Seguro que también te pasa: por qué te quitas más granos en época de exámenes

Una prueba difícil, una pregunta que va 'a pillar', una asignatura imposible. No es una pesadilla, es el día a día de los estudiantes. La presión a la que se ven sometidos es alta casi a diario, pero en época de exámenes es mil veces peor. Eso genera episodios de ansiedad que básicamente lo que hacen es que adoptemos conductas que desde luego si estuviéramos tranquilos no tendríamos. Mordernos las uñas, rascarnos, quitarnos granos, e incluso arrancarnos el pelo son algunas de las manías que se nos pegan.

Pero ¿por qué nos hacemos daño? ¿Por qué, no sé, no nos da por hacer cosas más amables para nuestro cuerpo? "Es una forma de canalizar la ansiedad", explica la psicóloga María Pinilla. En vez de analizar mentalmente nuestro estrés, nuestro cuerpo busca un atajo para poder 'sacarla' o regularla.
Los casos más extremos dan lugar a lo que se conoce como 'trastorno por excoriación' o 'dermatilomanía' en los que, tal y como apunta la experta, los pacientes "se rascan y pellizcan compulsivamente la piel, provocándose heridas".

Todos estos casos arrancan en la adolescencia, durante períodos de estrés y ansiedad. Esta es la época también de las espinillas, un blanco fácil a través del cual canalizar nuestros sentimientos. ¿Eso significa que los que empiecen así pueden terminar haciéndose cristos en la cara? En palabras de Pinilla, "no hay que ser fatalista; no vas a desarrollar ningún trastorno psicológico por quitarte un grano de vez en cuando".
Eso sí, no te acostumbres a eso porque si lo haces sistemáticamente sí hay más peligro de que esa costumbre, que empezó siendo bastante inocente, acabe convirtiéndose en un problema. Lo mejor, y lo que recomienda la psicóloga, es "buscar otras formas de gestionar la ansiedad que no perjudiquen tu salud dermatológica". Las pelotas antiestrés, las bebidas calientes como las manzanillas, realizar respiraciones controladas o hacer parones de descanso entre horas de estudio o trabajo, pueden ser algunas formas de focalizarlo.

Además, por si ya estás en la dinámica de morderte las uñas y te cuesta quitarte la manía, funcionan muy bien los esmaltes con sabor agrio al chuparlas o las uñas de gel. Con respecto a rascarse la piel, importante hidratarse (la sequedad es uno de los problemas que puede aparecer en situaciones de estrés).
En cualquier caso, si ves que no puedes parar y que es incapacitante (que no te deja vivir tranquilo, vaya), pide ayuda. El especialista conoce técnicas de sobra para abordar cada caso en concreto y además que es una cuestión que tiene solución.