¿Por qué parecemos más guapos cuando llevamos puesta la mascarilla?

Un estudio explica por qué los demás nos parecen más guapos ahora que todos llevamos mascarilla
Desde que la pandemia de coronavirus impactó en España, la mascarilla se ha ido convirtiendo, poco a poco, en uno de los complementos indispensables para frenar los contagios. Al principio, los responsables nos decían que no era obligatoria llevarla, aunque sí recomendable. Poco después la hicieron obligatoria en todas las superficies cerradas para, finalmente, hacer su uso obligatorio en cualquier actividad fuera de casa, desde ir en transporte público hasta hacer ejercicio al aire libre.
A algunos les ha costado más que a otros adaptarse a la mascarilla. De hecho, todavía vemos de vez en cuando a algún listillo que se vanagloria de no llevarla, o se la pone, pero mal, para evitar multas pero seguir a su bola. Por suerte para todos los que sí la usamos correctamente, que somos la mayoría, resulta que llevar mascarilla nos hace, a ojos de los demás, más guapos. Pero, ¿por qué ocurre esto?
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Pensar "estar más guapo porque se te ve menos la cara" es un poco malaje, pero... lo cierto es que la cosa va por ahí. ¿A ti también te pasó que cuando saliste por primera vez a dar un paseo después de semanas encerrados en casa todo el mundo te resultaba atractivo? ¿Y qué me dices de cuando miras a la gente a la cara mientras llevan puesta la mascarilla? ¿Te parecen más guapos?
Nuestro cerebro nos engaña
La psicología puede explicar esto. Y es que, al parecer, al tener menos información sobre la cara de los demás, nuestro cerebro nos engaña. Se trata de uno de los principios básicos de la psicología, y es que nuestro cerebro está diseñado para rellanar aquellos huecos que no ve. Cuando le falta información, él solito la rellena. Este también es el principio en el que se basan algunos juegos o ilusiones ópticas.
Tu cerebro necesita que todo tenga sentido, así que si se enfrenta a algún estímulo que no lo tiene, ¡pues se lo inventa! Por eso eres capaz de leer textos como este.

Y por eso crees que la gente es mucho más guapa de lo que realmente es cuando las ves con la mascarilla puesta. Si no los conocías de antes, tu cerebro se inventará la parte de la cara que no puedes ver. Y por supuesto que se la va a inventar de una manera ideal, es decir, rellenará esos huecos con la información que a ti más te gusta. Así que te imaginarás a esa gente mucho más guapa de lo que es, y encima sin darte cuenta de que te lo estás imaginando. Porque siempre creemos en nuestro cerebro.

Por otro lado, y según las leyes de la psicología de la Gestalt, una corriente surgida en Alemania que se centra más en lo que percibimos y cómo vivimos los estímulos y se enfoca en la experiencia del individuo en el momento presente, nuestro cerebro tampoco se esfuerza tanto cuando rellena huecos, lo hace de forma "económica", o sea, tira de lo que ya conoce o ya sabe que te gusta. Así que cuando tiene que rellenar caras de otros seres humanos cubiertos con mascarilla lo hace "copiando" las caras de gente que se parece a ellos
A este proceso psicológico se le conoce como completado amodal. Realmente es una capacidad biológica que se explica por el proceso evolutivo que ha experimentado nuestro cerebro, pero se suele estudiar también desde el punto de vista de la psicología. Cuando una gran parte de la cara está cubierta, tu cerebro la rellena basándose en experiencias previas. Es decir, otras caras, porque alguna vez has visto otra cara.
La "movida" de empezar a conocer gente con mascarilla y que no lleguemos a saber cómo es su cara, y por eso nos la "inventamos" tiene mucho más relevancia de lo que podríamos creer. Tanta como para que investigadores del Temple University’s College of Public Health y la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) se hayan interesado por los efectos de la interacción social con mascarilla.
En el estudio que han titulado 'Beauty and the Mask' han investigado sobre las respuestas emocionales y la manera en que juzgamos a los demás desde que llevamos mascarilla a través de experimentos con 500 participantes. En cuanto a cómo embellecemos a los desconocidos, demostraron que el 71% de los rostos, 30 masculinos y 30 femeninos, fueron percibidos como más guapos de lo que realmente eran cuando llevaban puesta una mascarilla.
Esto tiene un reverso tenebroso, claro. Y es que si somos conscientes de que nos están viendo más guapos... la decepción cuando nos quitemos la mascarilla para comer o beber puede ser un handicap. Así que... ¡Si tienes una cita en tiempos de coronavirus simplemente no te quites la mascarilla nunca! ¡Por tu salud, la de los demás, y por tu belleza!