Sangrientas, hambrientas y un poco asesinas: plantas vampiro y otras especies más curiosas del mundo


El reino animal esconde terrores serenos: plantas carnívoras golosas con sus moscas, muy comunes; hongos extraños que sangran por la cabeza y la famosa planta vampiro, que drena la vida de lo que tiene alrededor
Reconócelo: en tus ratos distraídos te gusta pensar en memes de gatitos y compartir tik toks de chachorros de pelaje algodonoso con menos de tres meses de vida. Somos así, un poco filtro valencia, orange teal, macetas bien cuidadas.
Por lo general, andamos muy poco animosos para imaginar que existen otro tipo de criaturas acechando al otro lado de las puertas de nuestro imaginario protegido: parásitos que reprograman el cerebro de los caracoles para convertirlos en zombies, peces amazónicos de cuerpo diminuto que se cuelan por la uretra del incauto, abren sus espinas dentro del pene y… ¡sorpresa!; hongos venenosos que, literalmente, tienen tentáculos que buscan la luz y, cuando lo hacen, sangran.
El reino vegetal tiene un mensaje de amor para ti: hoy te hablaremos de la misteriosa plantas vampiro y otras compañeras siniestras de la espesura que jamás te imaginarías que existen.
Entrevista con la planta vampiro
Se la conoce como langsdorffia hypogaea, y es una especie parásita originaria de América del Sur. Su primera peculiaridad es que no hace la fotosíntesis, sino que extrae su energía de otras especies, que no saben la que se les viene encima. Bajo la tierra, las raíces de esta vampira del reino vegetal se extienden para chupar los nutrientes de otras plantas, y en esta resta de vida, acaba matándolas. Drena, vampiriza y deja seco a todo lo que tiene alrededor, y mientras lo hace, sus flores crecen y se abren hasta la hermosura con un color rojo intenso y algo artificial que da cringe mirar fijamente.

¿Su modus operandi para ser polinizada? Te lo habrás imaginado: puro vampirismo, seducción, un buen cebo que maree a la víctima. La vampira excreta un ‘néctar del amor’ que vuelve locos a los insectos que merodean a su alrededor. Dependiendo de si esta planta chupasangres es macho o hembra, lo hará a través de los nudos del tronco o en la superficie de las hojas.
Los dedos del diablo

También conocido como ‘estrella roja’. Este hongo pasa gran parte de su vida bajo tierra. Es como ese vecino que lleva diez años muerto sin que nadie llame a su timbre, y cuando la policía derriba la puerta todo es qué silencioso era, qué amable, nunca molestaba, pensamos que le había tocado la lotería y por eso no hacía ningún ruido. Los dedos del diablo funcionan exactamente como suenan: de pronto, emergen hacia afuera cubiertos de una baba supurante repleta de esporas mientras despiden un olor a podrido tal que es como si hubieran abierto las puertas del Infierno. Para las moscas es algo así como ir a comer a un buen restaurante. Les encanta.
Venus atrapamoscas
A nosotros, la planta carnívora de toda vida no nos hace nada, así que es una opción decorativa muy interesante cuando queremos salir del sota, caballo y rey del ficus y del crotón. Es originaria de los pantanos de Carolina del Norte, en Estados Unidos, y la puedes criar en casa con los cuidados adecuados.

Tiene un nombre dionisiaco, todo él en busca de su placer, y es fácil de reconocer, con sus óvalos verde selva llenos de filamentos que parecen dientes y que atraen a los insectos con la misma facilidad que los ridículos señoros viejóvenes que aparecen enchufándose ambrosía en el sobaco en todos los anuncios de la marca Axe.

El mecanismo es simple pero efectivo: los insectos van a las puntas al olor del néctar, y al roce con los ‘cirios’ (unos pelos casi invisibles para el pobre bicho), se activa la trampa y la planta se cierra como la mandíbula rocosa de una bestia con la mosca dentro. Ahí es cuando la Venus comienza a segregar todo tipo de jugos con un componente importante de acido clorhídrico. La mosca se deshace, literalmente. Darwin, en un arrebato de enamorado ciego, dijo de ella que es una de las plantas más maravillosas de toda la Tierra.
Hongo de diente sangrante
Si quieres una planta más propia de una película de terror chanante de serie B, esta es tu candidata al puesto ganador: este hongo es muy reconocible por su contraste de colores: un cuerpo central de color blanco, con bulbos que bombean un jugo de color rojo sangre de propiedades anticoagulantes. Por eso mismo, las gotas son desagradablemente carnosas, como si el propietario se hubiera escapado de una planeta remoto del sistema Solar y hubiera venido de visitar acabar con nosotros, los humanos. Son comestibles, aunque su sabor hará las delicias únicamente del perverso, ya que es bastante amargo. Lo puedes encontrar en bosques de Estados Unidos y Europa.
