te quedas en casa a recuperar alguna asignatura y ella se va de viaje, a aprender inglés al sur de Irlanda. Allí conoce a un chico genial, con el que empieza a salir y del que no te deja de hablar. Y tú, aunque estás asqueadísima en tu casa, no puedes no estar contenta por ella.

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Llega septiembre. Ella vuelve a casa y te lo presenta, muy ilusionada, y es entonces cuando tú ves en él todo lo que ella te ha contado. Efectivamente, es el chico perfecto. Os lleváis genial y, poco a poco, empiezas a verle de otra manera... y aunque no quieres meterte en medio ni hacer que rompan, no por eso te sientes mejor.
Quizás hay remedio…
Aquí hay dos cosas claras: tú quieres a tu amiga con locura, pero no por eso puedes dejar de fijarte en su novio. Y eso te está haciendo muy desgraciada. Así que nos ponemos en los polos: por un lado, sabes que la lealtad, la amistad y la sororidad están por encima de cualquier lío, pero por otro, ya se sabe que en la guerra y en el amor, todo vale, que nadie es propiedad de nadie y blablablá. Estas dos posturas están muy claras y nosotras no te vamos a decir lo que está bien y lo que está mal: eso te corresponde juzgarlo a ti.

Ahora, ¿qué es lo mejor que puedes hacer? Pues, siendo sinceras, acabar con tu obsesión y dejar que tu amiga y su novio sean felices. Además, imagínate el esfuerzo que puede ser tratar de separarles: ellos están en esa primera fase de una relación, esa luna de miel en la que no ven a nadie fuera de la pareja (mucho menos a ti).
Pero, ponte en la tesitura de que lo consigues, de que ellos rompen y él quiere empezar una relación contigo. ¿Te sentirías lo suficientemente bien como para empezar algo? Y, sobre todo, ¿serías capaz de gestionar la culpa por haber perdido así a tu amiga?

La verdad es que seguramente no irías muy lejos, pero eso ya lo sabes. ¿Te sirve de algo ser consciente de que esta situación no es la mejor para ti? Bueno, quizás sí. Lo que tienes que ver es que esta no es la posición de una víctima, de una mártir que se sacrifica por el bien común, sino que es la gestión de la situación más inteligente. Es decir, lo estás haciendo por tu bien, porque es lo mejor para ti a largo plazo, no porque el destino sea terrible o porque ellos se hayan conocido antes. Ya sabes, nada de “oh, mundo, por qué me odias”.
A darle una vuelta
Es una situación difícil, pero para saber cómo solucionarla hay que saber de dónde viene tu interés romántico. Es decir, si es algo pasajero y te ha pasado más veces, porque te interesa algo que no puedes tener, o si es algo más fuerte. Lo más probable es que se trate de la primera opción, y es muy habitual que, a quien le pasa una vez, vuelva a pasarle más veces.

No sabemos muy bien qué nos impulsa a estar interesados por cosas que vemos en manos ‘de otros’, pero hay mucha gente a la que le ocurre. Piensa en esos niños que arrancan de las manos de sus amigos el camión con el que están jugando. ¿Lo bueno? Que la mayoría aprendemos a gestionarlo con los años. ¿Lo malo? Que algunos encuentran en ese ‘quitar las cosas de otros’ un mecanismo para gestionar sus celos, su envidia o su inseguridad. Si a eso le añades la propensión al enamoramiento, la mezcla es todavía más problemática: no te dará más que insatisfacciones.
Así que no quedan más que dos opciones: bien asumir que esto pasará como una gripe un poco fuerte, bien sentir que esto es parte de un patrón y pedir ayuda profesional. Lo que está claro es que la decisión es tuya y, en cualquiera de los casos, exige renunciar a algo. Sea por una cosa u otra, tendrás que ‘hacer el luto’ por tu amiga, por la potencial relación con su novio o por ambas.
